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2.1.4.Equilibrio a corto plazo y Equilibrio a largo plazo

La mayoría de las teorías no son desarrollados empujados por problemas de la realidad, sino empujados por cuestiones teóricas. Es por lo tanto en gran parte una ciencia escolástica, resuelve cantidad de problemas que nadie tiene y encima de manera bastante incoherente y caprichosa. En la ciencia literaria se hablaría de intertextualidad, o sea de texto que se refieren a texto y que solo son comprensibles si se conoce los textos a los cuales se refieren.

La ciencia literaria ni siquiera ve esto de manera crítica, muy al contrario, la intertextualidad es considerada ahí como algo muy elegante, el apogeo del principio l`art pour l`art. La importancia de un texto literario se desprende de su estética que tanto más puramente florece tanto menos tiene que ver con la realidad. La expresión más pura de este principio es el Nouveau Roman francés y al que lee estas tonterías le faltan un par de tornillos en la cabeza.

En la Universidad Complutense de Madrid por ejemplo se investiga mucho, pero no está muy claros quién lee estos artículos. Si alguien los lee tiene que se alguien con mucho tiempo, o sea alguien que no sabe que hacer con su vida, vea Publicaciones recientes de alto impacto y es de suponer que la cantidad de publicaciones bajaría dramáticamente, si esta gente tendría que trabajar de verdad y ganarse la vida ellos mismos.

Esto no vale para Alfred Marshall. Alfred Marshall hace afirmaciones bastante diferenciadas. Aduce un argumento y después lo relativiza. Describe la medición cardinal de la utilidad y después discute los problemas de este concepto, describe leyes universales para después explicar que más vale hablar de tendencias, describe la física como el paradigma metodológico para después explicar que igualmente podría ser la biología, dado que este conoce un arsenal más amplio de métodos, discute el principio de la elasticidad de los precios para después aclarar que será difícil de obtener los datos estadísticos que permitan de pronosticar un cambio en la cantidad vendida causado por un cambio del precio. El que quiere puede comparar los textos de Alfred Marshall con un libro de texto que se usa hoy en día y notará sin problema alguno una diferencia.

Tampoco trata de establecer un canon de verdades eternamente válidas. No se puede decir tampoco que la micro-economía tal como la encontramos hoy en día en los libros de texto se basa en Principles of Economics. Se debería decir simplemente que la micro-economía es Principles of Economics. Dado que el original es mejor que las copias, sería mejor leer el original. (Lo poco de Pareto que hay más vale que se lo olvide por completo.)

El tema más importante de la economía son el análisis de equilibrios de todo tipo y de maneras distintas. Equilibrio parcial, de un solo producto, en el caso de Alfred Marshall, equilibrio completo en todos los mercados mercado de trabajo incluido en el caso de Léon Walras o el optimo paretiano, que igualmente es un equilibrio.


Todos estos análisis son estáticos o sea se refieren a un determinado momento y a una determinada cantidad por la cual se conoce hipotéticamente los distintos precios. Se puede hacer este tipo de análisis, media hora, no semanas, si no se pierde de vista el cuadro general.

A largo plazo interesan otras cosas. Primero nos interesa obviamente no el equilibrio, sino el nivel de equilibrio. Puede ser que en Ghana el sueldo pro medio son 100 dólares y el precio de equilibrio para un kilo de arroz cuesta 10 dólares y en Alemania el sueldo pro medio son 2000 dólares y el precio de equilibrio de un kilo de arroz son 2 dólares. En ambos casos valen las leyes económicas universales, la demanda sube si el precio baja y la oferta disminuye si le precio baja. En ambos casos tenemos hermosas rentas, elasticidades de precio y ingresos, tenemos productos complementarios y suplementarios, el hogar ha encontrado su optimo y todas las otras cosas que encontramos en los libros de texto sobre economía. Lamentablemente todo esto no nos ayuda a responder a la pregunta principal. Porque en Ghana tiene que gastar 10 por ciento de sus ingresos para el arroz y en Alemania 0,1 por ciento. El economista es un ser curioso. Le interesa mucho más calcular de manera precisa las rentas a base de ejemplos ficticios que la pregunta de qué depende el nivel del equilibrio. Es como si una persona cuya casa está por derrumbarse a causa de un terremoto se come el coco sobre la cuestión qué baldosas serán las más bonitas para su baño. Se podría igualmente decir que los economistas están chiflados.

Pero esto ni siquiera es el problema principal. El problema principal es que no hay reflexión alguna sobre los cambios de estos equilibrios y esto se debe a un hecho muy simple que caracteriza la economía en su conjunto. El análisis de estados estáticos se presta para la modelación matemática porque se puede abstraer de todos los factores contingentes, imprevisibles, individuales, porque si solo se analiza un momento, no hay nada contingente, todo es como es, circunstancias individuales no juegan ningún papel, porque estos han producido determinados efectos, por ejemplo un determinado precio de equilibrio y no interesan las causas de estos efectos si solo se analiza un momento y obviamente no hay nada imprevisible si el futuro no interesa. Pero lo contingente, imprevisible y individual no se presta para una modelización matemática y por lo tanto economistas prefieren analizar momentos y no procesos dinámicos. Cualquier descubrimiento científico o avance tecnológico, cualquier mejora en el sistema educativo a cambios climáticos pueden obviamente cambiar de manera dramática el desarrollo económico, pero no se puede modelar estos procesos de manera matemática.

Dirá el lector que de esto tipo de cosas no se puede simplemente decir nada sensato y por lo tanto más vale analizar los hechos y aspectos sobre los cuales se puede decir algo sensato aunque no sean los aspectos relevantes, pero esto no lo cree el autor. Primero no niega que es legítimo analizar estos hechos irrelevantes, pero basta una hora. No hay que hacerlo dos semestres enteros. De otra parte se puede decir cosas muy concretas también sobre hechos que no se prestan a la modelización matemática. La modelización matemática describe en general tendencias a pesar de los economístas creen que se trata de leyes económicas universales. Una tendencia describe la relación entre dos efectos, pero no las causas de estos efectos.

Se puede definir una función que establece una relación entre los costes y la cantidad producida de manera que los costes suben al aumentar la producción, o sea formular la curva de la oferta de manera matemática. Sin embargo esta formula tipo "costes = costes variables * cantidad + costes fijos" no describe causas, describe los meros efectos de algo. Describe para ser más preciso la estructura de los costes en un momento dado, pero no describe los fenómenos realmente interesantes. Como cambian estos costes con el avance tecnológico y que influencia tiene una mejor difusión del saber sobre el avance tecnológico y sobre todo pasa por alto el fenómeno que la demanda influye también en los costes, vea elasticidad de los ingresos. Este ejemplo es relativamente simple, pero se puede decir que cualquier modelización matemática en la ciencias sociales tiene este problema. Modelos de este tipo son muy atractivos para economistas, porque sugieren una exactitud y una validez universal que da a la economía la pinta de ser una ciencia tan exacta como la física. El problema es, que abstrayendo de todo contingente, imprevisible y individual se recibe sobre todo cantidad de leyes completamente banales. Su validez universal lo deben a su banalidad.

Sin embargo se puede hacer cantidad de estudios muy útiles sin modelización alguna. Se puede estudiar por ejemplo en qué sectores los distintos países de Sudamérica deben invertir para mejorar la eficacia de las inversiones en investigación y desarrollo. Se puede estudiar como se puede mejorar la transparencia de las actividades de investigación, conditio sine qua non para mejorar la eficacia. Para dar un ejemplo.

