Aviso legal

1.1.8 Valor monetario

Karl Marx adopta de Adam Smith la distinción entre valor útil y valor de cambio. La diferencia entre Adam Smith y Karl Marx consiste en el hecho que el primero ha corregido su error implícitamente, vea precio natural y precio de mercado, mientras que Karl Marx contaba este abracadabra hasta el final fatal.

Podría uno preguntarse si Karl Marx ha realmente leído Wealth of Nations hasta el final o lo dejó después de los primeros capítulos. Es difícil de entender por qué Adam Smith contó una tal burrada al principio para revisarla después con anotaciones bastante sutiles.

Hay que tomar en cuenta que dedicó 12 años a escribir este libro y dentro de 12 años se puede cambiar de opinión de vez en cuando, a pesar de que es mas bonito, obviamente, si al final se sabe todavía lo que se ha escrito al principio.

Repasamos este abracadabra, a pesar de que la utilidad es cero. Lo único interesante es que este abracadabra, o sea la idea que en el dinero este "incorporado" trabajo, fue enseñado 50 años en todas las universidades de economía en los países del este.

Obviamente nadie de esta gente docente se afanaba a mirar el original. Esto concuerda más o menos con las experiencias del autor. Este tenía el placer dudoso de dar clases a ex-catedráticos de una universidad de economía del este. La conclusión que ha sacado de esta experiencia es que esta gente en general no pensaban mucho, sobre absolutamente nada, eran una especie de basura humana. No tenían ni idea del marxismo leninismo ni de los "economistas vulgares burgueses" (sic!); así los llamaban.

Una cierto enajenamiento de la vida plena se puede igualmente constatar en todos los funcionarios públicos. Esto es algo típico de funcionarios públicos. El autor podría igualmente contar cantidad de historias sobre la cooperación de economistas del enemigo del pueblo.

El problema siempre es el mismo en cualquier sistema. Funcionarios públicos tienden a vivir en mundos paralelos que tienen poco que ver con la vida real. Alguien tiene que contar a esta gente que se les paga para enseñar algo concreto que sirve para algo y no para habladurías pseudo científicas. El que cree que los ideólogos han muerto con la desaparición del bloque del este se equivoca. Los ideólogos son una raza muy robusta.

Repasamos el canto del valor útil y valor de intercambio.

The word VALUE, it is to be observed, has two different meanings, and sometimes expresses the utility of some particular object, and sometimes the power of purchasing other goods which the possession of that object conveys. The one may be called ‘value in use;’ the other, ‘value in exchange.’ The things which have the greatest value in use have frequently little or no value in exchange; and, on the contrary, those which have the greatest value in exchange have frequently little or no value in use. Nothing is more useful than water; but it will purchase scarce any thing; scarce any thing can be had in exchange for it. A diamond, on the contrary, has scarce any value in use; but a very great quantity of other goods may frequently be had in exchange for it. Se deberá reconocer que la palabra VALOR tiene dos significados distintos. De vez en cuando se refiere a la utilidad (anotación: Es lo que Marx llamará valor útil) de un objeto, de vez en cuando se refiere al poder adquisitivo (anotación: Es lo que Marx llamará valor de cambio) con el cual dota la posesión de este bien a aquel que lo posee y que le permite comprar otras cosas. Lo uno podrá llamarse valor útil, lo otro valor de cambio. Muy a menudo las cosas con el valor de cambio más grande no tienen ningún valor útil. Nada es más útil que el agua, pero no se puede comprar nada con eso; casi nada puede ser intercambiado por eso. Un diamante al contrario casi no tiene un valor útil, pero se lo puede intercambiar por cantidad de cosas.

Book I, Chapter IV

Lo que a Adam Smith, David Ricardo y en el séquito de este a Karl Marx extrañó tanto, el hecho que algo que no tiene valor útil puede tener mucho valor de intercambio y al revés no sorprende realmente a nadie, si dejamos de lado a Carl Menger.

A pesar que más tarde Karl Marx escribiría 50 páginas sobre el asunto, la distinción entre valor útil y valor de cambio, esta distinción no tiene sentido alguno. El valor de cambio depende del valor útil o más precisamente, según el valor subjetivo que tiene para alguien, o sea el valor depende de las preferencias que alguien tiene por algo, lo que igualmente significa que puede preferir una cosa a otra si esta baja de precio. El valor de cambio, en la teoría de Adam Smith, vea abajo, y fatalmente en la teoría marxista, el valor de cambio se basa en el trabajo que en este producto está incorporado. Esto es una chorrada. Hay tanto trabajo incorporado en una manzana que en una pera o en un melocotón, pero alguna gente cambiaría una manzana por un cruasán o una magdalena y otros no, a pesar de que la magdalena contiene más trabajo. La cosa cambia obviamente si los precios por la magdalena baja y puede conseguir dos magdalenas por una manzana. Es por esto, dicho sea de paso, que muy a menudo hay un descuento si se compra más. Alguien puede estar dispuesto a pagar 2 dólares por una empanada, pero dado que con el consumo la "utilidad" baja, solo paga 2,50 dólares para tres empanadas. Si el vendedor quiere venderle tres empanadas, tiene que darle un descuento.

