Aviso legal

1.1.9 Efectos alocativos de los impuestos

Como ya lo hemos indicado antes se menciona en Wealth of Nations todos los temas que hasta hoy en día están en el centro del debate público.

Sobre los impuestos y aranceles se discute bajo cuatro aspectos.

1) Efecto sobre la alocación
2) Efecto sobre la distribución
3) Eficacia de la recaudación
4) Metas perseguidas

Si dejamos de lado países cuya financiación no se basa en los impuestos, por ejemplo porque se financian por los ingresos generados por la exportación de petrol, los sistemas fiscales se asemejan, quiere decir que siempre hay un sistema de varios impuestos, impuesto sobre la renta, impuesto sobre el valor añadido, impuesto sobre la renta del capital, impuesto sobre la fortuna etcétera.. Es difícil de creer que alguien, sobre todo los políticos que en general suelen ser legos en economía, ven en este sistema algo lógicamente coherente, sobre todo porque las metas y efectos de los distintos impuestos se contradicen. El impuesto sobre la renta, dado que toma en cuenta la situación personal, por ejemplo permite ser más "justo". Los que ganan menos, pagan menos y también paga menos la gente con determinados deberes sociales, los que se ocupan por ejemplo de un pariente enfermo. Por otra parte esta el IVA (impuesto sobre el valor añadido). El IVA, que se impone sobre el volumen de venta y en su efecto final sobre el consumo, no toma en cuenta la situación individual. Da igual si una persona tiene solo lo justo para vivir o un multimillonario que compran un pan, ambos pagan la misma cantidad de IVA. En Alemania, y muy probablemente en todos los países que tienen estos dos impuestos la situación es similar , los ingresos generados por el IVA igualan más o menos los ingresos generados por el impuesto sobre la renta. Si se aboliría uno de estos impuestos se tendría que doblar dramáticamente la tasa de impuesto del otro, si nos restringimos por el fin del análisis a estos dos impuestos. Simplificando se puede decir, que las tasas fiscales respectivas tendrían que doblar. Si se mantiene el principio que la gente con pocos ingresos, pagan menos impuestos y la gente más adinerada más, entonces la gente que gana mucho tendrían que pagar mucho más, más que el doble, porque la gente que gana poco simplemente no se les puede gravar más.

Por otra parte los precios de las mercancías bajarían dramáticamente. Dado que las contribuciones a los distintos sistemas sociales y los impuestos ya van incluidos en el precio, el empresario calcula, obviamente, con los salarios brutos, por más de 19 por ciento (la tasa de IVA en Alemania, si dejamos de lado alimentos, que se grava con 7 por ciento). Evaluar los efectos de un cambio tan radical es complicado y depasa de cualquier forma el nivel intelectual de un político promedio, dado que estos en general han estudiado jurisprudencia, lo que no es realmente una carrera que propulsa las capacidades analíticas. Suponemos para el fin de nuestro análisis que los ingresos fiscales quedarán los mismos que en el caso de que se grava sea solo la renta, sea solo el volumen de venta.

La grabación fuerte de los ingresos importantes tendría el efecto que el ahorro disminuiría, dado que son sobre todo los "ricos" que ahorran mucho, porque solo ellos tienen la posibilidad de hacerlo. Si al otro lado se redistribuye el cargo de manera que a los pobres queda más y a los ricos menos, el consumo aumentaría.

¿Sería trágico esto? Primero hay que ver que gran parte del ahorro, y esta parte es realmente invertida en inversiones reales, no deriva del "ahorro", tal como Adam Smith se lo imagina, parte de la ganancia no consumida, sino de deducciones, vea tipo de interés.

En las inversiones de sustitución de este tipo tenemos ya un progreso tecnológico, dado que una maquina nueva siempre es tecnológicamente más avanzada que la máquina que sustituye. Efectivamente quedaría menos "ahorro" para inversiones expansivas. La pregunta que por lo tanto surge es ésta. Se fomenta la inversión si hay mucho ahorro o si hay una gran demanda? Si miramos la situación, seguimos en el año 2013, actual, se puede por lo menos decir que el ahorro solo no fomenta la inversión en proyectos reales, hay más bien una tendencia a producir burbujas de todo tipo. Si del otro lado no hacen falta "ahorros", en el sentido de Adam Smith, para las inversiones, vea balanza de pago, no se ve muy claramente porque hay que fomentar el ahorro. Por otra parte es de suponer que un incremento de 19 por ciento, tasa del IVA en Alemania, del consumo, si suponemos que en esta nueva situación la gente con pocos ingresos todavía no son capaces de ahorrar mucho, tendrá un efecto sobre la oferta. El grado de la utilización de la economía aumentaría, lo que significaría dos cosas. Los empresarios ganarían más, o sea el efecto del incremento de la tasa del impuesto sobre la renta sería en parte recompensada y la producción estaría más adaptada a las señales de escasez del mercado. Para ponerlo más simple: En vez de producir burbujas bursátiles, se produciría más coches, muebles, aparatos eléctricos de todo tipo etc.. En el caso que esta demanda depasa las capacidades de la producción, poco probable dado que el grado de utilización es solo 71 por ciento, en Alemania, sería fácil de aumentar el potencial productivo, siempre y cuando al interior hay el know how de producir las cosas que la gente quiere comprar, de no ser así, se produciría un déficit en la balanza comercial.

En favor del IVA se puede alegar los argumentos siguientes. El primer argumento es que la gente con ingresos fuertes notarían de manera muy concreta este aumento y la resistencia contra un cambio sería por lo tanto grande. Algunos incluso transferirían sus ingresos al extranjero o se establecerían en otro país. Si los ingresos de esta gente se basan en un rendimiento mayor, si son el resultado de una mayor competitividad, es una pérdida, obviamente. Si solo son el resultado de factores contingentes, herencia o rentas de todo tipo, definición renta vea David Ricardo, no tanto. En cuanto a las empresas se refiere, habrá también una redistribución hacia las empresas que más satisfacen el consumo que otros.

El segundo argumento que se puede alegar en favor del IVA es que no se nota tanto. Del IVA en general se discute cuanto se aumenta, lo que pasó por ejemplo en Alemania en el año 2007. Después la gente lo acepta y ni siquiera lo notan. Se nota esto también en el debate público. Muy a menudo se discute por ejemplo en Alemania que 10 por ciento de la población paga 40 por ciento de los ingresos, no son los datos exactos, generados por el impuesto sobre la renta. De lo cual se deduce, que ya se grava bastante a los "ricos". Un argumento un poco curioso, dicho sea de paso, de hecho es así porque la distribución de la renta nacional es muy desigual. Lo que no se menciona en este tipo de discurso es el hecho que la gente pobre de ingresos pagan la mayoría de IVA.