Las economías de mercado libre son más eficaces porque se DESAROLLAN mejor, no porque SON mejor. La comparación entre una economía de mercado y una economía planificada en UN MOMENTO DETERMINADO no sirve para exactamente nada. Un análisis estático, en un determinado momento no analiza procesos, sino estado y estado no nos interesan en absoluto. Nunca. Jamás. Este tipo de análisis se presta para la modelización matemática, porque en un momento dado, esto es obvio, las circunstancias no cambian y se los puede por lo tanto excluir.

Es igualmente erróneo decir que este tipo de análisis supone la clausula ceteris paribus, o sea supone que nada cambia, porque al analizar un momento determinado no hace falta una clausula ceteris paribus, porque en este tipo de análisis, cuando solo se considera un momento, no cambia nada. La clausula ceteris paribus es superflua en este caso.

Lo que nos interesa no es el equilibrio, lo que nos interesa saber es como se ha llegado a este equilibrio y cuales son las fuerzas que empujan en contra de este equilibrio. Lo que encontramos en los libros de texto es como máximo un análisis que "explica" lo que mantiene el equilibrio y como se vuelve a este mismo equilibrio en el caso de que este equilibrio haya sido desestabilizado. Pero esto no interesa a nadie. Si no se llegase nunca a otros equilibrios tendríamos hoy en día el mismo nivel de vida que hace doscientos años.

Dirá el lector que moviendo las curvas de la demanda y la curva de la oferta a la derecha o a la izquierda se puede tomar en cuenta factores exogéneos. Admitimos que este tipo de análisis por lo menos toma en cuenta que algo puede cambiar a largo plazo. Sin embargo no es de gran ayuda, porque se abstrae igual de cualquier relación causal. Ejercicios tipo "Muestra los efectos sobre la curva de la demanda, si por un avance tecnológico se puede reducir el desecho" no sirven para gran cosa, porque no nos interesa mucho que en este caso se puede mover la curva de la oferta a la derecha, sino como se produjo este avance tecnológico y si hay factores propicios para inducir avances tecnológicos.

Igualmente sirve para bien poco decir que procesos tecnológicos, cambios en la organización, mejoramiento en el sistema educativo, organización más eficaz de procesos burocráticos etc. etc. no son el objeto de estudio de un economista sino de ingenieros, juristas, pedagogos, políticos etc. etc.. Si los problemas reales los resuelven otra gente, más vale invertir dinero en estas carreras.

La economía es una ciencia transversal. Cualquier problema tiene aspectos económicos que hay que tomar en cuenta. Sin embargo un economista tiene que ser capaz también de entrar en los detalles de un problema, lo que significa que tiene que especializarse, lo que es posible si se reduce en los planes de estudio lo propiamente económico a lo necesario para analizar problemas concretos y se deja los jueguitos matemáticos con los cuales se corre el riesgo de perder de vista los problemas esenciales.

Para dar un ejemplo: Concreto sería por ejemplo la pregunta si se puede aumentar la oferta y la demanda por la lana de alpaca, con quién se debe colaborar, qué tipo de cambios tiene que haber en el diseño de la ropa hecha de esta lana, a través de qué distribuidores se la puede vender, cómo debería ser el marketing. Sería interesante de analizar lanas con cualidades similares y el mercado que tienen, como por ejemplo la lana de cachemira. Dentro de un estudio esto no sería solamente interesante por el tema mismo, sino por el hecho que se puede aprender cantidad de cosas generales, sobre todo si el análisis es realizado en cooperación con estudiantes de universidades extranjeras. Si por falta de experiencia profesional los docentes de economía no son capaces de desarrollar programas y proyectos de este tipo y se refugian en sus modelos, entonces más vale despedirlos.

En el equilibrio de Alfred Marshall alguien solo gasta dinero en una caso si esta cosa corresponde a la utilidad (esperada, dicho sea de paso, porque nadie sabe realmente cuanta utilidad una cosa brinda antes de haberla consumida) que le brinda esta cosa. Dado que la utilidad marginal baja con la cantidad consumida los precios tienen que bajar también para que alguien consume más o los precios tienen que bajar hasta que correspondan a la utilidad esperada.

Si uno quiere perderse en sofismos lo puede obviamente también verlo al revés. Si alguien gasta dinero en algo, le queda cada vez menos. Esto es obvio. Pero si le queda menos dinero, la utilidad del dinero que le queda sube. Si se quiere incitarlo a comprar más los precios entonces tienen que bajar.

Sea como sea, Alfred Marshall solo en una situación bastante ficticia ve realizado este equilibrio ideal. (Que de hecho es una medición ORDINAL, o sea los problemas que Vilfredo Pareto quería resolver Alfred Marshall los veía también, pero les atribuye poco relevancia práctica.)

The simplest case of balance or equilibrium between desire and effort is found when a person satisfies one of his wants by his own direct work. When a boy picks blackberries for his own eating, the action of picking is probably itself pleasurable for a while; and for some time longer the pleasure of eating is more than enough to repay the trouble of picking. But after he has eaten a good deal, the desire for more diminishes; while the task of picking begins to cause weariness, which may indeed be a feeling of monotony rather than of fatigue. Equilibrium is reached when at last his eagerness to play and his disinclination for the work of picking counterbalance the desire for eating. The satisfaction which he can get from picking fruit has arrived at its maximum: for up to that time every fresh picking has added more to his pleasure than it has taken away; and after that time any further picking would take away from his pleasure more than it would add. El caso más simple de un equilibrio entre el deseo y el esfuerzo para obtenerlo lo encontramos cuando una persona satisface sus deseos por su propio trabajo. Si un chico coge moras es bien probable que por un cierto tiempo el coger le divierte. Por un cierto tiempo también basta el placer de comer para compensarle por el fastidio de coger. Pero después haber comido el deseo de comer más disminuye, mientras el fastidio de coger aumenta, más por la monotonía que por el cansancio. Se llegará al equilibrio cuando el placer de jugar, el repelo contra el trabajo y el deseo de comer se igualan. La satisfacción que le brinda el coger de las frutas ha llegado al máximo porque hasta este punto el coger de nuevo le ha divertido más de lo que le costaba. A partir de este momento el coger disminuye más su placer que aumentarlo.

Alfred Marshall, Principles of Economics, BOOK V, CHAPTER II, TEMPORARY EQUILIBRIUM OF DEMAND AND SUPPLY

Este equilibrio corresponde al equilibrio ideal y puede ser determinado sin utilizar el dinero como escala. Se trata por lo tanto de una medición cardinal. El aumento de la utilidad y la disminución se igualan. Este tipo de equilibrio no lo encontramos nunca en la realidad. Lo que realmente encontramos es lo que describe Schumpeter.

