Aviso legal

1.4.1 John Stuart Mill

Y sobre qué no vamos a contar absolutamente nada? Exacto! John Stuart Mill pasa por ser el fundador del liberalismo. A él se acoge Hayek y otros neo-liberales. Si lo hacen con o sin derecho vamos a ver más tarde.

La obra Principles of Political Economy, aparecido en 1848, está dividida en dos partes. La primera parte es en gran parte un resumen de la economía clásica. Todos los errores que ya conocemos, aparecen de nuevo y en parte incluso, como la idea del trabajo incorporado en las mercancías, de una forma más acentuada. De hecho recae, en cuanto a los conceptos básicos se refiere, al nivel de David Ricardo. Sin embargo hay una gran diferencia entre David Ricardo y John Stuart Mill. Los temas de David Ricardo son bastante limitadas, mientras que John Stuart Mill en la segunda parte trata una gran variedad de temas.

El error más grande, sobre todo en sus consecuencias históricas y como fundamento de una ideología, el marxismo, es el concepto del trabajo que se incorpora en las mercancías. A primera vista este error no parece muy grave y en la obra de Adam Smith tampoco es muy grave, porque a lo largo de las 800 páginas se pierde esta idea. Pero si se toma esta idea en serio los daños colaterales son grandes, porque consciente o inconscientemente llevan a un sin fin de otros errores, como por ejemplo aquel que el dinero es un mero velo y que de hecho se cambia valores existentes contra valores existentes.

La función central del dinero se ve en general en su capacidad de reducir los costes de transacción, lo que significa que se puede cambiar un valor abstracto, dinero, contra algo concreto. Pero de hecho la cosa es un poco más compleja. El dinero es en general una reivindicación a productos que no existen todavía. Si alguien va al panadero y se compra un pan para 1,60 $ el panadero tiene una reivindicación contra toda la economía en su conjunto. Esto es la única diferencia entre un pagaré normal y dinero. En el caso de un pagaré solo una determinada persona está obligado a suministrar algo, en el caso del dinero es la sociedad en su conjunto.


Para dinero toda la economía responde solidariamente. Pero si la economía salda el crédito o no, no depende de las mercancías existentes, sino de las mercancías existentes en el momento que alguien quiere canjear el pagaré. Si en el futuro nadie produce la cosa que el panadero quiere comprar, sus 1,60 $ no le sirven para nada.

Se podría decir que esto no cambia nada, porque en ambos casos, si el producto ya ha sido producido o si se va a producir el producto en el futuro, el producto será el resultado del trabajo y su valor será determinado por el trabajo incorporado. Sin embargo no es así. Porque si el dinero es una pretensión a unas mercancías que se va a producir en el futuro no hace falta ninguna plusvalía extorsionada de los obreros para producir algo. Lo que hace falta es el potencial de producir algo. En resumidas cuentas: La plusvalía extorsionada, el capital acumulado el ahorro, todos nombres para la misma cosa, no sirve para absolutamente nada si no hay un potencial productivo. Pero si hay un potencial productivo no hace falta plusvalía extorsionada, capital acumulado o ahorro para producir algo. Lo que hace falta es dinero y este se imprime en el caso de que haga falta. No puede haber por lo tanto tampoco un proceso histórico de la acumulación del capital porque al estado final, al agotamiento del potencial productivo, se puede llegar en un dos por tres imprimiendo dinero. Algo nada teórico sino muy concreto. El famoso "milagro económico" de la Alemania de la posguerra funcionó así. Alemania volvió inmediatamente, en ocho años, al nivel de vida que correspondía a su potencial productivo que a su vez depende de la formación. El "capital", de hecho dinero, se imprimía. El límite no es el capital, como la teoría clásica lo supone, sino el potencial productivo.