El error de Adam Smith radica en el hecho que parte de una situación determinada. En este caso de una situación en la cual hay agua en abundancia y pocos diamantes. Es muy fácil de imaginarse una situación en el cual el agua es mil veces más cara que un kilo de diamantes. Si alguien está muriendo de sed pagaría cualquier cosa por un litro de agua. Pero a partir del momento que puede beber un lago de agua entero gratuitamente no va a pagar ni un centavo por el agua porque esto no le sirve para nada. La suposición que el agua no tiene ningún valor de intercambio es por lo tanto errónea. Obviamente algo no tiene un valor de intercambio si nadie lo necesita porque hay más de lo que necesita. Lo mismo vale por los diamantes. Se les puede producir de manera artificial también, pero estos son igualmente muy caros y solo tienen algunas características de los diamantes naturales. Si fuera posible de producirlos a precio de vidrio artificialmente no tendrían ningún valor de intercambio y dicho sea de paso, su valor útil es muy relativo. Adam Smith seguramente concede que el diamante tiene valor útil si se utiliza una sierra para cortar piedras. Por una razón desconocida no le concede un valor útil si es utilizado en un anillo, pero si sigue esta argumentación, todo lo que solo satisface gustos personales no tiene utilidad, tampoco sería útil según esta lógica un vestido en colores, la sal que sirve para sazonar la comida, el peine para peinarse el cabello (cabello peinado puede ser más atractivo, pero no es más útil que el cabello sin peinar), la mayoría de los libros, o sea todos aquellos que uno lee para divertirse, etc.. La distinción entre valor de cambio y valor útil es una chorrada. Lo que paso es esto: Cualquier cosa pierde valor con la cantidad que se consume de ella y por lo tanto el dinero que la gente está dispuesta a pagar por este producto baja con un aumento del consumo. (Si dejamos de lado las drogas. Estas tienen el efecto infernal que deseo aumenta con el consumo hasta que uno está dispuesto a sacrificar todo para obtenerlas.) No hay, en cuanto al valor útil / valor de cambio se refiere ninguna diferencia entre un diamante y agua. Lo único que se puede decir es que cosas que no tienen valor útil, tampoco tienen valor de cambio. Nadie va a comprar o intercambia algo por algo si no tiene ningún valor útil y si algo tiene valor útil o no depende de la situación. Arena en el desierto por ejemplo no tiene mucho valor útil, pero en Alemania se vende arena en sacos para distintos usos, como por ejemplo para mezclarlo con tierra para que la tierra sea más ligera.

Es otra de las centenares de contradicciones que encontramos en Wealth of Nations. Con el concepto precio de mercado / precio natural Adam Smith describe los dos componentes que determinan el precio. Con el precio natural describe los gastos, o el influjo de la oferta sobre el precio, y con el precio de mercado describe la demanda, o sea las preferencias de la gente por un producto determinado.

El concepto valor útil / valor de cambio es un retroceso, contradice a este concepto y encima es obviamente erróneo. Es pensable que alguien cambia un dibujo de Pablo Picasso que este realizó en diez minutos por un reloj por cuya producción alguien invirtió 100 horas. El argumento que el dibujo de Pablo Picasso es algo como un diamante no tiene nada que ver. Hay también gente que cambiaría este reloj por una lata de caviar. (Para los que no lo sepan: Una lata de caviar de 250 gramos puede costar casi 300 euros. Una locura, pero así es. El ejemplo con el caviar y la manzana muestra que la noción valor útil no tiene sentido alguno. Ambas productos, la manzana y el caviar, satisfacen la misma necesidad. Más adecuado sería producto de lujo. Esta expresión sería también vaga, porque algunos productos, como el café, llegaron a ser a lo largo del tiempo productos de consumo comunes y corrientes.

La expresión valor útil no significa nada. Este término solo conoce dos estados: útil o inútil. Es un sin sentido. Una cosa puede ser inútil para uno y muy útil para otro y el tercero está dispuesto a pagar menos porque el producto le es útil, pero no tanto para uno como para otro. Útil o inútil no existe. Lo que existe son preferencias y cuánto uno está dispuesto a pagar depende de estas preferencias.

Lo mismo vale para la expresión valor de cambio. El valor de cambio supone que se cambia trabajo por trabajo, o sea se cambia una torta por un chorizo si ambos tienen la misma cantidad de trabajo incorporado. El problema es que esto no funciona, si nadie quiere la torta. El valor de la torta no depende del trabajo incorporado, sino de la preferencias de la gente y de los costes generados al producirla. Si es barato, habrá mucha gente que lo compra, porque entonces no debe de tener una gran utilidad o, expresado de otra manera, la gente no tiene que renunciar a tantas otras cosas para comprárselo y en la medida que es más caro, habrá cada vez menos gente cuyas preferencias por esta torta son tan altas, que pagan este precio.

Ambos conceptos niegan por completo los mecanismos de una economía de mercado. Esto no sorprende mucho en cuanto a Karl Marx se refiere, vea abajo, porque éste no ha jamás comprendido el funcionamiento de una economía de mercado libre. Pero sorprende en cuanto a Adam Smith se refiere, porque éste sí que lo había comprendido.

Esto lamentablemente suena como Karl Marx en persona.