Die Bestimmung der Menge eines jeden Gutes und daher seines valores steht also für jedes Gut unter Drucke aller übrigen Gütervalore und erklärt sich vollständig nur durch Rücksichtsnahme auf sie. Wir können deshalb sagen, dass die einzelnen Gütervalore für jedes Wirtschaftsobjekt ein valorsystem bilden, dessen einzelne Elemente in gegenseitiger Abhängigkeit voneinander stehen. In diesem valorsystem drückt sich also die ganze Wirtschaft des Individuums aus, alle seine Lebensverhältnisse, sein Gesichtskreis, seine Produktionsmethode, seine Bedürfnisse, alle seine wirtschaftlichen Kombinationen. Dieses valorsystem ist dem einzelnen Wirtschaftssubjekt niemals in allen seinen Teilen gleich lebhaft bewusst, sein größerer Teil liegt vielmehr in jedem Augenblick unter der Schwelle des Bewusstsuno. Auch wenn es Entscheidungen über sein wirtschaftliches Handeln trifft, hält es sich nicht an die Gesamtheit aller in diesem valorsystem zum Ausdrucke kommenden Tatsachen, sondern an gewisse bereit liegende Handhaben. Es handelt eben im wirtschaftlichen Alltag im Allgemeinen gewohnheits- und erfahrungsgemäß und knüpft bei jeder Verwendung eines bestimmten Gutes an dessen valor an, der ihm erfahrungsgemäß gegeben ist.

Josehp Schumpeter, Theorie der wirtschaftlichen Entwicklung
La determinación de la cantidad de cualquier bien y por lo tanto de su valor está bajo la presión del valor de todos los otros bienes y se explica enteramente solo por la consideración que se les presta. Podemos por lo tanto decir que los respectivos valores de los bienes forman para el sujeto económico su sistema de valores cuyos elementos están dependientes uno del otro. En este sistema de valores se expresa por lo tanto todas las relaciones económicas de este sujeto, toda su condición de vida, su personalidad, su método de producción, sus necesidades y toda su situación económica. De este sistema de valores el sujeto económico nunca es plenamente consciente, la parte más grande está en cualquier momento por debajo del umbral de su consciencia. Incluso cuando hace una decisión económica no considera el conjunto de los hechos expresados en este sistema de valores, sino a reglas más simples. En la vida cotidiana actúa en general según sus costumbres y experiencias y al usar un determinado bien le atribuye un valor que corresponde a su experiencia personal.

Esto es la verdad cruda y dura. Incluso si dejamos al lado que los costes de transacción, los costes (y tiempo) necesarios para informarse, los costes para realizar efectivamente el cambio, los costes generados por la reorganización etc. etc., pueden ser tomadas en cuenta, no cambia nada al hecho. Sobre una gran parte de los gastos mensuales ni siquiera reflexionamos, sea que son fijos y solo pueden ser cambiados con un esfuerzo bastante grande, alquiler, medio de transporte, calefacción, luz etc.., sea que el esfuerzo para encontrar el producto optima es muy grande en relación con lo que eventualmente se puede ganar en utilidad, sea que el gasto es tan pequeño que simplemente no nos interesa. La gran, gran mayoría de los gastos son determinados por meras costumbres que solo cambian lentamente, por ejemplo si los ingresos aumentan a lo largo de la vida.

Solo la situación descrita arriba, con el niño que coge bromas, corresponde al equilibrio de mercado, pero este "mercado" es una concepción idealizada, presentada de Alfred Marshall como tal.

El optimo de Pareto, dicho sea de paso, se cambia productos por productos, lo que es todavía más problemático. En un tipo de mercado de este tipo, el mismo problema tiene Léon Walras, debería ser posible de intercambiar la mitad de una bicicleta que tiene diez entidades de utilidad con 20 kilos de naranjas que tienen 5 entidades de utilidad. El problema es que la mitad de una bicicleta no tiene valor alguno.

El mercado que entonces introduce es un mercado institucionalizado, o sea un mercado donde hay una entidad organizativa que fija el equilibrio.

Let us then turn to the ordinary dealings of modern life; and take an illustration from a corn-market in a country town, and let us assume for the sake of simplicity that all the corn in the market is of the same quality. The amount which each farmer or other seller offers for sale at any price is governed by his own need for money in hand, and by his calculation of the present and future conditions of the market with which he is connected. There are some prices which no seller would accept, some which no one would refuse. There are other intermediate prices which would be accepted for larger or smaller amounts by many or all of the sellers. Volvamos a los negocios cotidianos de la vida moderna y ilustramos las relaciones a través del mercado de maíz en una ciudad en el campo. Para simplificar suponemos que no hay diferencias en las calidades. La cantidad que cada agricultor o otro vendedor quiere vender a cualquier precio depende de la cantidad de dinero que necesitan y de su evaluación de la situación de mercado en el cual se mueve en el presente y en el futuro. Hay precios que ningún vendedor aceptaría y otros que ningún vendedor refutaría. Entre estos dos precios hay, dependiente de la cantidad serán aceptados por muchos vendedores.

Alfred Marshall, Principles of Economics, BOOK V, CHAPTER II, TEMPORARY EQUILIBRIUM OF DEMAND AND SUPPLY

Lo que describe es un mercado institucionalizado y un mercado donde se CAMBIAN producto, producto contra dinero, pero no se PRODUCEN productos. Un mercado donde meramente se cambia productos es algo completamente distinto que un mercado donde también se PRODUCE algo. En otras palabras. Un mercado donde solo se cambian productos lo tenemos siempre si miramos un mercado a corto plazo. A corto plazo no se produce nada o mejor dicho en un determinado día a una determinada hora hay una determinada cantidad de mercancías. Si éstas son vendidas, están vendidas y punto. En este caso, obviamente, solo el precio puede igualar la demanda y la oferta, porque la cantidad no puede variar. (Esta es la razón por lo cual en el equilibrio perfecto de Léon Walras las cantidades no cambian, como vamos a ver más tarde, vea mercado de cambio / mercado dinámico.)

La situación cambia completamente cuando los productos son producidos. Los libros de textos sobre micro-economía no distinguen entre estos mercados, a pesar de que el uno tiene poco que ver con el otro.

Cuando se produce productos estamos confrontados con toda la dinámica que caracteriza una economía de mercado, la difusión de conocimientos y la adaptación a nuevas situaciones, a avances tecnológicos, al sumergir de nuevos productores en países ajenos, etc. etc.. Rara vez vamos a ver lo que el modelo de la curva de la oferta en los libros de texto sobre economía sugiere. Un excedente de la demanda no va a llevar a precios más elevados. Más probable es el contrario. Va a aparecer un nuevo productor en un país ajeno que produce el mismo producto para mitad de precio. El aumento dramático de la demanda por los smartphones no hizo subir los precios. Muy al contrario. Se quebró el monopolio de apple y los smartphones cuestan hoy en día, seguimos en el año 2014, la mitad de lo que costaron hace 5 años. Si se ignora la dinámica de una economía de mercado se llega a resultados que no tienen nada, pero absolutamente nada que ver con la realidad. Erróneo es ya la suposición de este modelo que los costes no tienen nada que ver con la demanda.

Pero volvamos al mercado de maíz, que es un mercado donde en un determinado día se cambian productos contra dinero, pero no se puede variar la cantidad, lo que es una cosa que realmente existe. (El caso que supone León Walras y Vilfredo Pareto, o sea mercado donde la cantidad es FIJA y donde encima se cambian PRODUCTOS POR PRODUCTOS es algo definitivamente, si dejamos al lado cambios de este tipo en plan privado, "tú me das tu refrigerador y yo te doy mi televisor", inexistente.)