Dado esto no está tan claro si es económicamente sensato de mantener los obreros al nivel de subsistencia. Los "capitalistas" pueden extender la producción con la plusvalía extorsionada de los obreros. Esto tiene la ventaja de que no tienen ni pagar tipos de interés ni saldar el crédito, pero el proceso es lento. Igualmente pueden prestarse dinero de los bancos y el sistema bancario genera el dinero. Los tipos de interés a pagar dependen a su vez de la eficacia del sistema bancario y de la avidez de este sistema. Razonable sería, como lo dice Keynes, que el tipo de interés sea a un nivel lo suficientemente alto para cubrir los gastos administrativos de los bancos y riesgo. (Riesgo significa, que todo el dinero generado al otorgar el crédito tiene que ser eliminado al saldar el crédito. Como alguna empresas irán en quiebra, este dinero quedará eternamente en circulación y para compensar este efecto las otras empresas tienen que pagar un poco más de lo que prestaron.) Este tipo de interés tiene que bajar al extender la producción, si la extensión es de carácter meramente cuantitativo, porque un aumento de la oferta solo puede ser absorbido por la demanda a precios más bajos, sea por la utilidad decreciente causada por el consumo de un producto, sea porque solo a un precio más bajo la utilidad del consumidor corresponde al sacrificio. En parte por lo tanto la cuestión es quien paga. Los obreros, que ofrecen un trabajo, o los bancos, que ofrecen algo que de hecho no es escaso y que por lo tanto no debería tener precio alguno. En la lógica errónea de Karl Marx el "capital acumulado", la plusvalía extorsionada de los obreros, deberían trabajar para su subsistencia digamos 4 horas, pero tienen que trabajar 12 y el valor de las 8 horas va al "capitalista", el capital, que finalmente Marx se imagina en su forma más líquida, que es dinero, es algo escaso y tiene por lo tanto un precio. En la realidad el dinero solo tiene un precio si se lo mantiene artificialmente escaso. En la teoría clásica / neoclásica y marxista el capital es el límite de la producción. En la realidad el potencial productivo, que depende de la formación, es el límite. El capital / dinero no tiene importancia alguna. En resumidas cuentas: La teoría neoclásica que se percibe en general como el opositor del marxismo, es nada más que una variación del marxismo.

Habrá algunos que creen que esto son meras especulaciones teóricas sin relevancia práctica. Estos se equivocan. Si se cree que ahorrando se puede extender el potencial productivo se va a ahorrar y en determinadas condiciones empeorar la situación. Ahorrar solo tiene sentido si se refiere a procesos económicos REALES. Solo si el ahorro sirve para extender el potencial productivo, producir más bienes de capital, invertir en investigación y desarrollo, en la formación. Simplemente ahorrar, como se lo hace actualmente en España, seguimos en el año 2013, Grecia, Portugal va a empeorar la situación. Ahorrar es un concepto útil si se refiere a extender la capacidad productiva a cargo del consumo. Definido como simplemente consumir menos no tiene sentido alguno. Son dos cosas completamente distintas que no se debe confundir nunca, nunca, nunca.

Esto significa igualmente que no se puede garantizar el consumo en el futuro ahorrando hoy en día. El ahorro, tomado como hecho aislado, no tiene ningún efecto. Si todos se ponen su dinero bajo la almohada para consumirlo en treinta años no está seguro que habrá alguien que producirá estos productos. Si se supone de otra parte que el ahorro servirá para producir los bienes de capital que permiten producir en el futuro los bienes de consumo hay dos problemas. Primero, no hacen falta estos ahorros, porque igualmente se puede imprimir dinero, lo que sucede actualmente. Los bancos centrales inundan el mercado con dinero. Seguimos en el año 2013 y los tipos de interés de los bancos centrales están a un nivel histórico bajo, 0,5 por ciento. El dinero es casi gratuito. Segundo es difícil de ver porque los inversores van a invertir si la demanda retrocede. Y por último en caso de inseguridad los recaudadores de estos ahorros van a hacer con este dinero lo mismo que hacen con la liquidez generada por los bancos centrales. Los van a invertir en efectos. No tan líquidos como el dinero, pero casi, y todavía rinde algo. El ahorro solo tiene sentido, en este caso hablamos de efectos REALES, en una situación de pleno empleo. En este caso hay que reducir el consumo si se quiere producir bienes de capital que a su vez en el futuro permiten producir bienes de consumo. Repetimos. Es crucial de verlo. Si hablamos de ahorro hay que tener bien claro de qué se está hablando. Ahorrar en el sentido de no consumir parte de los ingresos y ponerlos bajo la almohada es un comportamiento inútil. Por el mero hecho que alguna gente ahorra no habrá gente que hacen algo con este dinero. Solo entendido como producir capitales de bienes en vez de capitales de consumo la noción ahorrar tiene sentido, al menos en una situación de pleno empleo. En una situación de subempleo, cuando se puede producir bienes de consumo y bienes de capital obviamente no tiene sentido.

Vemos por lo tanto que hay una relación entre la obsesión por el concepto del trabajo incorporado, del ahorro en general, y el dinero. El que toma el ahorro como la condición de la inversión, también cree que el dinero es algo escaso. Y este error lo comete John Stuart Mill.

What capital does for production is to afford shelter, protection, tools, and materials which the work requires, and to feed and otherwise maintain the labourers during the process. These are the services which present labour requieres from past, and from the produce of past, labour. Whatever things are destined for this use - destined to supply productive labour with these various prerequisites - are capital.