The real price of every thing, what every thing really costs to the man who wants to acquire it, is the toil and trouble of acquiring it. What every thing is really worth to the man who has acquired it and who wants to dispose of it, or exchange it for something else, is the toil and trouble which it can save to himself, and which it can impose upon other people. What is bought with money, or with goods, is purchased by labour, as much as what we acquire by the toil of our own body. That money, or those goods, indeed, save us this toil. They contain the value of a certain quantity of labour, which we exchange for what is supposed at the time to contain the value of an equal quantity. Labour was the first price, the original purchase money that was paid for all things. It was not by gold or by silver, but by labour, that all the wealth of the world was originally purchased; and its value, to those who possess it, and who want to exchange it for some new products, is precisely equal to the quantity of ’ labour which it can enable them to purchase or command. El verdadero precio de una cosa, lo que una cosa realmente cuesta a aquel que quiere poseerla, es el afán y el esfuerzo para obtenerla. Para aquel que quiere adquirir algo o que quiere intercambiar algo por otra cosa, depende del esfuerzo y afán que le queda ahorrado por la adquisición y que puede cargar sobre otros. Lo que se compra con dinero o mercancías, se le obtiene por el trabajo que en el caso contrario tendríamos que hacer nosotros mismos. Este dinero o estas mercancías nos quitan este afán. Contienen una determinada cantidad de trabajo cuya cantidad suponemos en el momento de la compra igualar a la cantidad del producto que adquirimos. El trabajo es el precio de todas las cosas. No por el oro o por la plata, sino por el trabajo que fue producido con toda riqueza de la tierra y el valor de cambio de las cosas que poseemos y que queremos intercambiar por otros bienes corresponde a la cantidad de trabajo que pueden comprar o sobre el cual pueden disponer.

Book I, Chapter V

Es difícil de producir más contradicciones de los que Adam Smith produce aquí. El precio natural lo define como la suma de la renta, el provecho y el suelo, los tres "naturales" porque son iguales en todos los usos, vea precio natural / precio de mercado. Aquí de golpe lo define el precio como el trabajo incorporado: "Labour was the first price, the original purchase money that was paid for all things." Se puede tratar de salvar esta tesis, diciendo que el capital a su vez es trabajo (acumulado, como diría más tarde Karl Marx). Pero quedaría la renta.

Este concepto niega por completo la influencia de la demanda sobre el precio con consecuencias muy prácticas. Se define el valor del trabajo con una suma arbitraria, necesariamente es arbitrario, porque si se ignora la demanda, nadie conoce el valor real y nadie sabe, que productos son escasos, y la cantidad de trabajo incorporado en un producto es el precio, este precio es completamente arbitrario. Dicho de otra manera. Una cosa completamente inútil que nadie necesita tiene el mismo valor que una cosa que todo el mundo necesita urgentemente si ambas tienen incorporadas la misma cantidad de trabajo.

Es exactamente lo que pasa en burocracias. Funcionarios muy a menudo se afanan en hacer cosas que nadie necesita. El autor trabajó por un tiempo como docente de controlling en la administración pública de Berlín. Trataba de inculcar un poco a los funcionarios los mecanismos de una economía de mercado libre y enseñarles el manejo de una software para realizar un controlling operativo. Había ahí un señor que siempre producía estadísticas que mandaba a otro lugar. Un día se enfermó y dejó por lo tanto de producir y enviar estas estadísticas y se reveló que nadie se dio cuenta de ello, porque nadie las leía.

Lo mismo pasa con cantidad de cursos magistrales en economía. Son trabajo, tanto para los docentes como para los estudiantes, pero como en gran parte no corresponden a una demanda real, son completamente superfluas.

Lo que Karl Marx quería con todo estos ringorrangos está más o menos claro. Si se quiere interpretar toda la historia como algo desarrollándose de manera regular hacia un determinado fin furioso en el cual los expropiadores serán expropiados se necesita una relación causal que forza este proceso y esta relación causal es el supuesto hecho que el capitalista saca la plusvalía del trabajo, o sea solo deja al trabajador lo justo para sobrevivir y se queda con todo el producto que queda. De esta manera el capital se va acumulando. Pero dado al hecho, esto es la teoría, que cada vez más capital será combinado en máquinas, en relación con el total del capital, la tasa de provecho disminuye y la acumulación se hace cada vez más lenta. Al final no queda ningún provecho y el sistema será derrumbado, de cualquier forma. Para el marxismo la tesis que solo el trabajo crea valor es central. Si esta suposición básica se revela errónea todo el sistema se derrumba y esta suposición es completamente absurda, volveremos al tema, vea Karl Marx. En el fondo Karl Marx es una prolongación de David Ricardo.

Hemos visto ya conceptos de este tipo, o sea la idea que la economía evalúa hacia un estado final aparecen de vez en cuando también en la obra de Adam Smith,vea una perspectiva económica.

Sin embargo estos conceptos Adam Smith no los desarrolla de manera sistemática. En la obra de David Ricardo, Thomas Malthus o Karl Marx hay "leyes" que llevan inexorablemente a un estado determinado. Karl Popper habría sido más contundente si hubiese analizado este tipo de "leyes", porque este tipo de suposiciones juegan un papel más importante en la conciencia común que los tres autores que el consideraba los enemigos principales de la sociedad abierta. Vamos a volver sobre el tema al hablar de Ernst Bloch.

Hay una fuerte contradicción en Wealth of Nations con el resultado que dos diametralmente opuestas, de un lado la economía neoclásica, la escuela austriaca (en gran parte), el neo liberalismo, el ordoliberalismo y al otro lado el marxismo pueden referirse a la obra de Adam Smith.

La parte curiosa del asunto es que en cuanto a los errores garrafales se refiere, concepto de capital, del ahorro y del dinero se refiere los dos oponentes comparten las ideas de Adam Smith. En cuanto se refiere a esto son por lo tanto todos marxistas o todos neo liberales vea balanza de pago.