Suponemos que en este determinado día los compradores quieren comprar todo lo que hay y los vendedores quieren vender todo lo que hay, una situación no completamente ir-realista. En un mercado de pescado, frutas etc. los vendedores tienen que vender todo lo que tienen, porque si no tienen que desechar sus productos. (Con el grano es un poco distinto, ahí realmente la coerción de vender depende
de "his own need for money in hand, and by his calculation of the present and future conditions of the market with which he is connected". Quiere decir, si necesita dinero puede vender. Si no, puede esperar todavía. En el mejor de los casos hasta el año que viene cuando por ejemplo una mala cosecha hace subir los precios.

Pero si partimos del principio que los vendedores quieren vender todo lo que tienen y los compradores quieren comprar todo lo que hay tenemos este escenario. Este tipo se asemeja un poco a la bolsa para efectos, vea abajo.

Digamos que A, B y C tienen cada uno una tonelada de maíz y la quieren vender respectivamente para 240, 250 y 260 dólares y los compradores 1,2,3 quieren comprar una tonelada para 240, 250 y 260 dólares respectivamente. Si los tres vendedores estuviesen delante de sus respectivos montones de maíz con una etiqueta de precio en la primera rueda dos se agruparían alrededor de A y el comprador de 3, que tiene la disposición de pagar más alta, compraría esta tonelada.

Quedarían dos toneladas para 250 y 260 dólares para los cuales se pagaría 240 y 250 dólares respectivamente. La tonelada para 250 dólares se va a vender, pero la tonelada para 260 dólares no, porque el comprador que queda solo está dispuesto a pagar 240 dólares. En este caso que nadie se muestra flexible en cuanto al precio se refiere el mercado no será por lo tanto despejado.

La situación cambia si los vendedores quieren vender todo y los compradores quieren comprar todo. En este caso el comprador 1 comprendería inmediatamente que no podrá comprar si no paga más. Igualmente C comprendería igualmente que no podrá vender su tonelada. A a su vez comprende inmediatamente que puede subir el precio a 250 dólares, lo que no significa que el comprador 3 va a comprar a este precio, porque este ha comprendido inmediatamente que tiene que pagar menos. La historia termina que A,B,C van a comprar sus tres toneladas por 250 dólares, al menos en la teoría. En la práctica la situación es un poco distinta, porque no hay etiqueta de precio y lo que finalmente van a pagar depende de su habilidad para regatear y de su capacidad de esconder sus preferencias reales.

Repetimos: De momento estamos hablando de un mercado donde se cambian productos contra dinero, pero la cantidad es fija. Este tipo de mercado NO es típico para una economía de mercado libre, a pesar de Pareto y Walras cuentan el contrario. En este caso solo el precio puede igualar la demanda y la oferta.

En la bolsa (de acciones, títulos de renta fija) se calcula el equilibrio de manera distinta. En la bolsa se calcula, en la mayoría de los casos con computadoras, el precio que maximiza el volumen de venta.

Digamos que hay tres vendedores que quieren vender una determinada cantidad de acciones para determinados precios.

vendedor A 300 acciones para 50 Euro
vendedor B 120 acciones para 47 Euro
vendedor C 90 acciones para 46 Euro


Y digamos que hay tres compradores que quieren comprar una determinada cantidad de acciones para determinados precios.

comprador 1, 380 acciones para 51 Euro
comprador 2, 100 acciones para 48 Euro
comprador 3, 80 acciones para 38 Euro

Entonces recibimos este cuadro.

vendedor comprador volumen de venta
300 à 50 380 à 51 (300 * 51) = 15300
120 à 47 100 à 48 (420 * 48) = 20160
90 à 46 80 à 38 (510 * 46) = 19360

El precio que maximiza el volumen de venta sería por lo tanto 48 euros. El comprador dispuesto a pagar 48 euros solo recibiría 40 acciones.

La tercera posibilidad de determinar el precio serían las subastas que obviamente en tiempos pasados no tenían importancia alguna, si dejamos al lado las subastas de agricultores / pescadores y comerciantes. Pero hoy en día tienen importancia porque a través del Internet, ebay, se hicieron famosas. Sin embargo si analizamos bien lo que pasa podemos dudar un poco de la relevancia de renta del consumidor.

Repetimos: En un mercado compiten muchas empresas por lo cual finalmente se establece UN precio de equilibrio (en la teoría, no tanto en la práctica). Esto significa que la gente que habría sido dispuesto a pagar más, no tienen que hacerlo, porque solo tienen que pagar el precio de equilibrio, vea también medición cardinal de la utilidad. Para ponerlo más simple. El lector de estas línes pagaría mucho más por una camiseta si tendría que hacerlo, renunciando a cantidad de otras cosas, si fuese obligado de hacerlo, porque desnudo no va a salir a la calle.

La subasta, en teoría, elimina la renta, porque gana aquel que está dispuesto a pagar más. Si alguien está dispuesto a pagar para una bicicleta 200 dólares y el otro 300 el que solo está dispuesto a pagar 200 euros no va a recibir una renta de consumidor. La cosa es más simple: No podrá comprar la bicicleta porque la compra aquel que está dispuesto a pagar 300 euros.

Admitimos que esto funciona para cosas de segunda mano y al principio ebay solo vendía cosas de segunda mano. Para cosas de segunda mano no hay un precio de mercado, aunque está claro que la bicicleta de segunda mano tiene que ser más barata que la misma bicicleta nueva. Entonces existe la situación que alguna gente está dispuesto a pagar más que otra gente y ganarán, mejor dicho obtendrán el producto.

Pero si miramos las ofertas de productos nuevos en ebay, desde hace un par de años se vende también productos nuevos en ebay, vemos que la mayoría de los comerciantes profesionales venden sus productos a un precio fijo, a pesar de que habría sido más lógico que lo vendiesen a través de subastas en las cuales los compradores eventuales tienen que revelar sus preferencias reales.

Si alguien vende una bicicleta de gama alta nueva para 3000 dólares en su tienda, puede probar de ofrecerla en ebay a través de una subasta. Los 3000 dólares serían el precio de mercado, pero habrá gente dispuesto a pagar más y que no tienen que revelar sus preferencias porque hay un precio fijo. Si hay alguien dispuesto a pagar 3500 dólares obtendrá la bicicleta, pero habrá perdido 500 dólares de renta de consumidor. En teoría.

Lo que pasa realmente es algo distinto. En paralelo a ebay y empresas similares hay el mercado y usuario sabe cuando debe pagar en la tienda real. Por lo tanto no va a pagar, si continuamos con el ejemplo, 3500 euros. El precio que se debe pagar en una subasta no va por lo tanto nunca superar el precio de equilibrio de mercado. Esta es la razón porque los comerciantes profesionales, en su mayor parte, ofrecen sus productos con precios fijos.

Se podría argumentar que el truco funcionaría si no se pudiese comprar este producto en una tienda, lo que es posible. Si por ejemplo alguien en Cochabamba / Bolivia se obstina a comprar una cafetera de lujo, y hay versiones muy lujosas, se puede fácilmente gastar 4000 dólares para una cafetera, es muy probable que no podrá comprarla en Cochabamba. Pero incluso en este caso es poco probable que el truco funcionaría, porque entonces el vendedor tendría que hacer distintas subastas, una para cada ejemplar de la cafetera a distintos precios. Necesitaría entonces mucho tiempo para vender sus cafeteras y segundo la gente se fastidiaría si ve que una semana más tarde se vende la misma cafetería a precios más bajos y aprenderá que basta esperar un poco para que las cosas se hacen más baratas.