Otro problema, grave en los países cuya economía depende en gran medida de la exportación, es el hecho que no hay IVA sobre mercancías exportadas, pero devuelven al empresario el impuesto deducible sobre el valor añadido. Esto significa en concreto que dos empresas pueden hacer exactamente la misma cosa, pero la que vende sus productos en el mercado nacional paga IVA y la otra empresa RECIBE IVA, o más bien dicho le devuelven el IVA que fue pagado antes.

Por último. Se alega en general en favor del IVA que es un impuesto fácil de recaudar. Lo que no se menciona es que esta recaudación fácil se debe al hecho que el IVA no toma en cuenta la situación personal del tributario, el argumento no es por lo tanto muy convincente. Si se quedaría en esta lógica el mejor impuesto seria una captación. Cada persona, desde el que bebe hasta el multimillonario pagan todos lo mismo. Un sistema muy fácil. Aparte de ser un argumento un poco raro, es encima erróneo. El IVA se ha convertido en uno de los impuestos más complejos que existe. Hay que distinguir, al menos en Europa, entre una venta al interior del país, entre una venta a un país de la Unión Europea y distinguir en este caso entre empresas y personas privadas, una venta a un país que no pertenece a la Unión Europea. Las tasa del IVA no son iguales en algunos países hay dos, Alemania, y en otras países tres tasas diferentes sin que se entienda siempre porque las tasas son distintas. Libros, en formato papel, se grava con 7 por ciento, pero e-books, que de hecho es lo mismo, con 19 por ciento. Aparte de esto hay centenares de excepciones.

La segunda posibilidad sería abolir el impuesto sobre la renta, lo que supone, para el fin de nuestro análisis hay solo dos impuestos, el impuesto sobre la renta y el impuesto sobre el IVA, que las tasas del IVA tendrían que subir, si suponemos que los ingresos de ambos impuestos son más o menos los mismos. De hecho la tasa tendría que subir más que el doble, porque la base sería reducida. Actualmente se paga IVA sobre los impuestos sobre la renta y cualquier otro tipo de impuesto, dado que todos los gastos so cubiertos por el precio. Si se aboliera el impuesto sobre la renta la base será reducida. Para llegar al mismo volumen, se tendrá que subir por lo tanto el IVA más que el doble. Diría el autor, a pesar de que hay gente en Alemania que dice lo contrario, que esto no es posible. Efectivamente los de pocos ingresos pagarían menos impuestos, pero los que no pagan nada de impuestos, los de muy pocos ingresos, tendrían pocas ventajas, pero pagarían el doble y más para el consumo. Una redistribución del resultado el mercado según criterios sociales no es posible en este sistema. Del otro lado el "ahorro" explotaría. Si ya tenemos burbujas, tendríamos burbujas más impresionantes todavía si todo los ingresos derivarían del IVA.

El efecto sobre los precios es difícil de evaluar. Los precios netos bajarían, dado que los precios no tendrán que cubrir los impuestos, en nuestro caso, dado que para el fin de nuestro análisis tenemos un solo impuesto, el impuesto sobre la renta, solo uno. Pero es de suponer que el la tasa más elevada será repercutida al precio y por lo tanto los precios subirían. Cualquier otra cosa sería además un cuento de hadas. Si los precios no suben al abolir el impuesto sobre la renta, se podría abolir un impuesto sin subir el otro. Esto sería genial. Lamentablemente no tiene nada que ver con la realidad.

Un impuesto tan alto propulsaría además el trabajo negro y el exporte si los otros países tienen una tasa del IVA más baja. Sería más interesante para las empresas vender sus productos en otro país y además, si el consumo baja, la demanda nacional tampoco bastaría para absorber la oferta.

En resumidas cuentas. Tenemos dos impuestos que se contradicen en los efectos, en lo que concierne los efectos sobre la distribución de la renta nacional, el ahorro y los precios. En cuanto al IVA se refiere, uno podría además preguntar si los efectos que se supone ser positivos, aumento del ahorro, reducción del consumo, son realmente positivos. Sería por tanto lo más inteligente de abolir este impuesto por completo y dejar una determinada suma, digamos 14 000 euros, en Alemania, o sea el mínimo vital, sin gravar.

Qué nadie se gana grandes simpatías con esta propuesta es obvio, dado que la industria financiera, bancos y seguros, viven del ahorro. A partir del momento que el "ahorro" viene de los bancos centrales, vea también tipo de interés, el "ahorro" deja de ser algo escaso y no se puede ganar dinero prestando dinero. A parte de esto es mucho más fácil subir el IVA, en esto caso solo hay un problema al momento de subirlo, que subir el impuesto sobre la renta.

Hemos hablado arriba de los efectos sobre la alocación de los factores productivos. Esto incluye de hecho un sin fin de metas. Con impuestos se quiere fomentar un comportamiento sano (por ejemplo impuesto sobre el tabaco), propulsar la actividad económica en una determinada región (por ejemplo deducciones más altas si alguien funda una empresa en una región estructuralmente desfavorecida), se quiere interiorizar gastos externos (por ejemplo grabación más elevada de coches sin catalizador), fomentar el uso de determinadas tecnologías (deducciones más altas de lo que correspondería a la amortización), construcción o reconstrucción de determinadas edificios (por ejemplo edificios históricamente importantes) etc. etc.. Sobre todo en Europa surge el problema que muy a menudo hay distintas entidades (estado nacional, estado federal, Unión Europea) con programas similares para el mismo fin y muy a menudo se trata de fomentar estos objetivos con impuestos y con subvenciones a la vez. Si el sistema fiscal ya es caótico, con estas medidas que conllevan a excepciones y a excepciones de excepciones se convierte en una verdadera jungla.

El problema principal con estas medidas es que el rendimiento social no corresponde más al rendimiento individual, lo que presenta la base de una economía de mercado. Significa por ejemplo: Para un empresario puede ser más rentable de producir una cosa en una determinada región, por ejemplo porque ahí tiene acceso a un puerto, estación de ferrocarril o porque ahí encuentra fácilmente la mano de obra que necesita. Si el estado ahora le dice que las deducciones son más elevadas si produce en otra región, entonces puede ser atractivo de producir ahí. En la región donde inicialmente quería producir el producto le habría costado 100 euros, en la nueva región 110 euros. Significa que si la situación fiscal hubiese sido la misma, no lo habría hecho, pero el resultado es que algo que se hubiese podido producir para 100 euros, se produce ahora por 110 euros y incluso en el caso que lo puede vender, gracias a la subvención estatal, para 100 euros, la sociedad ha perdido, porque los 10 euros que faltan los paga el tributario. Una argumentación similar vale para cualquier tipo de intervención estatal, dado que el estado interviene cuando no le gusta el resultado del mercado, que tiende a producir lo que es más escaso, dado que esto brinda el mayor rendimiento, a los precios más bajos. Puede por ejemplo ocurrir que la rentabilidad de la producción de bioplásticos de momento es baja, para que un inversor invirtiera dinero en esto por ser un mercado interesante en el futuro. El estado por otra parte tiene cualquier cantidad de posibilidades para elevar la rentabilidad de la restauración de casas y si lo hace el inversor no va a invertir en la producción de bioplásticos sino en la restauración de casas con el resultado que en el futuro los bioplásticos se producen en otros países y para las casas laboriosamente restauradas no hay inquilinos porque no hay trabajo.