En cuanto a la función de los precios como señal de escasez se refiere son realmente opositores. El neo liberalismo, ordoliberalismo, la escuela austriaca se atienen a concepto precio de mercado / precio natural o más sencillamente aunque menos claro a la mano invisible del mercado y ignora simplemente el concepto del valor útil y valor de cambio. Los marxistas lo hacen al revés. Ignoran el concepto del precio de mercado / precio natural y se atienen al valor útil / valor de cambio y a todo este canto con el trabajo incorporado.

En cuanto al método se refiere el marxismo se asemeja bastante a la teoría neoclásica en su versión simplista tal como la encontramos en los libros de texto. Ambas tendencias están en busca de eternas leyes o sea usan un determinado tipo de modelización lo que solo es posible, si se abstrae de todos los factores que no se prestan a una modelización. Tenemos por lo tanto en ambas tendencias un fuerte estrechamiento de la perspectiva. De hecho ni siquiera se puede decir que la alocación de los factores productivos a través de precios como señal de escasez juegan un gran papel en la economía neoclásica, porque ahí tenemos un mercado perfecto con una transparencia perfecta y una adaptación inmediata, sin retraso y afán a cualquier cambio de la estructura económica.

Si dejamos de lado a Alfred Marshall se puede decir que son todos una jaula de locos. El único real intelectual es Keynes. Sería un gran paso adelante si en los libros de textos de economía se abreviaría un poco el asunto y si se leyera la obra original de Keynes. En la jaula de locos hay tanto embrollo que todo aparece un poco confuso. No está mal de ocuparse de esta manada de locos, incluso puede ser ameno, esto por lo menos espera el autor, pero los estudiantes tienen poco tiempo a su disposición y hay que enseñar las cosas necesarias para comprender la realidad que nos rodea y con el tiempo ahorrado organizar de manera concreta el futuro, vea preliminares.

El tema principal de una economía de mercado es la inseguridad. El hecho que la haya, no podemos resolverla. Lo que amarga la vida al lector es el hecho de que no sabe lo que va a pasar en cinco años. Si lo supiese, sería rico. Podría comprarse acciones en el momento justo, cualificarse para los puestos de trabajo requeridos por el mercado en el futuro, comprar una casa o vender la que tiene, invertir en el oro, participar en una empresa etc. etc.. Podría hacer centenares de cosas rentables. Mejor todavía si sabría lo que pasa en cinco años en todos los puntos del planeta. En este caso incluso podría trabajar como asesor. No habría persona más demandada que el lector. Lamentablemente, esto es la real desgracia de su vida, no sabe ni siquiera lo que va a ocurrir el año que viene. Si los españoles hubiesen sabido en el año 2002 lo que va a ocurrir en el año 2008 seguramente no se habría producida esta burbuja.

Como no sabemos lo que va ocurrir necesitamos por lo menos un sistema que permita de adaptarse lo más rápidamente posible a nuevas circunstancias y que nos permita de corregir errores causados por un pronóstico erróneo lo más rápido posible y el sistema que nos permite esto es la economía de mercado. Si una burocracia hace un plan, esta tiene pocos incentivos de corregirlos y encima, dado que no está tan cerca de la producción, tampoco tiene las mismas capacidades de corregirlos que un empresario que conoce todas las alternativas posibles.

Este elemento, la inseguridad, está completamente excluido tanto en la modelización marxista como en la modelización neoclásica y es el tema principal de la teoría keynesiana. Dicho de otro modo: La teoría keynesiana es la única teoría que realmente reflexiona sobre una economía de mercado. La teoría neoclásica en la versión simplista que encontramos en los libros de texto o el marxismo también reflexionan sobre algo, pero nadie sabe muy bien sobre qué. Es un mundo paralelo.

El problema base del asunto es la modelización matemática. La inseguridad no se puede modelar matemáticamente como esto es posible con relaciones causales de la natura. La relaciones causales de la natura son estables y eternos y previsibles. Son a lo mejor difíciles de comprender, pero son estables. Tomar como paradigma metodológico la física, como lo hace Léon Walras, revela que no ha comprendido bien el funcionamiento de una economía de mercado y en qué consiste la fuerza de este sistema económico. Si no hay inseguridad, no hay diferencia alguna entre una economía planificada y una economía de mercado libre.

Si queremos ser más precisos, lo que de vez en cuando es útil, se podría decir que la alocación de los factores productivos tampoco es el problema central. Esta adaptación puede hacerse en un espacio de tiempo calculable. El problema es que el know how tiene que adaptarse a cambios en la estructura económica y estos procesos duran más tiempo que la construcción de una máquina o dicho de otra forma, la construcción de una máquina no es ningún problema si alguien sabe cómo construirla. Es de suponer que gran parte de los problemas de los países en desarrollo podrían resolverse si facilitará el acceso a informaciones y con más cooperación. El problema es que justamente este sector, el de la formación y sobre todo de la formación universitaria, está en las manos de funcionarios públicos. No decimos, como lo supone Milton Friedman, que la única solución a este tipo de problemas es privatizar este sector, ni siquiera creemos que Milton Friedman propone una solución, pero no se puede negar, y las facultades de economía son una buena muestra de ello, que hay un problema. Vea también actividades estatales.

En el párrafo siguiente Adam Smith relativiza la suposición que el factor trabajo sea homogéneo, pero esto no resuelve el problema de base del concepto valor útil / valor de cambio.