De hecho hay pocas posibilidades para sacar la renta al consumidor. La única posibilidad es producir diferentes versiones del mismo producto, algunas más caras que otras y esto es algo que realmente se hace. Si se sabe por ejemplo que alguna gente pagaría más para un coche que otros es bastante probable que con un extra cuyos costes no tienen nada que ver con el precio que cuesta, es una política sensata de producir distintas versiones. Esta gente por ejemplo está dispuesto a pagar mil euros más para cristales tintados, aunque los costes de este extra son mucho más bajos.

(Dicho sea de paso, esto siempre ocurre. Da casi igual si se produce un Mercedes o un Golf, pero el primero cuesta dos veces más que el segundo. Pero los que se compran un Mercedes están dispuestos a pagar más. Alguna gente incluso está dispuesto a pagar más si se lo produce de manera ineficaz. Todos los coches de gama alta por ejemplo son tan caros porque en parte se los produce a mano.)

Pero todos estos procedimientos se refieren a mercados donde la cantidad es fija, donde no se produce nada. Significa que todo el proceso de la producción, la parte realmente dinámica de una economía de mercado, no juega ningún papel.

Esto no hace una gran diferencia en cuanto a los libros de textos sobre economía se refiere y por lo tanto ni siquiera mencionan esta diferencia, porque el proceso de la producción en los libros de textos es simplemente "costes totales = costes fijos + costes variables * cantidad". Si la vida fuese tan simple, tendríamos cantidad de problemas menos, pero es un caso ilustrativo para un fenómeno más general. Los costes fijos son el resultado de algo, de la difusión del saber, de la organización, de la formación, del sistema escolar etc. etc. y los costes variables también son el mero efecto de algo. Dirán los economistas superlistos que los costes fijos no juegan papel alguno porque desaparecen cuando se hace la derivada, pero esto no sirve para gran cosa. En un proceso dinámico. Es verdad que en cuanto a la cantidad que optimiza las ganancias o que por lo menos minimiza las pérdidas los costes fijos no juegan ningún papel. Pero los costes fijos deciden igual, si la empresa sobrevive y cuanto gana y esto tiene a su vez efectos secundarios fáciles de imaginarse. Pero si se tomó la decisión heroica de pasar por alto todos lo que caracteriza un economía de mercado da igual si se trata de un mercado donde solo se vende una cantidad determinada o si se trata de un mercado donde realmente se vende productos.

Formulado de otra manera: Si miramos a un mercado donde solo se cambia productos estamos delante de un análisis estático. A corto plazo no cambia nada. La clausula ceteris paribus es superflua en este caso, porque no necesitamos una clausula que excluye cualquier tipo de cambio, si desde el principio sabemos que no va a cambiar nada. Pero si excluimos de nuestro análisis todo lo que eventualmente puede cambiar, no analizamos una economía de mercado. Si por encima suponemos que todo el mundo está perfectamente enterado, hemos abolido la economía de mercado cuya fuerza consiste justamente en esto: Generar informaciones a través de precios. Si el problema que resuelve una economía de mercado de manera más eficaz que una economía planificada no existe, entonces no la necesitamos. Para ponerlo más simple: La ventaja de un teléfono consiste en el hecho que se puede hablar con alguien que está lejos. Si no se quiere hablar con alguien que está lejos, no se necesita un teléfono. Así de simple es. Un aparato que resuelve un problema que no tenemos, no lo necesitamos. Si el futuro fuese transparente y previsible, no necesitamos una economía de mercado. El problema es que el futuro es completamente desconocido y lo único que podemos hacer es crear un sistema que nos permite de reaccionar de la manera más rápida posible a todos los errores que vamos a cometer por falta de información. No vamos a resolver nuestros problemas diciendo simplemente que no los hay. Esto hacen los drogadictos y los economistas pertenecen a esta especie. El cocaína no es nuestro problema, se lo puede legalizar. No es genial consumirlo, dado que no se ve la cantidad de problemas hermosos que hay en la tierra y los trabajos estimulantes que se puede hacer, pero no es un problema tan grave. Pero la cooperación de economistas que dan vueltas por los pasillos de las universidades son un real problema. Se debería prohibirlos.

Alfred Marshall comienza después de analizar mercado dinámicos. (Por esto decimos que sería mejor de leer el original, o sea Principles of Economics, porque es más diferenciado que las copias, o sea los libros de textos sobre micro-economía.)

We have next to inquire what causes govern supply prices, that is prices which dealers are willing to accept for different amounts. In the last chapter we looked at the affairs of only a single day; and supposed the stocks offered for sale to be already in existence. But of course these stocks are dependent on the amount of wheat sown in the preceding year; and that, in its turn, was largely influenced by the farmers' guesses as to the price which they would get for it in this year. This is the point at which we have to work in the present chapter. Tenemos que analizar ahora las causas responsable por los cambios en los precios de la oferta, o sea qué precios los comerciantes están dispuestos a pagar. En el capítulo anterior solo hemos analizado el comercio en un solo día partiendo del principio que la cantidad ya está producida.

Alfred Marshall, Principles of Economics, BOOK V, CHAPTER III, EQUILIBRIUM OF NORMAL DEMAND AND SUPPLY

En los párrafos que siguen discute también unos aspectos de los mercados donde solo se cambia una cantidad fija. Aprendemos de esta forma que ya en este entonces existía algo como lo que hoy en día llamamos "futures", o sea mercados a plazo, donde realiza "apuestas" sobre el futuro. En este tipo de negocio una persona se compromete a comprar / vender en el futuro una determinada cantidad a un determinado precio. El vendedor tiene suerte si en el futuro el precio está más bajo. Entonces podrá comprar los productos a precios bajos y darlos al comprador para el precio, más alto, previsto. El comprador a su vez gana si el precio en el futuro está más alto. En este caso solo paga el precio más bajo previsto. Si es al revés tienen mala suerte.

Even in the corn-exchange of a country town on a market-day the equilibrium price is affected by calculations of the future relations of production and consumption; while in the leading corn-markets of America and Europe dealings for future delivery already predominate and are rapidly weaving into one web all the leading threads of trade in corn throughout the whole world. Some of these dealings in "futures" are but incidents in speculative manoeuvres; but in the main they are governed by calculations of the world's consumption on the one hand, and of the existing stocks and coming harvests in the Northern and Southern hemispheres on the other. Dealers take account of the areas sown with each kind of grain, of the forwardness and weight of the crops, of the supply of things which can be used as substitutes for grain, and of the things for which grain can be used as a substitute. Thus, when buying or selling barley, they take account of the supplies of such things as sugar, which can be used as substitutes for it in brewing, and again of all the various feeding stuffs, a scarcity of which might raise the value of barley for consumption on the farm. Incluso en el mercado de cereales de una ciudad en el campo el precio de equilibrio en un día determinado depende de las expectativas de las relaciones entre producción y consumo. En los mercados más importantes de América y Europa contratos y están determinados por compras en el futuro y influyen cada vez más sobre todas las transacciones en el mundo entero. Algunos de estos negocios con "futuros" son solamente transacciones especulativas o contingentes, pero en la mayoría de los casos se basan en pronósticos del consumo mundial de un lado y de la disponibilidad y de las cosechas futuras en el hemisferio del norte y sur del otro lado. Los comerciantes toman en cuenta los campos trabajados, la madurez de los cereales y su peso, la disponibilidad de cosas que pueden sustituir cereales. Si compran por ejemplo cebada, toman en cuenta el azúcar, que puede sustituir el azúcar en la cervecerías y los distintos forrajes, porque el precio de la cebada para el uso agrícola sube cuando estos se hacen escasos.