El capital suministra la producción de edificios, amparo, instrumentos y materias primas necesarias para el trabajo al igual que alimentos y todas las otras cosas que los trabajadores necesitan durante el proceso de producción. Estos son los servicios que el trabajo actual tiene que obtener del resultado del trabajo anterior. Cualquier cosa que sirve para este fin, o sea lo que está destinado a suministrar el trabajo productivo con lo que necesita, es capital.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 75

Dado que menciona antes que se paga los trabajadores con dinero está obvio que no distingue entre capital y dinero. (A parte de esto, solo si el capital está disponible en su forma más líquida, o sea dinero, se puede comprar con el capital todas las cosas que el quiere comprar.) El error es obvio: "Estos son los servicios que el trabajo actual tiene que obtener del resultado del trabajo anterior." John Stuart Mill supone por lo tanto que hace falta ahorro, trabajo acumulado, para seguir la producción o aumentarla. Esto es erróneo. La materias primas y los alimentos se puede tranquilamente financiar con un crédito. El capital tal como el lo define, como un requisito para la producción, es algo que existen en una cantidad infinita, porque es simplemente dinero y este se imprime en el caso de hace falta.

De este error sigue el segundo y con este error ya hemos llegado al abracadabra marxista.

The fund from which saving can be made is the surplus oft the produce of labour, after supplying the necessaries of life to all concerned to production, including those employed in replacing the materials and keeping the fixed capital in repair. More than this surplus cannot be saved under any circumstances.

La fuente que permite hacer estos ahorros es la plusvalía del producto de trabajo, después de todos los gastos de la producción, incluido lo necesario para reemplazar el material y el mantenimiento del capital fijo, haya sido restituido. Más que este plusvalía no se puede ahorrar de ninguna manera.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 140

No, absolutamente no. Se puede "ahorrar" mucho más, si por ahorro se entiende dinero. Se puede "ahorrar" cualquier cantidad. Mejor dicho, ni siquiera hace falta ahorrarlo, porque no hace falta ahorrar algo que existe en abundancia.

Pero aparte de que es una chorrada, es también una afirmación típica para economistas hoy en día. John Stuart Mill y todos los autores clásicos y neo-clásicos nos cuentan en miles de páginas que el ahorro es el requisito de la inversión y suponen que hay un automatismo. El problema es el ahorro y si hay este ahorro también se va a invertir. Si fuese tan fácil seríamos todos ricos. Bastaría ahorrar por un cierto tiempo y después vivir bien. El problema es al revés. Obtener dinero no es un problema alguno, pero ENCONTRAR ALGO EN QUÉ INVERTIR es un gran, muy gran problema. Pero este problema es un problema no económico y los economistas tienden a excluir de sus teorías todo aquello que es contingente, imprevisible y difícil a modelar. Pero estos factores contingentes y imprevisibles son los realmente importantes.

España, Grecia y Portugal, seguimos en el año 2013, pueden ahorrar tanto que quieren, esto no va a resolver ningún problema. Incluso si logran en un par de años a tener un presupuesto equilibrado y incluso si logran a reducir la deuda pública, esto no cambia nada. Lo que hace falta es una reestructuración de su economía. Probablemente la reducción de los gastos públicos llevará a una disminución de los precios y de los sueldos, pero es difícil de imaginarse que esto resuelve problema alguno. El "ahorro", entendido como dinero, no tiene importancia alguna. Lo importante es la fuerza innovador, la formación y la creatividad.

Si los griegos, seguimos en el año 2013, pueden producir unos smartphones con nuevas características, plegable, con baterías que duran dos semanas y se recargan en tres horas, que se apagan automáticamente cuando se los roba y sacan antes una foto del ladrón, dispuestos de un mini proyector de vídeo que permite de tirar vídeos sobre cualquier muro etc..entonces sin duda alguna recibirán dinero. Si no tienen una idea genial, solo un crecimiento cuantitativo es posible lo que supone una bajada de los precios.

Se suele reducir la teoría keynesiana a una teoría que explica vacilaciones coyunturales y que suministra instrumentos para nivelar estas vacilaciones. Esto es completamente incorrecto. La teoría keynesiana es una ruptura completa con la economía clásica y neoclásica en cuanto al concepto del ahorro, del dinero, la importancia del tipo de interés y las relaciones entre el mercado de trabajo, el mercado de bienes y el mercado de capital, en la teoría de Keynes el mercado de dinero, se refiere. La teoría keynesiana es una ruptura completa con el pensamiento económico.

Lo que actualmente en la Unión Europea se cree es esto, que es lamentablemente completamente erróneo.

All accumulation involves the sacrifce of a present, for the sake of a future good.

Cualquier tipo de acumulación significa un sacrificio en el presente a favor de un consumo en el futuro.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 142

Esto ni siquiera vale para un hogar. Un hogar puede tranquilamente ir al banco y prestarse dinero. El banco le da un crédito, el hogar se compra su coche y devuelve el crédito en el futuro. Resultado: El consumo en el futuro está financiado con un sacrificio en el futuro. Los super listos dirán que el banco solo le puede prestar dinero porque alguien llevó sus ahorros al banco y sin el sacrificio de este el banco no podría prestar dinero. La cosa es más fácil. El sistema bancario puede generar créditos. (Repetimos: Alguien gana 3000 dólares al mes y necesita 100 dólares cada día. Entonces en pro medio el banco tiene 1500 dólares que puede prestar. Si esto lo hacen millones de personas los bancos tiene cualquier cantidad de dinero para otorgar créditos. Si esto no basta, los bancos privados se prestan dinero del banco central que simplemente lo imprime, sin sacrificio de nadie.)