El lector creerá que el autor habla de escenarios especulativos sin relevancia alguna. Esto es lo no cree el autor, a pesar de que la situación es un poco más compleja. Después de la caída del muro se invirtió, hasta el año 2009, más o menos 1300 000 000 000 de euros en los así llamados "nuevos países", los cinco estados federales del este. Esto es mucho dinero. El PIB de Alemania son 3000 000 000 000 de euros. Si la teoría clásica fuese cierta, lo que no es, sería realmente un desastre. Si estas inversiones hubiesen tenido que ser financiadas por el "ahorro", no habría quedado nada para inversiones en el oeste de Alemania. Habría significado que se construye casas, calles, puentes etc., en el este y que no habría quedado nada para inversiones en el desarrollo tecnológico. Afortunadamente el ahorro, muy al contrario de lo que supone la teoría clásica, no juega ningún papel. El ahorro, comprendido en el sentido clásico como la ganancia no consumida, solo es importante en una situación de pleno empleo, cuando solo se puede hacer una de dos cosas, vea tipo de interés, pero irrelevante en una situación en la que el potencial productivo no está agotado. Dado el paro enorme en los "nuevos países" se podía construir carreteras y invertir al mismo tiempo en el desarrollo tecnológico. El dinero necesario fue simplemente impreso. Para ser más preciso. Los bancos privado se prestaron este dinero del banco central, que era hasta el 1998 el banco central alemán hasta que el banco central europeo asumió sus funciones, y los bancos privados compraron empréstitos estatales.

El problema no es por lo tanto el que sugiere la teoría clásica. Se puede invertir sin haber ahorrado antes, esto no es ningún problema. Sin embargo los problemas que surgieron después eran los mismos que los problemas actuales de España. Las inversiones en carreteras, puentes, restauración de casas y de los cascos de la ciudad no eran rentables. Para ser más preciso. Posiblemente eran rentables al nivel de la economía, pero la gente que profitaba de estas inversiones, empresas que profitaban de la infraestructura mejorada, los hoteles que profitaban de los cascos restaurados, el ciudadano que profitaba del mejoramiento del ambiente etc., no eran aquellos que debían saldar el crédito y por lo tanto había una privatización de las ganancias y una socialización de las deudas.

Aparte de esto mucho dinero fue simplemente utilizado de manera consumativa. De este consumo profitaron las empresas que satisfacían este consumo, pero estas tampoco eran aquellos que debían saldar el crédito.

En resumidas cuentas. El estado, sea el conjunto de los tributarios se quedaron con las deudas y el dinero no fue eliminado como debería hacérselo, vea tipo de intereses y como esta demanda suplementaria fue satisfecha sin crear trabajo, aparte de los trabajos creados por el impulso original, se produjo lo que se suele llamar un "fuego de paja".

"Fuego de paja" significa que el estado propulsa con dinero prestado la economía, algo que obviamente siempre puede hacerse. Pero si no hay efectos secundarios, el estado se queda con la deuda después que la fiesta se terminó. Efectos secundarios teóricamente pueden haber, es posible que una demanda suplementaria crea trabajo, este trabajo crea ingresos y estos ingresos estabilizan la demanda a un nivel más alto. Pero igualmente es posible que la demanda suplementaria se satisfaga con la misma cantidad de trabajo. Keynes menciona este tipo de efectos con su teoría del multiplicador y no se puede excluir que los haya, pero Keynes se basa mas que todo sobre INVERSIONES o sea inversiones que ya por si solas son capaces de saldar el crédito. Lo que se encuentra en los libros, que Keynes propuso en cualquier situación de recesión el estado debe propulsar el consumo a través de empréstitos, es una chorrada, es algo que Keynes no ha dicho nunca. Lo que Keynes efectivamente dijo es que cualquier inversión capaz de saldar el crédito es útil pero es inútil que un tipo de interés fijado en el mercado de DINERO impide todas las inversiones cuya rentabilidad es inferior a este tipo de interés en gran parte fijado por especulaciones.

Dicho esto vale el argumento mencionado al principio. El estado puede cambiar la alocación de los recursos, se puede decir también, que puede trucar las señales de la escasez exprimida por los precios. En gran medida los hace por ejemplo en las facultades de economía. Ahí hay cantidad de catedráticos, doctores y doctores en spe que generan cosas y "conocimientos" que no son escasez en absoluto, porque nadie los necesita. El precio de mercado sería por lo tanto cero y sin el estado nadie los produciría. Pero para esta manada es más atractivo de quedarse en el cobijo universitario que ponerse a trabajar, porque en la universidad ganan más. Ahí el estado decide qué se va a producir y obviamente tenemos una alocación errónea gigantesca. Para dar un ejemplo ilustrativo y no muy difícil de comprender.

What is the species of domestic industry which his capital can employ, and of which the produce is likely to be of the greatest value, every individual, it is evident, can in his local situation judge much better than any statesman or lawgiver can do for him. The statesman, who should attempt to direct private people in what manner they ought to employ their capitals, would not only load himself with a most unnecessary attention, but assume an authority which could safely be trusted, not only to no single person, but to no council or senate whatever, and which would nowhere be so dangerous as in the hands of a man who had folly and presumption enough to fancy himself fit to exercise it.

Es el individuo que mejor sabe en qué sector debe invertir su capital y qué producto le brinda la mayor ganancia, dado que el conoce mejor las circunstancias locales que cualquier hombre de estado o el legislador. Si el gobierno trataría influir sobre cómo los individuos deben usar su capital no solo absorbería toda su atención sino también se atribuirían una competencia que no tiene ni una sola persona, ni una reunión de ayuntamiento, ni el senado y que, agavillado en una sola mano lo suficientemente loco y arrogante para atribuírselo, sería peligrosa.

Book IV, chapter II

Lo que Hayek domina a la perfección es marketing. El título del libro, Camino de servidumbre, suena bien un libro con un título así se vende como panecillos. En cuanto al contenido se refiere es un montón de perogrulladas. Lo mismo vale para "arrogancia fatal", porque la idea ya la encontramos, vea párrafo arriba en la obra de Adam Smith: "...and which would nowhere be so dangerous as in the hands of a man who had folly and presumption enough to fancy himself fit to exercise it." La idea es más vieja que las colinas verdes del África. No es que sea erróneo por esto, pero no es nada nuevo. Está bastante claro que el mercado siempre está mejor informado que un funcionario o político.

La solución de Hayek es simple, pero lamentablemente irrelevante. Según Hayek el estado tiene que retirarse lo máximo posible, lo que igualmente supone que el mercado arregla todo y lo que el estado no arregla no hay que mejorarlo tampoco. En este mundo no hay espacio para procesos decisorios democráticos. El problema es que un retiro completo del estado no funciona, por muchas razones, vea actividades estatales y segundo la suposición que el estado es algo incontrolable no es cierto, vea preliminares.