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No duda por lo tanto solamente que un mercado donde solo se cambia una cantidad fija sea muy representativo, incluso alega un par de argumentos para demostrar que ni siquiera en este caso la relación entre el precio y la demanda está muy clara. Es fácil de formular una función matemática que describe la relación entre precio y demanda, "precio = precio prohibitivo - factor de degresión * cantidad", pero con esta función tenemos el mismo problema de siempre. Describe efectos, pero no causas. Así en general siempre es cierto. Si dejamos al lado los chiflados que compran un producto solo por el hecho de que es caro, porque solo es exclusivo, la función es sin duda alguna cierta. La gente no compra una cosa por el mero hecho que se hace cara. Es una ley económica universal y eternamente válida, como es válida cualquier trivialidad. Tanto en Bolivia como en Alemania por ejemplo una cuchara tintinea más en una taza vacía que en una taza llena. Es la ley universalmente válida de la cuchara tintineante.

Se puede utilizar el concepto de la renta para el análisis de determinadas cosa, vea medición cardinal de la utilidad, previsto que no se pierde de vista el cuadro general y previsto que el tiempo dedicado a un determinado problema corresponde a su relevancia y tan interesante como la renta son los causas de la demanda porque la función solo establece relaciones entre efectos. Si por ejemplo todo el mundo espera que los precios van a bajar, este fenómeno va a influir sobre la demanda.

Alfred Marshall por lo tanto no constata solamente que el análisis de un mercado donde solo se cambia cantidades fijas es problemático, sino muestra que incluso el análisis de estos mercados es más complejo de lo que comúnmente en los libros de textos se cree.

Vilfredo Pareto y Léon Walras ni siquiera se dan cuenta de la diferencia entre un mercado donde solo se cambia una cantidad determinada y mercados donde se produce productos, lo que revela que no en comprendido en absoluto en qué consiste la fuerza de una economía de mercado. Todos los problemas realmente esenciales de una economía de mercado no juegan ningún papel en mercados donde solo se cambian cantidades determinadas.

Un mercado de este tipo es lo que más se asemeja al ideal de un economista. Es un mercado donde los factores extra-económicos no juegan ningún papel. El problema es que a largo plazo, si dejamos al lado los mercados donde las cantidades son fijas por razones naturales (materias primas), lógicas (pañales) u otras, completamente irrelevante para una economía de mercado. En otros palabras. Vilfredo Pareto y Léon Walras analizan algo que no tiene ninguna relevancia.

Finalmente Alfred Marshall analiza mercados donde se produce productos. Esta es una perspectiva a largo plazo. La única que realmente nos interesa.

But in this and the following chapters we are specially concerned with movements of price ranging over still longer periods than those for which the most far-sighted dealers in futures generally make their reckoning: we have to consider the volume of production adjusting itself to the conditions of the market, and the normal price being thus determined at the position of stable equilibrium of normal demand and normal supply. Pero en este y en el capítulo que sigue nos importan sobre todo los cambios de los precios a plazos más largos que aquellos que incluso los comerciantes más previsores toman en cuenta. Tenemos que considerar el volumen de producción y como este se adapta a las condiciones de mercado y el precio normal que se desprende de un equilibrio estable entre una demanda normal y una oferta normal.

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Una gran parte de este manual hemos dedicado a la cuestión si el precio de una mercancía esta determinado por los costes de producción o por la demanda, o sea la utilidad que esta mercancía brinda al consumidor, vea precio natural / precio de mercado, importancia de la demanda para el precio, precio se desprende de la demanda.

Y a pesar de que Alfred Marshall ha resuelto el problema, el precio mínimo son los costes de la producción, el precio máximo el precio que corresponde a la utilidad del consumidor, dicho de otra manera el precio está determinado tanto por la oferta como por la demanda, Carl Menger recomienza la discusión con resultados bastante absurdos. Lamentablemente hay profesores que hasta hoy en día cuentan la tonterías de Carl Menger, vea Historia del Pensamiento Económico, lo que para los estudiantes significa una pérdida de tiempo. No realmente por el hecho que es una tontería, sino por el hecho que simplemente irrelevante. Si cuenta cosas erróneos sobre cosas relevantes no es tan grave, se puede corregir. Por lo menos se habla de cosas relevantes. La situación es más difícil si se cuenta tonterías sobre cosas irrelevantes, pero en este caso hay dos problemas, no solo uno y una persona que se equivoca sobre un hecho relevante está por lo menos en la buena pista, pero una persona que equivoca en cuanto a un hecho irrelevante se refiere, está completamente despistado. El problema con lo economistas es que pertenecen al segundo grupo.

Los dos extremos, David Ricardo / Karl Marx de un lado y Carl Menger del otro son tan despistados como irrelevantes, a pesar de que los errores son distintos. David Ricardo / Karl Marx suponen que únicamente los costes determinan el precio, lo que a primera vista parece plausible si siempre hay un excedente de demanda, dicho de otra manera, la gente siempre compra lo que hay y si se supone que los obreros siempre viven al margen de la subsistencia. Pero incluso en esta situación la teoría es errónea, porque la igual la demanda decide qué se va a producir. Si nadie tiene dinero para comprarse perfumes porque el dinero solo basta para comprar las cosas esenciales para sobrevivir, entonces la demanda decide lo que se produce. (Dejamos al lado los argumentos más complejos. Los precios también deciden cómo se va a producir algo, son los precios que determinan la alocación de los factores productivos. Los comunistas de la ex Alemania Oriental lo vieron de otra manera, pero su punto de vista era obviamente erróneo. Se puede ignorar la demanda y producir pan a precios más bajos que maíz, con el resultado que se da a los puercos el pan que sobra, este ejemplo es un ejemplo real, pero el resultado no es sensato.)

Carl Menger de otra parte supone que solo la utilidad marginal determina el precio. El problema de Carl Menger es que no distingue bien entre necesidad, el valor subjetivo que algo tiene para alguien, y el poder adquisitivo que tiene. Solo cuando el valor de una cosa corresponde a las posibilidades económicas y a al valor que este alega al producto respectivo lo va a comprar, solo entonces es demanda. Una botella de Coca Cola puede tener por ejemplo para uno una utilidad de dos entidades y costar 2 euros. En este caso se va a comprar un litro de leche, porque este le brinda 2,2 entidades de utilidad. Pero si el precio de la botella de Coca Cola baja a 1 euro, se va a comprar una botella de Coca Cola y si esto lo hace todo el mundo, la demanda por leche es cero y la demanda por botellas de Coca Cola explota. Son las preferencias personales de la gente Y los costes que determinan por lo tanto el precio.

Se habría podido abreviar este discusión, muy larga, dicho sea de paso, centenares de páginas en El Capital de Karl Marx y centenares de páginas en la obra Principios de las Económicas de Carl Menger, leyendo bien a Adam Smith, vea precio natural / precio de mercado, porque este concepto ya contiene la idea que el precio está determinado tanto por la demanda como por la oferta.

Lo que no está todavía en la obra de Adam Smith es la clara distinción entre el corto plazo y el largo plazo.