But though labour be the real measure of the exchangeable value of all commodities, it is not that by which their value is commonly estimated. It is often difficult to ascertain the proportion between two different quantities of labour. The time spent in two different sorts of work will not always alone determine this proportion. The different degrees of hardship endured, and of ingenuity exercised, must likewise be taken into account. There may be more labour in an hour’s hard work, than in two hours easy business; or in an hour’s application to a trade which it cost ten years labour to learn, than in a month’s industry, at an ordinary and obvious employment. But it is not easy to find any accurate measure either of hardship or ingenuity. In exchanging, indeed, the different productions of different sorts of labour for one another, some allowance is commonly made for both. It is adjusted, however, not by any accurate measure, but by the higgling and bargaining of the market, according to that sort of rough equality which, though not exact, is sufficient for carrying on the business of common life. Pero a pesar de que el trabajo es la medida correcta por el valor de cambio de todas las mercancías, no es el trabajo con el cual normalmente se mide este valor. Muy a menudo es difícil de medir las distintas cantidades de trabajo. El tiempo de trabajo no siempre registra esta relación. El afán y la destreza igualmente hay que tomar en cuenta. En un trabajo afanoso de una hora puede haber en determinadas circunstancias más trabajo que en dos horas de un trabajo ligero. Una hora, invertida en un asunto que requiere diez años de aprendizaje es más trabajo, que la ocupación de un mes entero para el cual no hace falta ningún aprendizaje. Sin embargo es difícil de encontrar una medida para el afán y la dificultad. Si ahora se cambia los resultados de estos distintos trabajos se toma en cuenta esta consideración, a pesar de que esta adaptación no se basa en una medida concreta, sino por el regateo y el comercio en el mercado. Esto solo lleva a una comparabilidad gruesa, pero esta basta para los negocios de todo los día.

Book I, Chapter V

Fin del mensaje y otra contradicción. Si la remuneración de un trabajo depende del precio de mercado, entonces depende de la demanda. Si la gente se decide a preferir dulces americanos como los muffins, de hecho magdalenas o las galletas, cosas que hace un par de años eran desconocidas en Alemania a la pastelería alemana, que de hecho es muy sofisticada, el pastelero alemán es completamente otra formación que un panadero, entonces el saber del pastelero será, desgraciadamente, devaluado. Un muffin lo puede hacer cualquier idiota, el autor de este manual incluido, una torta hecha por un pastelero es casi imposible de hacer para una persona que no se dedica a estas cosas en plan profesional. Pero si la remuneración del trabajo depende de la demanda, entonces estamos en el punto de donde salimos.

La parte de la oferta está determinada por los gastos, entre ellos también el trabajo, que a su vez depende de su escasez como resultado de la demanda. La demanda depende de las preferencias, lo que significa que se puede vender más, si los gastos y los precios bajan y se puede vender más sin variación de los costes, si la demanda incrementa, por cualquier razón.

Con la afirmación que solo el trabajo crea valor se puede eventualmente vivir, Keynes dice lo mismo, aunque la argumentación keynesiana es un poco más sofisticada y más radical a la vez. Si el capital, que de hecho incluso en la economía neoclásica no es otra cosa que dinero, no es escaso, dado que se puede imprimir, siempre y cuando que corresponde al POTENCIAL productivo, y se puede imprimir en cualquier cantidad, tampoco es comprensible que tenga un precio. Pero si el "capital" es gratis y la tierra irrelevante, lo único que realmente tiene un precio es el trabajo.

Adam Smith no da ninguna razón para su cambio de opinión, en el precio natural hay tres tipos de costos y ahora solo uno, pero si se quiere se puede decir que involuntariamente expresó una gran verdad en este párrafo.

El hecho que el know how tiene que adaptarse y no "el trabajo" es a lo mejor el problema fundamental de la economía y sobre todo es un problema que no tiene nada que ver con economía en el sentido estrecho. En cuanto a este proceso se refiere hay todo un mundo a construir, estamos al punto cero y este proceso nos ocupará unos veinte años más. Es de suponer que con e-learning se puede doblar la cantidad de estudiantes, garantizar un mejor formación, más actual, más dirigida hacia el mercado, más flexible, a la mitad de los costes. Esto y una mejor cooperación al nivel mundial son los dos grandes retos de la humanidad.

Cuanto más información circula, más fácil es formar equipos complejos que pueden realizar proyectos complejos, como por ejemplo apps que envían automáticamente datos clínicos al médico donde serán procesados de manera automática. Pero estas ideas no serán creadas por el trabajo, sino echado en la playa en la costa brava y el trabajo se hace entre el desayuno y el almuerzo, previsto que se ha adquirido el know how antes y la adquisición del know how es el problema.

Podemos observar muy a menudo en Wealth of Nations que Adam Smith está en la buena pista, pero la pierde nuevamente. Si en el párrafo anterior reconoció, al menos implícitamente, que la remuneración del trabajo depende de la demanda, vuelve a su error inicial en este párrafo.

Labour alone, therefore, never varying in its own value, is alone the ultimate and real standard by which the value of all commodities can at all times and places be estimated and compared. It is their real price; money is their nominal price only. Por lo tanto trabajo, que no varia nunca en su valor, la verdadera y real base por el cual el valor de los bienes puede ser medido y evaluado en todos los tiempos; dinero es solo el valor nominal.

Book I, Chapter V

La cosa se hace cada vez más absurda. No habiendo resuelto el primer problema, el valor del trabajo, se le ocurre un segundo. Dinero, en su mundo oro y plata, varia en el precio, de lo que surge el problema de que incluso en el caso que el trabajo tenga un valor fijo, la remuneración de este trabajo en oro y plata varia. De esto podemos deducir, siendo esto su único problema, que todavía, a pesar de lo que dice en el párrafo anterior, queda pegado a la idea del trabajo como un factor homogéneo. La verdad es ésta. Entre los distintos tipos de trabajo habrá una relación, que cambia cada par de años, o meses, según la demanda que hay por un tipo de trabajo determinado y el dinero refleja esta relación. O sea si hay inflación o deflación los sueldos suben o bajan proporcionalmente. (Al menos en el mundo clásico. En la vida real pueden igualmente perderse en burbujas especulativas.)