La justificación de un impuesto con la internalización de costes exteriores, el así llamado impuesto Pigou, es siempre poco convincente, porque los supuestos o reales daños o costes exteriores no serán reparados por este impuesto.

Un impuesto Pigou es por ejemplo el impuesto ecológico sobre el combustible. Esto se hace en Alemania. La argumentación es que coches que consumen mucho contaminan el ambiente y generan costes. Estos costes no los paga ni el productor ni el consumidor sino la sociedad en general. Por lo tanto, esto es la argumentación, hay que hacer más caro este producto para que estos costes sean tomados en cuenta.

La argumentación sería más o menos lógica si los ingresos de este impuesto fuesen utilizados para reparar el daño causado, pero esto no es el caso. Lo que pasa, como máximo, es que la gente conduce menos o con coches que gastan menos. No se reduce por lo tanto el daño hecho, sino la la causa de este daño, porque el producto nocivo cuesta más caro con el impuesto. La argumentación correcta sería por lo tanto: Con un impuesto Pigou se reduce el consumo del producto nocivo.

Esto es una gran diferencia. Para la resolución de determinados problemas, por ejemplo en el sector del automóvil, las empresas necesitan dinero, sea para inventar catalizadores o catalizadores más eficaces, sea para producir motores más eficaces, sea para producir carrocerías más ligeras etcétera.. Pero para hacerlo necesitan dinero y un impuesto tipo Pigou reduce las ganancias. Dinero que se habría podido utilizar para investigación y desarrollo se utiliza ahora para renovar los cascos de la ciudad en pueblos lejanos.

La cosa sería más lógica, si se supone el el sector del automóvil por sí solo no va en la buena dirección, de tomar los ingresos generados por el impuesto Pigou y devolverlo a las empresas bajo la condición de utilizar este dinero para un fin determinado. En este caso sería realmente una internalización de costes externos.

El ejemplo más curioso de una contradicción es el impuesto sobre el tabaco. Se le justifica con los daños a la salud que causa. En esta lógica hay varios errores. No está seguro en absoluto que la gente va a reducir el consumo del tabaco si este sube de precio. Es igualmente posible que van menos al cines o menos a restaurantes y mantienen su consumo de tabaco al mismo nivel que antes. Por otra parte, y esto es la parte divertida del asunto, la Unión Europea subvenciona la producción de tabaco y es difícil de imaginarse que la producción de tabaco tenga mucho sentido si al otro lado se reduce la demanda.

Es de suponer que el impuesto sobre el trabajo es muy, muy rentable. En Alemania sobre un paquete de cigarrillos para 5 euros, casi 4 euros son impuestos. Los ingresos del impuesto sobre el tabaco se suman a 16 000 000 000 de euros, o que es enorme, dado que es un solo producto. Los ingresos de la IVA, que se impone sobre todos los productos, es solo diez veces más grande. (Todos los datos se refieren a Alemania, pero la situación es la misma en muchos países.)

Adam Smith discute casi únicamente el efecto de aranceles, sin embargo es de destacar que reflexiona también sobre la alocación. David Ricardo solo discute el efecto de impuestos y aranceles sobre el provecho del capital, lo que es bastante lógico, dado que la demanda para David Ricardo no tiene efecto alguno sobre el precio, la alocación de los factores productivos tampoco juegan papel alguno. En el mundo raro de David Ricardo se puede producir cualquier cosas. Si en esta cosa se incorpora trabajo todo está perfecto. El problema se agrava con Karl Marx. Con él la chifladura llega a su clímax.

El efecto de los aranceles lo describe de manera bastante clara. Los aranceles impiden una especialización y por lo tanto a una menor eficacia.

To give the monopoly of the home market to the produce of domestic industry, in any particular art or manufacture, is in some measure to direct private people in what manner they ought to employ their capitals, and must in almost all cases be either a useless or a hurtful regulation. If the produce of domestic can be brought there as cheap as that of foreign industry, the regulation is evidently useless. If it cannot, it must generally be hurtful. It is the maxim of every prudent master of a family, never to attempt to make at home what it will cost him more to make than to buy. The tailor does not attempt to make his own shoes, but buys them of the shoemaker. The shoemaker does not attempt to make his own clothes, but employs a tailor. The farmer attempts to make neither the one nor the other, but employs those different artificers. All of them find it for their interest to employ their whole industry in a way in which they have some advantage over their neighbours, and to purchase with a part of its produce, or, what is the same thing, with the price of a part of it, whatever else they have occasion for.

Dejar el monopolio para la producción de un bien determinado en una determinada industria o artesanía significa en cierta manera de prescribir a las personas privadas como tienen que usar su capital y llevaría casi siempre a una regulación inútil y nociva. Si la producción se puede realizar a costes iguales en el interior del país o en el extranjero, la regulación obviamente no tiene sentido alguno. Si esto no es el caso, tiene que ser en general nociva. Cualquier padre de familia sensato seguirá la divisa que nunca tratará de producir algo el mismo si esto le resultará más caro que comprarlo. El sastre no tratará de hacer sus propios zapatos, los comprará de un zapatero. El zapatero nunca tratará de hacer sus propios vestidos, empleará por ello un sastre. El agricultor no hará ni lo uno ni lo otro, va a servirse de estos artesanos. A todos ellos les parece más sensato de concentrarse en la artesanía en el ejercicio de la cual tienen ventajas en comparación a sus vecinos y comprar con una parte de su rendimiento o, lo que es lo mimo, con una parte de lo que ganan con ella, comprar todo aquello que necesitan.

Book IV, chapter II

El argumento es por lo tanto tan simple como convincente. Si la especialización del trabajo es sensato en una comunidad, entonces es igualmente sensato a nivel nacional y si lo es a nivel nacional, es igualmente a nivel global.

A nivel de una nación es también imposible sacar ventajas de un arancel. El arancel siempre es una mera redistribución de la renta nacional hacia los sectores protegidos por el arancel. El cacao por ejemplo es gran negocio, 3 millones de toneladas cada año. Pero estos granos de cacao no son procesados por ejemplo en la Costa de Marfil o en Ghana, ambos juntos producen 40 por ciento de la producción anual, porque solo los granos se pueden importar a Europa, u otras países del norte, sin aranceles, o aranceles muy bajos. Si se importa cacao a una escala más elaborada se paga entre 30 y 60 por ciento de aranceles lo que tiene como efecto que con aranceles no son competitivos.

El efecto es una protección de los productores de chocolate nacionales a cargo de los consumidores nacionales que podrían comprar el chocolate a precios más bajos si la elaboración del chocolate se hiciese en el país de origen.

Es fácil de imaginarse que el efecto sobre el nivel de vida en los países productores es fatal. Del precio que se paga en Europa por el chocolate solo 1,5 por ciento lo reciben los productores en el país de origen. La condiciones de trabajo similares a las condiciones de esclavitud y el trabajo forzado de niños se explica por esto.