A corto plazo, cuando productos no son producidos o en una situación que debido a la situación tecnológica solo pueden ser producidos si el precio permite cubrir los costes más elevados generados por el aumento de la producción el precio está fijado por la demanda. El caso extremo es obviamente un mercado donde solo se cambia una cantidad determinada de productos. Si la cantidad no puede adaptarse a la demanda, la demanda y la oferta está igualada únicamente por el precio que a su vez depende de la demanda, dado que la oferta no puede adaptarse. Obviamente. Si la única manera de adaptarse a una demanda incrementada es propulsar un aparato tecnológico a un nivel más allá de lo más eficaz, si por ejemplo el gasto de energía sube de manera sobreporporcionada, entonces igualmente la demanda determina el precio a corto plazo. Pero a largo plazo, y esto es lo que nos realmente interesa, la tecnología, la organización, el know how cambia, la distribución y la logística se perfecciona. Es de suponer que Carl Menger sería muy contento al enterarse que hoy en día cualquiera puede comprarse un coche a pesar de que la utilidad que brinda un coche es la misma que hace 150 años.

Carl Menger tiene otro problema. Si el valor y por lo tanto el precio depende de la demanda, entonces el desarrollo económico dependería de la demanda también. Bastaría desear algo y atribuirlo un determinado valor y por lo tanto un determinado precio para tener un desarrollo económico. No digamos que esto no es una opción fascinante, fascina, por esto nos gustan tanto los cuentos de hadas que abstraen un poco de la realidad. El problema es que podemos desear lo que queramos, alguien tiene que producirlo al precio que queremos y podemos (!!) pagar. Puede ser que la fantasía arrastra de vez en cuanto la realidad detrás de si, en serio, esto es lo que cree el autor, sin embargo hay que darle un par de empujes a esta realidad para que se mueva.

Tenemos que por lo tantos distinguir claramente entre corto plazo y largo plazo y con esto el problema, no muy complicado, dicho se de paso, cualquier idiota lo puede resolver, está resuelto.

Thus we may conclude that, as a general rule, the shorter the period which we are considering, the greater must be the share of our attention which is given to the influence of demand on value; and the longer the period, the more important will be the influence of cost of production on value. For the influence of changes in cost of production takes as a rule a longer time to work itself out than does the influence of changes in demand. The actual value at any time, the market value as it is often called, is often more influenced by passing events and by causes whose action is fitful and short lived, than by those which work persistently. But in long periods these fitful and irregular causes in large measure efface one another's influence; so that in the long run persistent causes dominate value completely. Even the most persistent causes are however liable to change. For the whole structure of production is modified, and the relative costs of production of different things are permanently altered, from one generation to another. Podemos por lo tanto, como regla general, sacar la conclusión que tanto más tenemos que prestar atención al influjo de la demanda cuanto más corto es el plazo de tiempo que consideramos y tanto más largo es este plazo de tiempo, tanto más importante el el influjo de los costes de producción, porque el influjo de los costes de producción sobre el valor necesita en general más tiempo para hacerse notar que cambios en la demanda. El valor actual en un tiempo determinado, el valor de mercado, como se suele nombrarlo, más a menudo es influido por fenómenos pasajeros efectos esporádicos y poco duraderos, que por efectos cuyo impacto es duradero. Pero si consideramos plazos de tiempos más largo el impacto de estos efectos irregulares y pasajeros se igualan y a largo plazo son la causas persistentes que determinan el valor. Sin embargo incluso las causas más persistentes están sometidos al cambio y toda la estructura de la producción será modificada y los costes relativos de la producción de distintas cosas son continuamente modificados de una generación a otra.

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La última frase "...For the whole structure of production is modified, and the relative costs of production ..." se refiere a la alocación de los factores productivos. (Más sobre la alocación (optima) de los factores productivos vea alocación optima de los factores productivos.) En una determinada situación y un determinado estado tecnológico los factores productivos están relacionados por los costes relativos respectivos. Si por es por ejemplo es más barato de soldar la carrocería de un coche a mano porque la mano de obra es muy barato, se lo va a hacer con la mano. Pero si la mano de obra se hace más cara, se va a utilizar un robot. En otras palabras: Se va a sustituir trabajo por capital y capital por trabajo si el rendimiento marginal del capital y del trabajo no son iguales.

Sería sensato si la cooperación de economistas leyese en el original aquel que es el fundador de lo que enseñan. O para ponerlo más claro: Lo que cuentan es una simplificación de lo que cuenta aquel.

Preste atención a la última frase: " A man is likely to be a better economist if he trusts to his common sense, and practical instincts, than if he professes to study the theory of value and is resolved to find it easy."

But nothing of this is true in the world in which we live. Here every economic force is constantly changing its action, under the influence of other forces which are acting around it. Here changes in the volume of production, in its methods, and in its cost are ever mutually modifying one another; they are always affecting and being affected by the character and the extent of demand. Further all these mutual influences take time to work themselves out, and, as a rule, no two influences move at equal pace. In this world therefore every plain and simple doctrine as to the relations between cost of production, demand and value is necessarily false: and the greater the appearance of lucidity which is given to it by skilful exposition, the more mischievous it is. A man is likely to be a better economist if he trusts to his common sense, and practical instincts, than if he professes to study the theory of value and is resolved to find it easy. Pero nada de todo esto es válido en el mundo real en el cual vivimos. Aquí cada fuerza económica cambia de dirección a causa de las otras fuerzas que actúan de manera paralela. Aquí el volumen de producción, sus métodos y los costes se influyen mutuamente. Influyen siempre el tipo y el volumen de la demanda al igual que siempre están influidos por ellos. A parte de esto todas estas relaciones mutuas necesitan un cierto tiempo para desplegar todo su impacto y en general no hay ni siquiera dos influjos que se despegan con la misma velocidad. Por esto en este mundo cualquier suposición simple en cuanto a la relación entre costes de la producción, demanda y valor se refiere son erróneas. Y más claro algo parece debido a una presentación hábil, tanto más nocivo. Es bien probable que es un economista mejor aquel que sigue su sentido común y su instinto práctico que aquellos que pretende de estudiar la teoría de valores y que está convencido que es fácil.

Alfred Marshall, Principles of Economics, BOOK V, CHAPTER V, EQUILIBRIUM OF NORMAL DEMAND AND SUPPLY,CONTINUED, WITH REFERENCE TO LONG AND SHORT PERIODS

Para que lo tengamos bien claro ponemos la cosa en su contexto. Todo lo que hoy en día encontramos en los libros de textos sobre economía son conceptos de Alfred Marshall. (Si dejamos al lado lo poco de Vilfredo Pareto y Léon Walras que es de hecho superfluo.)

En estos libros de texto por ejemplo siempre encontramos la cruz de la curva de la demanda y la curva de la oferta, que establece una relación entre costes, demanda y valor. (In this world therefore every plain and simple doctrine as to the relations between cost of production, demand and value is necessarily false.) Pero el autor de este concepto dice que cualquier suposición simple en cuanto a estos parámetros se refiere es errónea.

Y para que no puede haber dudas lo que quiere decir dice al final que aquél dotado con sentido común y que confía en sus instintos prácticos sabe más de economía que aquél que está estudiando una teoría sobre el valor y dice que la encuentra fácil. (A man is likely to be a better economist if he trusts to his common sense, and practical instincts, than if he professes to study the theory of value and is resolved to find it easy.) En resumidas cuentas. El fundador de estos conceptos, muy al contrario de lo que se encuentra hoy en día en los libros de textos, tiene una opinión bastante diferenciada en cuanto a su propios conceptos se refiere.