El concepto del trabajo incorporado en una mercancía festeja su colmo en la obra de Karl Marx. En cuanto a Adam Smith se refiere se puede decir que no captó por completo que el precio esta determinado tanto por la parte de la oferta como por la parte de la demanda y que el trabajo, más bien dicho el know how, sigue la misma lógica que los otros recursos, sean estos "capital", tierra, materias primas, uso del ambiente etcétera.. Adam Smith muy a menudo, sobre todo con su concepto de precio natural / precio de mercado está en la buena pista, pero después, influido de las ideas de su tiempo de las cuales no pudo desprenderse por completo, la perdió de nuevo.

El caso de Karl Marx es distinto. Karl Marx necesitaba algo que propulsa la historia hacia un fin determinado. Tenía que por lo tanto excluir de su teoría todo aquello que es contingente, imprevisible, inseguro. Tenía que eliminar o declarar de una forma u otra el sistema político, en una democracia la distribución de la renta nacional nunca puede llegar a estos extremos, tenía que eliminar el progreso técnico, que no consiste de "trabajo", sino de know how, tenía que tener una concepción del ahorro como algo que deriva del pasado cuando de hecho el "ahorro", que no es otra cosa que dinero, es una pretensión al potencial productivo en el futuro. Tenía igualmente que ignorar el hecho que el precio está determinado también por la demanda. No importa cuantas retuerces haga para comprobar que trabajos complicados son la mera multiplicación de trabajos simples, la cosa nunca es sensata. Ni siquiera se puede decir que un trabajo simple es siempre menos bien remunerado. Un trabajador simple que trabaja para Mercedes Benz y que hace ahí un trabajo que se puede aprender en tres días gana más que un catedrático de filología románica que habla cuatro lenguas y que dedico toda su vida al estudio. La demanda para lo que produce el segundo es cero y la demanda para el producto del primero es, todavía, muy alta. Es la demanda en relación con la oferta que determina el precio para un determinado tipo de trabajo, no la complejidad. El estado igualmente puede "producir" cualquier cantidad de médicos, ofreciendo más plazas de estudio en esta carrera. Si lo hace rápidamente se llega a la situación que un albañil gana más que un médico. El hecho que EN GENERAL trabajos complejos son mejor remunerados que trabajos simples se debe al hecho que en general estos son más escasos. Probablemente la teoría marxista es la chorrada más perfecta que jamas apareció en la tierra.

El hecho que sea una chorrada no es ni siquiera el aspecto inquietante del asunto. Chorradas hay muchas en esta tierra abundan los idiotas, de lo que se puede deducir que Dios les quiere mucho. El hecho inquietante es que se enseñó esto por cincuenta años en todas las facultades de economía en el bloque del este. Esto no se pasó en un pasado lejano, sino en una época muy reciente. No crea el lector por eso que con el hundimiento del marxismo desaparecieron todas las ideologías. Ideologías son un fenómeno muy complejo que tienen poco que ver con el contenido, este es error de Karl Popper. Criticar una ideología a través de su contenido es completamente inútil, porque una ideología no se basa en un contenido determinado. La policía secreta de Alemania del Este, de la Argentina bajo Videla o de Chile bajo Pinochet no torturó para defender un determinado contenido. Este ni siquiera lo conocían. El que cree que una de estas ratas ha leído a Karl Marx o Milton Friedman o cualquier cosa vive en las nubes.

Es ist also nur das Quantum gesellschaftlich notwendiger Arbeit oder die zur Herstellung eines Gebrauchsvalors gesellschaftlich notwendige Arbeitszeit, welche seine valorgröße bestimmt. Die einzelne Ware gilt hier überhaupt als Durchschnittsexemplar ihrer Art. Waren, worin gleich große Arbeitsquanta enthalten sind oder die in derselben Arbeitszeit hergestellt werden können, haben daher dieselbe valorgröße. Der valor einer Ware verhält sich zum valor jeder andren Ware wie die zur Produktion der einen notwendige Arbeitszeit zu der für die Produktion der anderen notwendigen Arbeitszeit. "Als valore sind alle Waren nur bestimmte Maße festgeronnener Arbeitszeit."

Karl Marx, Das Kapital, 1 Buch, 1 Abschnitt, 1 Kapitel
Es por lo tanto únicamente la cantidad necesaria de trabajo social que determina el valor de una cosa. La mercancía solo vale como un ejemplar promedio de su especie. Mercancías que contienen la misma cantidad de trabajo o que pueden ser producidas en el mismo tiempo de trabajo tienen por lo tanto el mismo valor. El valor de una mercancía en relación al valor de otra mercancía equivale al tiempo necesario para su producción al tiempo necesario para la producción de esta otra mercancía. "Como valor todas las mercancías son meramente medidas para el tiempo de trabajo fijado."

Karl Marx argumenta con un sueldo promedio lo que no sirve para nada. Es bien probable que la temperatura promedio es de agradables 20 grados. Pero esto no sirve para nada si uno muere de frío en el Polo norte y es asado en el Ecuador. A parte de esto las afirmaciones de Karl Marx son contradictorias. Constata que la remuneración del trabajo es distinto y depende de la cualificación. Pero esta remuneración distinta se debe al hecho que difieren en la escasez o sea que no son igualmente demandadas. No es de gran ayuda si se considera el trabajo de un informático o de un filólogo como la multiplicación de un trabajo de un albañil. Tanto el informático como el filólogo estudiaron cinco años, pero su remuneración es muy distinta.