Adam Smith argumenta que el dinero que habría podido ahorrar si se hubiese comprado los productos a precios más bajos se les hubiese comprado del extranjero, en cuanto al chocolate se refiere a precios mucho más bajos, se habría podido invertir en cosas que habrían aumentado el potencial productivo.

Esto es indudablemente cierto en teoría, en la práctica no tanto, porque alguien tiene que saber en qué invertir. Desde la segunda guerra mundial Alemania conoció grandes cambios en la estructura económica, la industria textil por ejemplo fue casi eliminada por completo dado que otros países podían producir ropa a precios mucho más bajos. Pero estos cambios estructurales nunca fueron un gran problema, porque siempre era posible de sustituir los puestos de trabajo perdidos en un sector por otros en otro sector, en el caso de Alemania en el sector automovilístico, en la ingeniería mecánica, en el sector de la informática, técnica médica etcétera..

A largo plazo los aranceles tienen un efecto devastador. Se mantiene artificialmente industrias que ya no son competitivas y se retrasa el proceso de adaptación.

De vez en cuando, en cuanto se refiere por ejemplo a aranceles sobre computadoras, el efecto es más devastador todavía, como lo muestra el ejemplo de Francia o Cuba. Francia quería en los años 80 proteger sus industria de computadoras. El resultado era, que perdieron también la conexión a todos los sectores que se basan en las computadores. Alemania estaba a punto de padecer el mismo destino con las tecnologías web, dado que al principio del Internet, en los años noventa, la telecom tenía un monopolio y el acceso al Internet era increíblemente caro, con el resultado que nadie podía ofrecer servicios telemáticos de cualquier tipo. Afortunadamente se privatizó la telecom en estos años y surgieron cantidad de empresas nuevas con el resultado que los costes del teléfono y servicios similares bajaron a 90 por ciento. El arancel que existe en Cuba sobre los aparatos electrónicos, sobre todo computadoras, es una política muy, pero muy arriesgada. Dado que las computadoras son la base de más o menos cualquier tipo de negocio y marketing a nivel global casi imposible sin una infraestructura de servicios informáticos Cuba arriesga de perder todo contacto con el mundo moderno.

Aranceles son el signo de una sociedad en estancamiento que no es lo suficientemente innovador para adaptarse a cambios en la estructura económica.

Hay pocos ejemplos que puedan comprobar que un arancel o una subvención, en cuanto al efecto económico se refiere es lo mismo, dado que la sociedad en su conjunto paga para la protección. Uno de los pocos ejemplos es Airbus Industries. En este caso los costes iniciales para la producción, aviones, son tan elevados, que sin una subvención fuerte habría sido imposible de producir estos aviones y a largo plazo, al menos en lo que a Airbus Industrie se refiere, fue un éxito. (Dejamos de lado ahora los detalles. Las quejas de Boeing delante de la WTO etc.)

Si se quiere se puede ver estas subvenciones como un crédito que finalmente, al menos si se considera también los efectos secundarios, know how que se puede utilizar en otros sectores, menos dinero a invertir en asistencia social, subida de los ingresos fiscales, se puede saldar, a pesar de que más vale no estirar esta argumentación a sus extremos. La argumentación con los efectos secundarios solo vale en el contexto keynesiano, cuando se crea una nueva oferta y demanda, por ejemplo construyendo casas, carreteras, diques, puentes o se mejora le educación / formación. Este tipo de actividades no compite con una oferta extranjera, dado que no se puede importar casas, carreteras etc.. Por los efectos secundarios y otros mecanismos de los cuales vamos a hablar más tarde, el efecto del multiplicador keynesiano, es bien posible que se puede saldar el crédito, por lo menos si el impulso inicial no es un mero estímulo del consumo. Si es un mero estímulo para el consumo, sucede lo que sucedió en España en la actual crisis, seguimos en el año 2013. Los créditos para el sector inmobiliario propulsaron la economía, pero no la economía española, sino la economía alemana.

Pero si se fomenta con aranceles, subvenciones, obstáculos no tarifarios (se impide la importación de algo bajo el pretexto que el producto no corresponde a determinadas normas) la producción de algo en el interior del país que se puede importar a un precio más bajo toda la economía pierde competitividad. Si se produjera por ejemplos los textiles en el interior de Alemania, serían más caros. Por ser más caros, se debería pagar unos sueldos más elevados. En un caso aislado esto a lo mejor no es trágico, Pero si hace lo mismo con computadoras, alimentos, aparatos eléctricos de todo tipo, la mayoría de ellos hoy en día producidos en China, la economía pierde competitividad incluso en los sectores, en las que puede producir a precios más bajos o / y en una calidad superior.

Lo realmente curioso en esta historia, es que hay un sin fin de cosas curiosas en esta tierra, es que la gente siempre se queja de la inmigración de trabajadores, diciendo que los inmigrantes roban trabajo a los nativos, pero nadie se queja si puede comprar una camiseta producida en Bangladesh por 5 euros la cual debería pagar 15 euros si fuese producida en, por ejemplo, Alemania. El que está contra los inmigrantes debería estar en contra también de los precios bajos en general. Si los inmigrantes "roban" el trabajo a los nativos, lo hacen igualmente los precios bajos. El autor ya ha visto cantidad de manifestaciones contra los inmigrantes de la parte de partidos de ultra derecha, pero esta gente nunca exige, esto es lo raro, que los precios de la ropa, de los alimentos, aparatos eléctricos tienen que subir para que se los puedan producir en, por ejemplo, Alemania. Se puede producir ropa en Alemania y crear trabajo, pero la cuenta la pagará el consumidor.

El autor no dice que la explotación de países como Bangladesh, Tailandia, Burma etc., sea justificable. Lo único que quiere decir es que desde un punto de vista económico las protestas contra la inmigración es un sin sentido, si se argumenta con el paro. La inmigración y la importación de productos a precios más bajos tiene exactamente el mismo efecto.

La discusión es un poco compleja y no lo vamos a debatir aquí. Europa tiene que cambiar su política de cooperación tecnológica, abolir los aranceles, sobre todo sobre el café, chocolate y otros alimentos y invertir más en la formación de inmigrantes y ayudarles a fundar empresas en el país de origen. Si hay más oferta en África, África se convierte en un mercado interesante. Si no pueden producir nada, no se les puede vender nada y hay desempleo en Europa.