La afirmación vale menos todavía para inversiones. Si se quiere ser benévolo se podría argumentar así, pero esto dista mucho de la realidad. En una situación de pleno empleo la sociedad en su conjunto tiene que hacer un sacrificio, porque en una situación de pleno empleo solo se puede producir bienes de capital, "acumular capital", a cargo de la producción de bienes de consumo. Pero el pleno empleo es una situación que no existe. Si un contratista de obras se presta dinero del banco, compra el material necesario para la construcción de una casa, que se va a producir después de que él lo había pedido y contrata con este dinero prestado a obreros en paro y construye la casa no ha habido ningún sacrificio de nadie. Después alquila la casa y con lo que gana salda el crédito. Sin sacrificio alguno.

Ahora habrá muchos que dirán pues este truco lo conocemos y es justamente esto que no funcionó. Seguimos en el año 2013. La respuesta es simple: Para saldar el crédito España, para tomar un ejemplo, necesita ganar lo que equivale a este crédito lo que no es posible si el consumo generado por este impulso inicial se satisface en el extranjero. Un endeudamiento y una balanza de pago negativa es algo que no puede funcionar.


Para que quede claro porque esto el relevante. El programa de John Stuart Mill, vea el párrafo siguiente, describe la idea del cambio ocurrido en el sistema de las pensiones en Alemania, o sea ahorrar cuando se trabaja para consumir cuando se es viejo. En parte se quiere por lo tanto sustituir el sistema actual, la generación que trabaja financia las pensiones de los jubilados y esta generación a su vez serán financiadas por la generación que trabajará mientras cuando ellos son jubilados. El problema es que este sistema resultó un desastre, porque los recaudadores de fondos no encuentran inversiones lo suficientemente rentables. Algo que se habría podido fácilmente pronosticar.

This is the fundamental motive underlying the effective desire of accumulation, and is far more important than any other. It is, in short, the test of civilization. In order to induce the laboring-classes to improve their condition and save capital, it is absolutely necessary to excite in them (by education or religion) a belief in a future gain greater than the present sacrifice. It is, to be sure, the whole problem of creating character, and belongs to sociology and ethics rather than to political economy.

Este es el motivo verdadero [consumo en el futuro] del deseo de acumular y este es más importante que cualquier otro. Es, para decirlo de manera breve, lo que revela el nivel de civilización. Para incitar las clases obreras de mejorar sus condición de vida y ahorrar capital es indispensable de convencerles, por religión o educación que el consumo en el futuro es más grande que el sacrificio en el presente. Esto es, sin duda alguna, un problema de la educación y pertenece más bien al sector de la ética que a la economía política.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 142

Diría el autor que es un trabajo para un gigante de inculcar en la cabeza de la gente que el mero hecho de que ahorran no va a incitar a absolutamente nadie a invertir y si alguien quiere y puede invertir, no le hace falta ahorro. Y dentro de la lógica clásica incluso hay una contradicción. La gente ahorra, cuando los tipos de intereses son altos, pero cuando los tipos de interés son altos, poca gente va invertir, esto significa, que muchas inversiones rentables a un tipo de interés más bajo no se van a realizar, a pesar de que son lo suficientemente rentables para saldar el crédito y podrían crear trabajo. Gracias a Dios que ya el concepto de base es erróneo. Dinero se imprime. Sin embargo el tipo de interés igualmente puede ser alto y impedir inversiones rentables en el caso de que el "ahorro" no es escaso o sea si es solamente dinero, lo que de hecho es. Vamos a hablar de ello al hablar de Keynes.

No hay que incitar a la gente de ahorrar más. Esto de vez en cuando no es dañoso, pero desde un punto de vista macro-económico nunca es necesario. Si seguimos la lógica de Joseph Schumpeter, ni siquiera en una situación de pleno empleo. Por lo que sí hay que modificar es el sistema educativo, vea preliminares. Si hay un cambio en la estructura económica, sea por la emergencia de productores en países ajenos, sea por un cambio de preferencias y por lo tanto en la demanda, sea por avances técnicos hay que adaptarse a estas nuevas situaciones y esto es la parte difícil del asunto. El capital en el sentido estricto da la palabra, máquinas, plantas industriales, infraestructura etc. se destruye y reconstruye cada día, esto no es ningún problema y no se necesita "ahorro" para hacerlo. Pero lleva tiempo hasta que la gente se adapte a nuevas situaciones. Problemas estructurales son un problema del capital humano, no del capital fijo.