Karl Marx se afana a lo largo de cien (!!) páginas a comprobar que el valor de una mercancía está determinado por el trabajo que contiene. Se comprende que abstrae completamente de la demanda. Si el valor de una mercancía dependiese de la demanda le faltaría el motor que propulsa la historia. Si el valor de una mercancía dependiese de la demanda, o sea de las preferencias de los proletarios, serían ellos que deciden lo que tiene un valor o no. Podrían entonces a través de la demanda destruir o crear capital.

Si una bolsa de Prada producida en China es diez veces más cara que una bolsa no name de la misma calidad, entonces el valor no depende del trabajo de los proletarios sino de su estupidez.

Al ignorar la demanda, si ignora igualmente los señales de escasez. En este caso basta que el trabajo se incorpore en cualquier sitio y no es necesario que incorpore ahí donde hace falta. La producción que no toma en cuenta el mercado, tal como se le conoce en economías planificadas, son debido a un error sistémico.

Aparte de esto Karl Marx tiene un estilo horrible. Es el texto más pedante, aburrido, lleno de repeticiones y de retuerces, de definiciones escolásticas, peroratas vacías que el autor conoce.

Karl Marx adoptó de Adam Smith lo que le gustaba y lo que no le gustaba o lo que contradecía a su tesis, no lo tomaba en cuenta.


La obsesión del trabajo como algo que se incorpora en una mercancía abstrayendo de la demanda la encontramos también en la obra de Adam Smith, pero igualmente encontramos en la obra de Adam Smith párrafos donde reconoció completamente la importancia de la demanda (vea optima división del trabajo).

Adam Smith está bastante cerca de la descripción de la demanda y de la oferta que encontramos hoy en día en cualquier libro de texto, a pesar de que el original, o sea Principles of Economics de Alfred Marshall, es más preciso. No utiliza todavía las nociones costes marginales y beneficios marginales, pero su concepto de precio natural / precio de mercado incluye esta concepción, vea Alfred Marshall.

Mientras el volumen de ventas de la última entidad es todavía más grande que los costes de la última entidad la ganancia aumenta, porque en este caso el beneficio promedio sube.

Pero cuando la última entidad cuesta más de lo que aporta en volumen de renta, el beneficio promedio baja. El análisis marginal apunta a la última entidad. Un polipolista aumentará la oferta hasta que los costes de la última entidad igualan al volumen de venta de esta última entidad. El punto donde los costes de la última entidad igualan al volumen de la última entidad se llama el punto de Cournot. Esto es lo que se llama la revolución neoclásica, aunque revolución es relativo, dado que Adam Smith y David Ricardo, la renta de David Ricardo es un concepto marginal, tenían ya conceptos muy similares, sino iguales.

El análisis de Alfred Marshall, sin modelización matemática alguna, dicho sea de paso, es el análisis más preciso, pero Adam Smith ya nombra los tres elementos que determinan el precio de una mercancía: Los costes de la producción, la demanda y la intensidad de la competitividad. Lo último no juega ningún papel ni en teoría ricardiana ni en la teoría marxista, lo que, dado las suposiciones extrañas, de estas teorías, es lógico. En ambas teorías el trabajo es remunerado con lo justo para sobrevivir y para un sueldo que garantiza a duras penas la subsistencia del trabajador y su familia y la reproducción de su trabajo, trabaja tanto que puede. No es por lo tanto posible de producir un producto a un precio más bajo reduciendo el sueldo, porque este sueldo ya está a su nivel más bajo posible. Se podría creer que sería posible de reducir el provecho sobre el capital y reducir de esta manera el precio de una mercancía, pero esto es igualmente imposible, porque el provecho del capital es "natural" en el sentido de Adam Smith. El capitalista por lo tanto podría retirar su capital y invertirlo en otra cosa, si el precio de mercado baja. Por una razón que no hay que entender, el trabajo existe en abundancia y el capital es algo escaso, a pesar que de hecho este último, no siendo otra cosa que dinero, se puede imprimir en cualquier cantidad. La tierra a su vez es escasa y recibe una renta en la obra de David Ricardo y no juega ningún papel en la obra de Karl Marx.

Siendo de esta manera todos los costes fijados de manera objetiva la demanda no juega ningún papel. Sea la demanda lo que sea, los costes serán iguales. (Hay un pequeño detalle que es distinto en la obra de David Ricardo. La distribución entre la renta y el provecho depende de la cantidad de trabajadores empleados, vea David Ricardo.)

Suponen estas teorías igualmente que el rendimiento, o sea la eficacia, es la misma en todas las empresas, lo que nunca es el caso, dicho sea de paso, pero que podría ser el caso, si el capital puede efectivamente fluir sin problemas a las empresas más eficaces y igualar de esta forma el rendimiento marginal.

En resumidas cuentas. En estas teorías no hay rentas. En la vida real un panadero no es igual de eficaz que el otro y el más eficaz recibe una renta, si la demanda es lo suficientemente alta y el precio por lo tanto lo suficientemente alto para que el menos eficaz pueda producir también. Por el hecho que ambas teorías suponen que el capital puede fluir a cualquier parte, todas las empresas son igual de eficaces.

En resumidas cuentas en estas teorías raras la intensidad de la competencia no juega ningún papel y por la tanto ambos tampoco la mencionan como factor determinativo.