La obra Wealth of Nations está llena de contradicciones y muy a menudo Adam Smith está sobre la buena pista, pero después la pierde de nuevo. En el párrafo abajo Adam Smith describe, que una realocación de capital solo es posible, si el capital fue reconvertido en su forma más líquida, o sea dinero, de lo que se puede igualmente deducir, que capital para Adam Smith no es otra cosa que dinero, pero si es solamente dinero, se puede igualmente imprimir, vea tipo de interés. Aparte de esto menciona también que el capital puede ser destruido. Si se habría pensado un poco más, se habría dado cuenta que en una economía de mercado libre la destrucción de capital es algo muy normal. Si hay un cambio en la estructura económica, por el hecho de que surgen nuevos competidores, porque la demanda cambia, por un cambio en las tecnologías de base, porque una materia prima debe ser sustituida por otra etcétera, habrá una destrucción de capital. Si se hubiese pensado un poco más, también se habría dado cuenta que nuevo "capital", o sea dinero, para financiar innovaciones, no puede venir de los sectores existentes. Un empresario en general no puede invertir su "capital" en otros sectores, o sea en un mercado que no conoce. Innovaciones en general no son financiadas por una realocación del "capital" existente, sino por nuevo "capital". Todo esto le habría debido llevar a la conclusión que el dinero no es un mero velo, vea también Joseph Schumpeter.

Ve claramente en el párrafo que sigue que la aparición inesperada de nuevos competidores amenaza la economía nacional, porque el "capital" está ligado a las máquina. Propone por lo tanto abolir los aranceles poco a poco y no de manera abrupta, para que una posible realocación sea posible. El autor diría que esto no es posible nunca. Un fabricante de textiles que se ve de repente confrontado con los competidores en países asiáticos no puede invertir, por ejemplo, en servicios telemáticos o producir televisores y además nadie necesita su "capital". Si hay empresarios capaces de fundar empresas en sectores innovadores estos pueden ir a un banco y el sistema bancario puede crear el crédito necesario de la nada. Lo mejor que se puede hacer es simplemente no imponer aranceles en absoluto. La competencia extranjera no va a aparecer de golpe, sino lentamente. Si se protege el productor nacional por mucho tiempo subiendo los aranceles en la medida que la competencia se incrementa, una reestructuración será cada vez más difícil.

The undertaker of a great manufacture, who, by the home markets being suddenly laid open to the competition of foreigners, should be obliged to abandon his trade, would no doubt suffer very considerably. That part of his capital which had usually been employed in purchasing materials, and in paying his workmen, might, without much difficulty, perhaps, find another employment; but that part of it which was fixed in workhouses, and in the instruments of trade, could scarce be disposed of without considerable loss. The equitable regard, therefore, to his interest, requires that changes of this kind should never be introduced suddenly, but slowly, gradually, and after a very long warning. The legislature, were it possible that its deliberations could be always directed, not by the clamorous importunity of partial interests, but by an extensive view of the general good, ought, upon this very account, perhaps, to be particularly careful, neither to establish any new monopolies of this kind, nor to extend further those which are already established. Every such regulation introduces some degree of real disorder into the constitution of the state, which it will be difficult afterwards to cure without occasioning another disorder. El propietario de un gran taller de artesanía debe, si el mercado local está expuesto de repente a la competencia extranjera, tal vez abandonar su negocio, sufre por lo tanto una gran pérdida. La parte de su capital que normalmente es utilizado para comprar material y pagar sus obreros, podrá tal vez encontrar otro uso. Pero la parte que consiste en edificios y plantas la podrá vender solamente con grandes pérdidas. La consideración de sus intereses lo hace por lo tanto necesario que cambios de este tipo no sean nunca introducidos de golpe, sino poco a poco y paso por paso y solo después de ser anunciado antes. El legislador debe, si su interés está en el bienestar público y no en las protestas ruidosas y intereses particulares, actuar con gran prudencia y no debe ni erigir más monopolios de este tipo ni extender los monopolios existentes. Cada una de estas medidas lleva a una tergiversación en la constitución del estado y será difícil después de corregir este error sin producir nuevas tergiversaciones.

Book IV, Chapter II

Lo curioso en este párrafo es que antes, vea una perspectiva económica, suponía un provecho natural que solo puede existir, si el "capital", de hecho dinero, puede fluir al uso más rentable lo que a su vez solo es posible, si este "capital" es líquido y la única mercancía completamente líquida es dinero. Ahora reconoce que "capital" no es líquido y que no puede por lo tanto tan fácilmente fluir de un uso a otro.

Es un error que se comete hasta hoy en día en el debate público y que podemos encontrar  cualquier día en centenares de artículos de periódico en distintas variaciones. Se supone que: a) "capital" es líquido y  b) no es ningún problema invertirlo de manera rentable. De hecho no es tan fácil  encontrar una inversión rentable y si es rentable casi siempre es también muy arriesgada. En este situación la gente busca un compromiso, o sea algo rentable y al mismo tiempo líquido, o sea re-convertible en dinero. No invierte por lo tanto en inversiones reales, sino en efectos que pueden ser reconvertidos en cualquier momento en dinero o en casas y de vez en cuando en oro. Hay por lo tanto una preferencia para inversiones líquidas y esto incluso si la rentabilidad de estas inversiones es inferior a la rentabilidad de inversiones reales. Esto es el núcleo de la teoría keynesiana. Vamos a volver al tema al hablar de Keynes.

La frase "That part of his capital which had usually been employed in purchasing materials, and in paying his workmen, might, without much difficulty, perhaps, find another employment" es igualmente errónea. Ni siquiera esto es posible en general. Primero porque al empresario le falta el know how para evaluar la rentabilidad real en otros sectores y segundo porque nadie necesita su "capital".

Si el lector quiere bien entender porque esto no funciona puede hacer algo muy simple. Puede preguntar a sus conocidos y amigos que harían, si ganarían un millón de euros / dólares / pesos en la lotería. La mayoría de la gente le va a decir que en parte se comprarán algo que quieren, un coche vistoso o construir algo para el uso personal, una casa o una piscina. Pero el resto del dinero lo llevarían fielmente al banco o a un seguro esperando a que ellos encuentren una inversión rentable que les permita de pagar un buen rendimiento de los intereses. El resultado de su pequeña encuesta corresponderá bastante bien a los datos empíricos obvios. La gente invierte en casas o traen su dinero a recaudadores de fondo que a su vez especulan con su dinero en la bolsa.

Hay muy pocas personas que realmente tienen ideas innovadoras para inversiones reales y estas en general son arriesgadas. La idea de la economía neoclásica tal como la encontramos en los libros de texto de economía y que parten de un mercado perfecto son un universo paralelo que no tiene nada que ver con esta nuestra tierra. Si se elimina la inseguridad una economía de mercado libre es obsoleta, porque el problema que esta resuelve de la manera más eficaz, ya no existe. Si no hay inseguridad, no hace falta un sistema capaz de adaptarse rápidamente a cambios estructurales. En este caso el plan no tiene que ser jamás revisado y la economía puede igualmente ser planeada por una ente central.

Por lo tanto: El único que realmente describe una economía de mercado libre y que propone una solución para el problema básico que ésta tiene, sin rechazar de ninguna manera el concepto en general, es Keynes. Las otras teorías simplemente niegan la existencia de este problema básico, sin aportar una posible solución.