En resumidas cuentas. Los conceptos de Alfred Marshall sirven para analizar determinados aspectos de determinadas situaciones. Hemos hecho este tipo de análisis en el capítulo anterior, vea medición cardinal de la utilidad. El lector admitirá que se puede llegar con estos instrumentos de Alfred Marshall a conclusiones no tan obvias para el sentido común y que se puede por ejemplo demostrar que un monopolio formado por un polipolio es una situación un poco absurda.

Sin embargo al trabajar con estos conceptos no hay que perder de vista el cuadro general y sobre todo el tiempo dedicado a este tipo de análisis tiene que corresponder a la relevancia real de este problema. O sea tres horas se puede dedicar a reflexionar sobre este concepto y analizar un par de problemas con este instrumento. Pero si se formaliza estos conceptos y si uno se pierde en la modelización matemática el tiempo dedicado a estos conceptos ya no pega con la relevancia de los problemas que se puede analizar con estos instrumentos.

Para ponerlo bien claro: Para los descrito en el capítulo medición de la utilidad marginal bastan tres horas. El abracadabra matemático más vale que se lo olvide. Con el tiempo ganado se puede hacer otra cosa. Aprender por ejemplo a programar en C++ o aprender un idioma. Para dar un ejemplo. El tiempo es algo muy, muy escaso y siempre hay que utilizarlo de la manera más eficaz posible. Al no hacerlo puede ocurrir que no se encuentra ningún trabajo al terminar los estudios.

Se puede decir que el problema de los economistas, su irrelevancia para el debate público, vea preliminares, no se debe a la ciencia por si misma. Los textos de Adam Smith, Alfred Marshall y sobre todo de John Maynard Keynes son muy relevantes. Se debe más bien al hecho que esta gente no lee los textos originales.

La micro-economía se ocupa exclusivamente de estados estáticos, o sea de la situación en un determinado momento en el cual, obviamente, nada cambia, por a corto plazo nunca cambia algo. Si la cooperación de economistas leyese el original, porque lo que cuentas son copias del original, se daría cuenta que este tipo de análisis no sirve para gran cosa. La crítica de Joseph Schumpeter y un par de otros que la economía neoclásica es un análisis estático tampoco pega. Alfred Marshall ve el problema claramente. No se le puede echar la culpa a Alfred Marshall si la cooperación de economístas simplifica sus conceptos. Para Alfred Marshall el estado estático es un mero instrumento, un primer paso para analizar procesos dinámicos. El problema con la versión simplista de sus conceptos que encontramos en los libros de texto que se usa hoy en día es que nunca superan este estado. No están más avanzados que Alfred Marshall, sino todo el contrario. Se ha producido un retroceso.

Vemos nuevamente que tiene poco sentido de hablar de una economía neoclásica y reprochar a esta, como lo hace por ejemplo Joseph Schumpeter, que solo analiza estados estáticos. Esto vale para Vilfredo Pareto y Léon Walras, pero no vale para Alfred Marshall.

This relaxation of the rigid bonds of a purely stationary state brings us one step nearer to the actual conditions of life: and by relaxing them still further we get nearer still. We thus approach by gradual steps towards the difficult problem of the interaction of countless economic causes. In the stationary state all the conditions of production and consumption are reduced to rest: but less violent assumptions are made by what is, not quite accurately, called the statical method. By that method we fix our minds on some central point: we suppose it for the time to be reduced to a stationary state; and we then study in relation to it the forces that affect the things by which it is surrounded, and any tendency there may be to equilibrium of these forces. A number of these partial studies may lead the way towards a solution of problems too difficult to be grasped at one effort. En la medida que abandonamos las relaciones fijas de un estado estático nos acercamos a las condiciones reales de la vida. De esta manera nos acercamos poco a poco al problema de las múltiples interacciones de las relaciones económicas. En un estado estático todas las condiciones de la producción y del consumo siempre son las mismas. Restricciones menos violentas se hace al acercarse a lo que llamamos, no muy correctamente, un estado estático. [Porque en un estado estático nada cambia y la suposición que nada cambia es entonces por lo tanto correcto.] Entonces nos concentramos sobre algunos puntos centrales. Partimos del principio que el estado estático es válido par un determinado tiempo y analizamos las fuerzas que influyen el equilibrio. Posiblemente algunas de este tipo de análisis a lo mejor nos llevan a una solución de problemas que serían demasiado complicados, si se estudiase todas las fuerzas a la vez.

Alfred Marshall, Principles of Economics, BOOK V, CHAPTER V, EQUILIBRIUM OF NORMAL DEMAND AND SUPPLY,CONTINUED, WITH REFERENCE TO LONG AND SHORT PERIODS

Espera el autor que quedó claro porque Alfred Marshall es el intelectual de los economístas "neo-clásicos" y que sus opiniones son mucho más diferenciados de lo que encontramos hoy en día en los libros de texto sobre economía que se basan en los conceptos de Alfred Marshall.

Se puede sacar unas conclusiones de un estado estático, vea los ejemplos en medición cardinal de la utilidad. A corto plazo incluso estas conclusiones son correctas. Dado una determinada tecnología, una determinada formación de la gente, dado una determinada intensidad de la competencia, etc. etc.. es verdad que la oferta solo se puede aumentar con precios más altos. Si todo el mundo de golpe quiere construirse una casa aumentarán los precios para la mano de obra cualificada, para las grúas, para los materiales etc. etc.. Pero se ignora completamente la dinámica de una economía de mercado si no se ve que a largo plazo, dado que esto precios suben, más gente se cualificará por estos trabajos, vendrán gente de otros países, las casas serán producidas de manera más eficaz, el número de grúas disponibles aumentará etc. etc.. Estos procesos fundamentales caracterizan una economía de mercado, en esto consiste su fuerza. Si se los ignora, se ignora todo aquello que presenta la fuerza de una economía de mercado.

Supone el autor que una gran parte de los estudiantes después de haber hecho centenares de ejercicios matemáticos no ve el carácter dinámico de una economía de mercado y esta dinámica es la que nos interesa.

En resumidas cuentas: Nos interesa la velocidad con la cual una economía puede adaptarse a nuevas condiciones, como mejorar la difusión del saber, como garantizar que inversiones en investigación y desarrollo se conviertan en productos concretos, como mejorar el sistema escolar, el impacto que tiene el avance tecnológico, qué impide las economías a utilizar tecnologías que le pudiesen ser útiles etc. etc..

El mero análisis de una situación estática estrecha la vista y se invierte mucho tiempo en este tipo de análisis se corre el riesgo de no aprender nada útil para la vida profesional y no aprender nada sobre economías dinámicas.

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Anotaciones:

ES        DE

Mercados donde se cambia una cantidad fija y mercados dinámicos.

Alfred Marshall analiza mercado donde solo se cambia una cantidad fija y mercados dinámicos.

Un representante típico para un mercado donde solo se cambia una cantidad fija es el mercado de cereales.

El equilibrio no es el resultado de decisiones conscientes, sino de costumbres.

En un mercado donde solo se cambia una cantidad fija una adaptación de la demanda a la oferta solo es posible a través el precio.

A largo plazo habrá cambios en la cantidad y en los precios.

 

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