Si comparamos su teoría del dinero con la de David Ricardo hay que constatar que la suya es todavía más errónea que la de David Ricardo.

In the discussion into which we are now about to enter, I shall use the terms money and the precious metals indiscriminately. This may be done without leading to any error; it having been shown that the value of money, when it consists of the precious metals, or of a paper currency convertible into them on demand, is entirely governed by the value of the metals themselves: from which it never permanently differs, except by the expense of coinage, when this is paid by the individual and not by the state.

En la discusión que sigue no voy a distinguir entre dinero y metales preciosos. Esto puede hacerse sin cometer error alguno. Es así porque el valor del dinero, sea que consiste de metales preciosos sea papel moneda que se convierte en la primera en el caso de que haga falta, deriva únicamente del valor del metal precioso. Su valor nunca puede desviar de este, si dejamos al lado los costes de acuñamiento, si estos son pagados de los individuos y no del estado.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 469

No ha comprendido bien el truco con el dinero respaldado por metales preciosos (en general oro). Incluso si el dinero está respaldado por el oro, no se puede convertir toda el papel moneda en oro. El truco no funciona así. El truco es que oro no es infinitamente, por razones naturales, reproducible. Si ahora un banco establece una relación fija entre papel moneda y oro, o otro metal precioso, a ambos, al oro y al papel moneda tiene que corresponder la misma canasta de compra.


Si ahora alguien constata que para 100 dólares no recibe la misma canasta de compra de antes, va a hacer lo siguiente. Se irá al banco central y convierte su papel moneda en oro, lo que reduce el papel moneda en circulación. Más general: Si la gente constata que por la inflación el valor del dinero es cada vez menos, si constatan por lo tanto que su papel moneda derrite como la mantequilla en el sol, lo cambiarán en oro, lo que tendrá el efecto que la cantidad de papel moneda se reduce y que la inflación para.

Pero esto no significa que la cantidad de moneda en circulación está respaldado por oro ni que no se puede aumentar la cantidad de moneda en circulación. Si la gente recibe para sus, por ejemplo, 100 dólares siempre el mismo valor, la canasta de compra, no tienen ninguna razón para cambiar papel de moneda en oro.

Si el producto social sube, puede igualmente subir la cantidad de dinero porque la canasta de compra queda la misma si la cantidad de dinero y el producto social suben proporcionalmente. Pero si por razones irracionales se ocurriese a la gente de golpe de cambiar todo el papel moneda que tienen convertir en oro, el sistema se derrumbaría. Algo posible, dicho sea de paso.

Pero lo mismo pasaría con el dinero que tenemos hoy en día que legalmente no está respaldado por nada. Si todo el mundo retira su dinero de golpe, todos los bancos irían en quiebra, porque parte del dinero que la gente tiene en su cuenta bancaria lo ha prestado a otra gente.

En un sistema monetario estándar de oro el dinero no es por lo tanto respaldado por el oro. La convertibilidad en oro tiene más bien la función de un control fino. En el caso de tendencias inflacionarias se convertirá papel monedo en oro hasta que la inflación sea atajada.

Para comprender este sistema hay que comprender la situación histórica. Si nadie sabe que tamaño tiene el producto social, y en el siglo 19 no se lo sabía y si no se sabe cuando dinero se necesita para hacer circular este producto social y si por último los bancos centrales no son independientes del gobierno, se necesita un mecanismo que tiene efectos estabilizadores automáticos.

El mismo mecanismo descrito antes funciona también en el servicio de pagos internacional. Si un país exporta más a otro país de lo que de él importa, la moneda de la nación exportadora se hace más "duro" (para una entidad de la moneda del país exportador hay que pagar cada vez más) y la moneda del país importador más "blanda", porque el país con el déficit en la balanza de pago solo puede pagar con su propia moneda. Los exportadores se verían entonces confrontado con la situación, algo que efectivamente ocurre si los cambios son flexibles, que al convertir esta moneda "blanda" en su moneda "dura" perderían dinero. (Ejemplo: Venden algo y el cambio es 1:3. Por tres entidades de la moneda extranjera reciben 1 entidad de su moneda. Pero si el cambio es 1:4, tienen que tener 4 entidades para recibir una entidad de su moneda.) En un estándar de oro pasaría lo siguiente. Si ambos bancos centrales de las respectivas monedas han garantizado un determinado cambio en oro los exportadores podrían en el respectivo banco central cambiar el papel moneda en oro, llevar este oro a su banco central y convertirlo en su moneda. (Recibirían entonces el curso garantizado, en nuestro ejemplo 1:3.) Esto tiene como efecto que la cantidad de la moneda del país importador será reducida y la cantidad de la moneda del país exportador aumentada. Esto a su vez significa que en el país importador los precios bajan o el producto social se reduce (en el país exportador se produce el efecto contrario). Con la reducción de los precios, también de los sueldos, el poder adquisitivo del país importador baja y sus posibilidades de exportar aumentan con el resultado que finalmente la balanza de pago llega nuevamente a un equilibrio. El problema con este sistema es, y por esto fracasó y fue abandonado en 1973.