Se puede mencionar como otra contradicción, es que hay muchas, el hecho de que Adam Smith dedica un capítulo entero al uso productivo, que extiende el potencial productivo y al uso improductivo, que es meramente consumido, del capital. Pero ahora nos cuenta que hay el riesgo, algo completamente acertado sin duda alguna, que debido a cambios estructurales capital puede igualmente ser destruido. La dicotomía uso productivo / uso improductivo no es tan lógica, porque si el potencial productivo permite satisfacer el consumo, o sea el uso improductivo, un uso improductivo no disminuye el uso productivo. Desde un punto de vista macro económico la destrucción de capital debido a cambios en la estructura económica tampoco es un gran problema, pero obviamente es un problema para el dueño de este capital.

El error básico de todas estas conclusiones erróneas es siempre el mismo. Adam Smith parte del principio que el ahorro es la condición para la inversión. Si se toma esta hipótesis en su forma simple, alguien tiene que tener dinero para que otro pueda invertir, es obviamente una chorrada, porque dinero se puede imprimir en cualquier cantidad. Si se interpreta de una manera más sofisticada, el ahorro reduce los recursos dedicados para la producción de bienes de consumo a favor de bienes de capital es una hipótesis solo sensata si se parte de una situación de pleno empleo, algo que muy raramente es el caso. El tercer error consiste en el hecho que una mera inversión sustitucional, o sea una que no lleva a un aumento del potencial productivo, es financiada por deducciones. (Dejamos de lado el hecho que una simple inversión sustitucional, una que solo sustituye una máquina gastada por otra, en general aumenta el potencial productivo, porque en general contiene un progreso tecnológico. Si sustituye una computadora vieja por una nueva, la nueva es más poderosa aunque cuesten lo mismo).

En el párrafo que sigue pierde nuevamente la pista correcta. Comete el mismo error que podemos leer cada día en distintas variaciones en centenares de periódicos. Supone que es el capital, de hecho dinero, que limita el potencial productivo, o sea que el capital es la determinante y la producción el efecto. Es al revés. El potencial productivo capaz de satisfacer una demanda realmente existente es la causa y la demanda por dinero el efecto. Si se puede sustituir las famosas bolsas de plástico que nos dan en los supermercados por bolsas de plástico biodegradable y si se les puede producir al mismo precio que las que conocemos, o más barato, el que sabe hacerlo recibe dinero sin problemas. El problema es que hoy en día estas bolsas no son tan estables como los producidos con plásticos a base de petróleo.

El párrafo es un lindo ejemplo como un error de base, un estrechamiento de la perspectiva, lleva a centenares de errores y pesar de que muy a menudo está en la buena pista, la pierde nuevamente. La experiencia personal, un hogar en este entonces realmente solo pudo invertir o comprarse un bien de larga duración, hoy en día esto no vale, si antes había ahorrado dinero. En cuanto a inversiones se refiere esto ya era erróneo en su tiempo, vea balanza de pagos, pero Adam Smith, al igual que muchos contemporáneos en nuestros días, no ha podido desprenderse de esta idea.

The general industry of the society can never exceed what the capital of the society can employ. As the number of workmen that can be kept in employment by any particular person must bear a certain proportion to his capital, so the number of those that can be continually employed by all the members of a great society must bear a certain proportion to the whole capital of the society, and never can exceed that proportion. No regulation of commerce can increase the quantity of industry in any society beyond what its capital can maintain.

La producción de una sociedad nunca puede despasar el valor determinado por el capital. Al igual que la cantidad de trabajadores que pueden ser empleados por alguien tiene una relación determinada con el capital, la cantidad de la gente que pueden ser empleados por todos los miembros de la sociedad tiene que estar relacionado al conjunto de capital del cual una sociedad dispone y este límite nunca puede ser depasado. En ninguna sociedad y por ninguna regulación del comercio el tamaño de la producción puede ser extendido más allá de lo que está determinado por el capital.

Book IV, Chapter II

Lo que Adam Smith no comprende, a pesar de que muy a menudo está en la buena pista, es que el ahorro solo en la medida que determina sobre la producción de productos de consumo y productos de bien es un parámetro económico relevante y solo en el caso del pleno empleo. Si se puede producir tanto los bienes de consumo como los bienes de capital, siempre y cuando que haya demanda, obviamente, no hay que reducir el uno cuando se quiere aumentar el otro. Posiblemente aquí hay varias suposiciones erróneas responsables para sus conclusiones falsas. Adam Smith supone que siempre hay pleno empleo, porque cree que a un determinado sueldo siempre hay trabajo bastante, lo que ni siquiera es cierto si se supone que este sueldo solo garantiza a duras penas las subsistencia, dado que la demanda generada por la oferta, si seguimos la lógica de Jean Baptiste Say, puede igualmente ser satisfecha en el extranjero. En este caso el capital disponible para el mantenimiento de obreros sería cada vez menos. La lógica con el pleno empleo solo vale en la lógica de David Ricardo. Si el sueldo es muy bajo, la gente muere y como los muertos no están en paro, hay siempre pleno empleo y los obreros que no querían trabajar para un determinado sueldo preferían morir. Bajo estas condiciones no hay paro voluntario, obviamente.

El mercado de dinero puede efectivamente limitar la producción, pero no como Adam Smith se lo había imaginado. El tipo de interés se fija en el mercado de dinero, vea Keynes, y este tipo de interés puede impedir inversiones cuya rentabilidad bastaría para saldar el crédito, pero no para satisfacer el tipo de interés especulativo del mercado de dinero. El "capital", o sea dinero, es en este caso el límite de la producción, pero no por el hecho de que sea escaso, dado que se puede imprimir dinero en cualquier cantidad. El hecho que hoy en día, seguimos en el año 2013, los bancos centrales bajan los tipos de intereses a un nivel históricamente bajo y al igual no se invierte bastante no contradice a la teoría keynesiana. Primero porque los bancos no pasan esto tipos de intereses al mercado y segundo porque no resuelve el problema de la inseguridad. Pero ambos problemas no se resolverían con un tipo de interés más alto. El que no entiende la versión sofisticada de Keynes, puede atenerse a Joseph Schumpeter.

Para formularlo de manera más plástica. El hecho que Google, Microsoft, Apple, Oracle, Adobe están en los Estados Unidos y no en Grecia, seguramente no tiene nada que ver con el hecho que los estadounidenses ahorraron más que los griegos. Los problemas actuales de España y Portugal no tienen nada que ver con el hecho que los tipos de intereses eran muy bajos al introducir el Euro. Si se hubiese invertido este dinero en cosas rentables, sea la rentabilidad tan baja que sea, pero una inversión capaz de saldar el crédito sin efectos secundarios descritos arriba, si se hubiese por ejemplo invertido en centros termosolares, la situación sería otra. Fluir el sector inmobiliario por el mero hecho que estos créditos son asegurados con una hipoteca es una chorrada. Esto lo entiende, aparte de los economistas, cualquier idiota. España, o más bien los directores de los bancos, no eran capaces de identificar inversiones reales. Financiar una casa es algo que un pobre director de un banco es intelectualmente capaz de hacer. Otra cosa le resulta demasiado complicado. Pero esto no es nada típico de España. Lo mismo ocurrió en Alemania después de la caída del muro. En situaciones más complejas los precios no señalan escasez, porque que futuro no tiene precio.