Estas teorías son evidentemente y completamente erróneas. Primero lo que es realmente escaso es el trabajo cualificado y los empresarios. Si Google, Apple, Amazon, Facebook,etc, estuviesen en Alemania,tendría obviamente un par de problemas menos. Segundo el capital, como dinero, tampoco es escaso y si la estructura de economía cambia, tampoco el capital fluye a otros sectores. Será eliminado en el sector donde está clavado y se creará nuevo capital en los sectores que corresponden a la demanda, vea también tipo de interés. A un cambio de la demanda una economía reacciona con la creación de nuevo capital y no con una realocación del capital, sea esto lo que sea, vea también Joseph Schumpeter. Siempre y cuando, obviamente, el know how permite la creación de nuevo capital. Si se quiere producir Smartphones, el capital no es el problema, para un proyecto tan rentable cualquier banco genera el dinero, sea que se lo presta del banco central, sea que el sistema bancario lo genera, vea balanza de pagos. La parte difícil es encontrar la gente que construye estos aparatos. Si la economía funcionase de la forma tan simple como Karl Marx y David Ricardo se lo imaginaban, se podría hacer algo más imple. En vez de extender lentamente gracias a la plusvalía estrujado del proletariado los capitalistas habrían podido igualmente tomar un crédito del banco y saldarlo después. Si es seguro que capitalistas siempre acumulan dinero y nunca lo pierden, es lo que Karl Marx supone, pero lo que desgraciadamente no tiene nada que ver con esta nuestra tierra, da lo mismo si invierten dinero propio, estrujado antes del proletariado o si toman un crédito. Es como comprarse un coche. Desde un punto de vista macro económico da lo mismo si uno se compra un coche con dinero ahorrado o con dinero prestado. Y dado que la cualificación del proletariado no juega ningún papel, en estas teorías, el proletariado habría también podido prestarse el dinero y expropiar a los capitalistas de esta forma. Esto habría sido más rápido, más fácil y sobre todo menos violento.

El que tiene ganas, vea perspectiva económica / perspectiva literaria, puede verificar si la teorías raras que Adam Smith de vez en cuando expresa, o sea sus opiniones raras sobre el ahorro, vea balanza de pagos o sus opiniones grotescas sobre el trabajo, no se encuentran más bien al principio de la obra y si Adam Smith no iba aprendiendo cosas a lo largo de los doce años en los que escribió este libro. Si admitimos que es siempre útil si se aprende algo a lo largo de la vida, se podría incluso decir el que deja de aprender algo ya está listo para la tumba, es bastante útil si uno que escribe un libro se acuerda 200 páginas más en adelante de lo que había escrito antes.

Karl Marx es un representante muy típico de la cooperación de economistas. Utiliza un máximo de seso para resolver problemas inexistentes o problemas que el mismo produjo habiendo creado un sistema tan contradictorio y absurdo que quedan realmente muchos problemas a resolver. Siendo tan ocupado a resolver los problemas de su mundo paralelo, es completamente incapaz de ver lo que cualquiera tiene delante de los ojos.

En este momento, dado a las crisis de todo tipo, crisis en el sector inmobiliario, endeudamiento de los estados y bancos, burbujas en la bolsa, balanzas de pago desequilibradas, etc.. Karl Marx vive en estos momentos un renacimiento, a pesar de que nadie realmente sabe lo que es el capitalismo y qué tienen que ver estos problemas con el capitalismo.

El dinero que se derrama por el globo produciendo burbujas por todas partes, pero pocas inversiones reales que crean trabajo, si dejamos al lado el sector inmobiliario, no deriva de la plusvalía exprimido del proletariado, sino de las máquinas de imprimir de los bancos centrales lo que, dicho sea de paso no sería ni siquiera un problema, si fuese invertido en inversiones reales. Entonces sería, muy al contrario, una cosa muy sensata.

Los proletarios de la tierra propulsaron un poco este proceso, llevando fielmente sus ahorros, algo que según la teoría marxista ni siquiera deberían tener, a los recaudadores de fondo y inflaron de esta manera un poco más la liquidez, pensando que los 3 000 000 000 000 de dólares que China tiene como reserva no bastan.

Algo sobre lo cual se podría realmente reflexionar es si no fuera mejor de dejar más dinero a las empresas. La cuota de capital propio de las empresas en Alemania es solo 25 por ciento. Con esto se obliga a las empresas de depender de los bancos. Sería una pregunta interesante si la alocación del capital o la adaptación a cambios en la estructura económica no funcionaría mejor, si se reduciría el poder de los bancos.

La historia no es una historia de la lucha de clases, sobre todo porque clases no existen, sino una historia de fallos cerebrales. En cuanto a la pregunta si es posible de evitar estos cíclicos fallos cerebrales vea ¿Son accesible la gente a argumentos? y ¿Se puede cascar esta nuez?.

Estas preguntas evidentemente son fundamentales. El que no cree que se puede responder a estas dos preguntas de manera positiva, tampoco necesita leer este manual, esto es obvio.

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Anotaciones:

ES        DE

Teoría del valor del trabajo en la teoría de
Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx

Los errores fundamentales como ahorro = inversión,
la teoría del velo del dinero, el concepto del trabajo incorporado llevan a muchos errores.

Los errores fundamentales de Karl Marx los ha adoptado de David Ricardo, pero es de suponer que eran ideas corrientes de la época.

La economía clásica no ha corregido estos errores sino
más bien agravarlos, porque en el fondo describe una economía estática.

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