Pero el hecho que John Stuart Mill no comprendió bien el estándar de oro no es el problema principal. El error principal consiste en el hecho que supone que dinero significa una pretensión a productos / mercancías / cosas que ya existen, pero dinero es solo la pretensión a una parte del potencial productivo. El que tiene 30 euros para comprarse en dos semanas una torta de chocolate, solo puede esperar que alguien se la va producir en dos semanas. En el momento que el pone 30 euros aparte la torta no existe. Si todos los pasteleros van de vacaciones en dos semanas no recibirá su torta. El autor sabe que esto lo sabe todo el mundo, pero no es trivial y esta cosa simple poca gente la ve, sobre todo la economía clásica / neoclásica no la ve y si se quiere esto distingue estas teorías de la teoría keynesiana. La teoría clásica, sobre todo David Ricardo, John Stuart Mill y Karl Marx suponen que el capital acumulado en el pasado es la restricción. ("All accumulation involves the sacrifce of a present, for the sake of a future good."). Esto no es cierto en absoluto y sería además un método bastante idiota. Si el pastelero necesita, porque la demanda incrementa, un segundo horno, un segundo inmueble, una segunda bodega o lo que sea, va al banco. El sistema bancario genera el dinero, por los mecanismos ya descritos varias veces, y se lo presta. El pastelero hace construir o producir lo que necesita, de gente que está en paro, para simplificar la discusión, y con lo que gana vendiendo sus tortas salda el crédito, lo que a su vez significa que elimina el dinero generado antes. (Es importante entender estos mecanismos. El sistema bancario, al menos hasta un cierto volumen, NO necesita el ahorro de la gente para prestar dinero. Y si entendemos que igualmente los bancos privados pueden prestarse este dinero de los bancos centrales, que pueden producir una cantidad infinita de dinero, no hay ningún límite.) No hay ningún sacrificio de nadie. Lo único que pasa es que gente que estaba en paro ya tienen trabajo. Si la teoría clásica fuese cierta, la situación sería bastante idiota. Entonces el panadero tendría que ahorrar ANTES el dinero para su nuevo horno, inmueble, bodega etc., un proceso que puede durar años y solo entonces podría aumentar la oferta. Además, dicho sea de paso, los precios tendrían que bajar. Si el pastelero ahorra dinero, eventualmente a través del sistema bancario este dinero sirve para dar créditos a otros empresarios, la cantidad de dinero no aumenta, pero el producto social sí. Esto significa que los precios tienen que bajar, lo que en general lleva a un aumento del paro. En resumidas cuentas: Lo que realmente se necesita son gente capaces de construir hornos, inmuebles, bodegas etc.. La capacidad de hacerlo es el límite del potencial productivo, no el ahorro. Igualmente no se puede llegar al pleno empleo ahorrando, porque no hay relación alguna entre el ahorro y la inversión, mejor dicho, no se necesita el ahorro para la inversión. Si se quiere resumir la teoría keynesiana cum grano salis, se puede decir que en la teoría keynesiana la ecuación inversión = ahorro no solo solamente vale EX POST y no EX ANTE, se puede igualmente decir, que en la teoría keynesiana el ahorro no tiene importancia alguna.

Si aceptamos que el ahorro no sirve para nada si el potencial productivo está limitado por el know how, la cualificación, el espíritu innovador, la creatividad, estabilidad política, sistema justicia fiable y racional y que al revés no se necesita el ahorro si el potencial productivo no está todavía agotado, entonces hay que decir la teoría keynesiana es la única teoría correcta.

La teoría keynesiana también nos permite de decir algo sobre la distribución de la renta nacional. En la teoría clásica, sobre todo en la obra de David Ricardo y Karl Marx los "capitalistas" tienen un gran incentivo para pagar los sueldos más bajos posibles, porque cuando más bajos son estos, más pueden ahorrar. (Dejamos al lado de momento que no está claro, porque ahorran porque ni en la obra de Karl Marx, ni en la obra de David Ricardo hay un mecanismo que controla el consumo y el ahorro / inversión. Los capitalista ahorran / invierten todo lo que pueden.) En el sistema keynesiano el ahorro, de hecho dinero, no es escaso y por lo tanto tampoco debe tener un precio (a no ser, como hemos dicho ya varias veces el precio a pagar para cubrir los costes de la administración de los bancos y el riesgo). Sería por lo tanto sensato de dar todo lo que depasa el nivel necesario a los obreros, lo que suavizaría la situación. David Ricardo supone que el ahorro es escaso y que tiene por lo tanto un precio a pagar. Pero si no es escaso, como Keynes lo supone, tampoco debe tener un precio y de hecho de momento, seguimos en el año 2013, tampoco tiene, aunque los bancos privado lo mantienen escaso y por lo tanto caro.