Es de crucial importancia  leer el original de la Teoría general del Empleo, Interés y Dinero. Keynes tampoco aboga en favor de aranceles. No cualquier estimulo de la demanda nacional es positiva. Sin embargo no se puede negar que la política tiende a abusar de la teoría keynesiana declarando cualquier intervención estatal como keynesiano y obviamente la política siempre tiene un gran interés en intervenir, porque en esto se basa su poder. En una economía de mercado tal como la concibe Adam Smith no hay nada que hacer para los políticos. Es un tema del cual ya hemos hablado varias veces. A partir del momento que el estado interviene no hay mecanismos de control tan claros y contundentes como los que controlan una economía de mercado y del otro lado una economía de mercado no resuelve todos los problemas, vea también actividades estatales. Estamos en una situación como entre Escila y Caribdis. Sin embargo no se puede decir que el estado es algo completamente incontrolable, pero hay que modificar un par de cosas, vea preliminares.

By means of such regulations, indeed, a particular manufacture may sometimes be acquired sooner than it could have been otherwise, and after a certain time may be made at home as cheap, or cheaper, than in the foreign country. But though the industry of the society may be thus carried with advantage into a particular channel sooner than it could have been otherwise, it will by no means follow that the sum-total, either of its industry, or of its revenue, can ever be augmented by any such regulation. The industry of the society can augment only in proportion as its capital augments, and its capital can augment only in proportion to what can be gradually saved out of its revenue. But the immediate effect of every such regulation is to diminish its revenue; and what diminishes its revenue is certainly not very likely to augment its capital faster than it would have augmented of its own accord, had both capital and industry been left to find out their natural employments. Es bien probable que a través de medidas de este tipo un oficio se establece más rápidamente que sin estas y que después de un cierto tiempo se puede producir al interior del país a precios igual de bajos que en el extranjero. Pero incluso en el caso que el negocio sea de esta manera más rápidamente rentable que sin estas regulaciones esto no significa que la rentabilidad o los ingresos en su conjunto sean mayores por esta regulación. La actividad comercial de una sociedad solo puede aumentar paso a paso y en la medida que se ahorra. El efecto inmediato de una regulación de este tipo es una reducción de los ingresos y algo que reduce los ingresos seguramente no hará crecer el capital más rápidamente que habiendo dejado el capital y la actividad comercial tomar su rumbo natural.

Book IV, Chapter II

Su argumentación es esta. Si el estado protege, sea como sea, con aranceles, impuestos, subvenciones, obstáculos no tarifarios, a un determinado sector, como era el caso de Airbus Industrie, vea arriba, es posible que esta industria más rápidamente es capaz de imponerse contra la competencia extranjera que sin esta protección. Pero, esto es argumentación, esta protección ha sido pagada, sea, en el caso de las subvenciones, por el tributario, sea, en el caso de los aranceles, por los consumidores de estos productos, lo que significa que el capital se redujo en un primer momento o fue desviado. En otros sectores de la economía se ahorra por lo tanto menos y como el ahorro, en el mundo de Adam Smith, es la única posibilidad de extender el potencial productivo la protección tiene el efecto de apoyar un sector de la economía a cargo de un otro. El resultado es por lo tanto, según Adam Smith, un juego de suma cero.

El error en esta argumentación es este. Adam Smith supone implícitamente que la rentabilidad es la misma en todos los sectores de la economía, lo que no es el caso. Si se hubiese tomado dinero a los panaderos impidiéndoles de esta forma de comprarse más hornos a pesar de que la demanda por panecillos ya está satisfecha y si se hubiese invertido este dinero en smartphones, la rentabilidad habría sido mayor, aunque claro está que el estado nunca tiene el derecho de tomar el dinero de alguien para darlo a otro que, en la opinión del estado, la usa mejor. Es un mero ejemplo simplificado para ilustrar el fallo. El punto es otro. Es poco probable que el estado sabe mejor que las entes privadas en que uso el capital brinde la mayor rentabilidad. Pero aparte de esto toda la teoría de Adam Smith es errónea, porque el estado puede financiar sus inversiones con dinero impreso siempre y cuando el potencial productivo no está agotado por completo. O sea: Los panaderos pueden comprarse sus hornos, siempre y cuando haya alguien que las produce y el estado puede producir los smartphone, siempre y cuando haya gente capaz de producir smartphones competitivos. La única condición es que los smartphones son lo suficientemente rentables para saldar el crédito y aniquilar el dinero creado antes.

La política tiende a definir de manera bastante arbitraria algunos sectores como centrales y justificar la subvención con el carácter básico de los sectores subvencionados. Hace un par de años por ejemplo se quería propulsar un motor de búsqueda europeo, quaero, con el argumento que los europeos tienen que ser independientes de Google. Otro proyecto de este tipo es Galileo, con el cual se quiere crear una alternativa al GPS estadounidense. Es difícil de entender porque estas tecnologías son centrales o más centrales que la reproducción de órganos a base de células madres o la desalación de agua con energía solar. Espectacular sería si se pudiese ganar energía con algas, o plantas genéticamente modificadas que pueden almacenar agua. Todo esto parece más interesante que producir por ejemplo aviones. Tecnologías de este tipo pueden mejorar la vida de centenares de millones de personas.

El argumento que Europa depende de los Estados Unidos en algunas tecnologías de base, por ejemplo en cuanto a los chips en las computadoras se refiere, no convence mucho. Intel depende igualmente de la demanda.

La mayoría de la gente ni siquiera sabe cuantos aranceles existen. Si lo supiesen, es de suponer que hubiese cantidad de protestas. El cacao crudo por ejemplo puede ser importado casi sin aranceles, pero cuando es tostado, se le grava con un arancel de 25 por ciento. De hecho la masa de cacao se podría igualmente producir en los países de origen, lo que significaría un aumento fuerte de los ingresos generados por el cacao dado que el dinero no se gana con la activación sino por el procesamiento. Los aranceles distinguen SESENTA escalas diferentes de procesamiento.

Si se considera que son justamente los países más pobres que exportan cacao (Costa de Marfil, Ghana, Nigeria) se puede decir que estos aranceles revelan una energía criminal.

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Anotaciones:

ES        DE

Efectos sobre la alocación y distribución de aranceles y impuestos

Aranceles tienen un efecto sobre la protección del sector protegido y uno muy distinto sobre la sociedad en general.

El concepto del ahorro lleva a un sin fin de conclusiones erróneas. Un arancel desfigura los precios, este es su efecto negativo. El efecto sobre el ahorro mencionado de Adam Smith es irrelevante, dado que el "ahorro" es irrelevante para la inversión.

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