El mensaje de Keynes no les va a gustar a los recaudadores de fondo y por lo tanto lo encuentran actualmente, seguimos en el año 2013, escandaloso que los bancos centrales bajaron los tipos de interés a 0,5 por ciento. Lo que no entienden es que nadie puede exigir de poder vender agua por el mero hecho de haber llenado su tina. Agua, al menos en Europa, no es escaso y por lo tanto no tiene un precio. (Lo que tiene un precio es llevar el agua a las casas, pero esto es otro cuento.)

Dinero, sea ahorrado o imprimido por sí solo no sirve para nada. Solo si logra con dinero de agotar el potencial productivo, que implica también aumentarlo, "ahorrar" tiene un sentido.

En el párrafo siguiente describe que distintas maneras de obtener créditos, pero lo que no ve en absoluto es que el sistema bancario puede generar dinero y créditos.

In [ordinary] circumstances, the more thriving producers and traders have their capital fully employed, and many are able to transact business to a considerably greater extent than they have capital for. These are naturally borrowers: and the amount which they desire to borrow, and can give security for, constitutes the demand for loans on account of productive employment. To these must be added the loans required by Government, and by land-owners, or other unproductive consumers who have good security to give. This constitutes the mass of loans for which there is an habitual demand. Now, it is conceivable that there might exist, in the hands of persons disinclined or disqualified for engaging personally in business, a mass of capital equal to, and even exceeding, this demand. In that case there would be an habitual excess of competition on the part of lenders, and the rate of interest would bear a low proportion to the rate of profit. Interest would be forced down to the point which would either tempt borrowers to take a greater amount of loans than they had a reasonable expectation of being able to employ in their business, or would so discourage a portion of the lenders as to make them either forbear to accumulate or endeavor to increase their income by engaging in business on their own account, and incurring the risks, if not the labors, of industrial employment.

En general las manufacturas y el comercio, sobre todo si ya emplearon completamente su capital capaces de aumentar su negocio más allá de lo que capital propio les permite. Estos son los prestatarios naturales y el crédito que desean obtener y para el cual pueden suministrar seguros son la demanda por créditos destinados a ser utilizado de manera productiva. A estos hay que añadir los créditos del gobierno y de los terratenientes y otros productores improductivos capaces de suministrar buenas seguridades. Estos son la masa de los créditos por los cuales existe en general un demanda. Es ahora posible que al otro lado que existe en las manos de personas con pocas inclinaciones para el negocio o poco cualificado para ello una masa de capital igual o superior a esta demanda. En este caso existiera una competencia de la parte de los prestamista. Los tipos de interés bajarían a un nivel que los prestamistas tomarían un crédito superior de lo que pueden esperar poder utilizar razonablemente en su negocio o desalentaría una parte de los prestamistas a acumular más dinero o les incitaría a aumentar sus ingresos invirtiendo ellos mismos tomando los riesgo, si no el trabajo, de cualquier actividad comercial.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 511

Esta es la versión un poco más larga de ahorro = inversión. La primera parte es tan banal como innegable. Hay empresarios capaces de extender su negocio a través de inversiones financiadas por créditos. A la demanda por créditos se una la demanda del gobierno y de consumidores solventes.

Más dudoso es la segunda parte. La demanda por crédito es satisfecha por "capital", que de hecho es dinero, que tienen entidades privadas. A pesar de utiliza la palabra "capital", como toda la teoría clásica, de hecho quiere decir dinero, porque cualquier otra cosa es difícil de imaginarse.

En teoría es posible que un terrateniente se llena su granero con maíz, pero esto no sirve para nada al prestatario que quiere comprar máquinas con los créditos. Igualmente inútil serían para él una joyas que alguien tiene.

Solo con dinero se puede comprar, si dejamos al lado los casos más bien teóricos o poco relevantes para la práctica, comprar lo que se necesita, siempre y cuando, obviamente, que alguien es capaz de producirlo. Lo único seguro es que algunos pueden prestar dinero porque no lo han consumido.

Repetimos: En una situación de pleno empleo solo se puede invertir, o sea producir bienes de capital, a cargo de la producción de bienes de consumo. Esto es lo que significa "ahorrar". Producir bienes de capital en vez de bienes de consumo. En este caso y en este sentido el concepto de "ahorro" es por lo menos plausible, aunque de hecho no correcto, como vamos a ver más tarde al hablar de Joseph Schumpeter.

En una situación de subempleo la situación es completamente distinta. En este caso algunos de la gente que están en paro pueden producir bienes de capital y los otros pueden producir bienes de consumo. Se puede hacer ambas cosas.

La noción de "ahorro", como concepto monetario, dinero que se gana pero que no se consume, no tiene ningún sentido. La noción "ahorro" solo tiene sentido si se refiere a hechos económicos reales.

El párrafo que sigue es interesante en la medida que revela que gran parte del público en este entonces había ya comprendido como funciona la cosa. (Y admitimos que con un poco de sentido común no es muy difícil de comprender.) Es bien probable que el público del siglo 19 era más lúcido de lo que se supone.

As a specimen of the confused notions entertained respecting the nature of credit, we may advert to the exaggerated language so often used respecting its national importance. Credit has a great, but not, as many people seem to suppose, a magical power; it cannot make something out of nothing. How often is an extension of credit talked of as equivalent to a creation of capital, or as if credit actually were capital. It seems strange that there should be any need to point out, that credit being only permission to use the capital of another person, the means of production cannot be increased by it, but only transferred. Como ejemplo de las nociones confusas que la gente tiene en cuanto se refiere a la naturaleza del crédito hay que prevenir contra el lenguaje exagerado tan a menudo utilizado para destacar su importancia. El crédito tiene una gran importancia pero no tiene, como mucha gente supone, un poder mágico, no puede hacer algo de nada. Cuantas veces se habla del crédito como un si fuese creación de capital, o como si un crédito es capital. Parece raro que sea necesario subrayar que por el crédito, dado que no es otra cosa que el permiso de otra persona de utilizar su capital, los recursos productivos no pueden ser aumentados por él, sino solamente transferido.


John Stuart Mill, Principles of Political Economy, Book III, Chapter XI

No. El que se equivoca es John Stuart Mill. Se puede efectivamente crear algo de la nada generando dinero y el crédito, financiado por dinero generado por el sistema bancario y no se transfiere solamente recursos productivos de una persona a otra, sino crea nuevas. Para ser más preciso, agota el potencial productivo.

Lo realmente curioso en este párrafo es esto: "...How often is an extension of credit talked of as equivalent to a creation of capital, or as if credit actually were capital..." Esto revela que el público veía claramente que no hay diferencia ninguna entre un billete de 100 dólares ahorrado con el sudor de la frente y uno simplemente generado por el sistema bancario.

Lo que John Stuart Mill no comprendió es el hecho que el dinero es una pretensión a una parte de un potencial productivo. Este potencial productivo es el límite del producto social posible y no el dinero. La relación causal es al revés. Con dinero se puede efectivamente movilizar este potencial productivo, en caso de subempleo y en este sentido se puede realmente crear algo de la nada con créditos que genera el sistema bancario.

Hay que distinguir además entre una situación en la cual el sistema bancario genera dinero y una situación en la cual alguien presta dinero que ha ahorrado a otra persona. En el último caso la demanda total, por bienes de consumo y bienes de capital no aumenta, dado que el que presta su dinero a otro consume o invierte menos. En el segundo caso la demanda total, bienes de consumo y bienes de capital, aumenta, porque la cantidad de "ahorro", que de hecho no es otra cosa que dinero, aumenta.

La cosa es sutil. La primera versión, alguien presta dinero a otro, nunca lleva a un endeudamiento excesivo, porque hay un control muy fuerte. El que presta dinero, en general a través del sistema bancario, demanda, simplificamos un poco y dejamos al lado el venture capital, seguros que garantizan con un probabilidad de 100 por ciento que recupera su dinero. Esto significa que en esta situación no habrá un endeudamiento excesivo. Pero en una situación de subempleo puede producirse también una situación en la cual no se invierte bastante para volver a pleno empleo. Los ordoliberales, neo-liberales siempre triunfan cuando una política monetaria expansiva llevó a un endeudamiento, algo bien probable, si no se logra eliminar la cantidad de dinero al saldar el crédito. El triunfo es un poco barato, porque obviamente alguien que no hace nada, tampoco comete errores, pero tampoco resuelve los problemas. Solo si pueden demostrar que la situación sería mejor sin esta política monetaria expansiva, el discurso de esta gente sería sensato.

En el caso de una política monetaria expansiva, o si el sistema bancario es capaz de generar créditos de manera expansiva, se producen igualmente deudas. En el caso de que el dinero es generado por el sistema bancario o por el banco central los bancos son los acreedores, a pesar de que nunca hicieron un "sacrificio". Nunca han "ahorrado" dinero. Lo producen de la nada. Obviamente es indispensable que no se puede generar dinero sin crear deudas. A no ser así, la cantidad de dinero circulando explotaría de un día a otro. La pregunta es el precio por el cual se "alquila" este dinero. Si el precio es tan alto que impide inversiones rentables, o sea inversiones capaces de saldar el crédito y eliminar el dinero generado antes, entonces el precio para el dinero, el tipo de interés, es demasiado alto.

En su teoría sobre las tasas de provecho supone un escenario poco realista.

The tendency of profits to fall as society advances, which has been brought to notice in the preceding chapter, was early recognized by writers on industry and commerce; but, the laws which govern profits not being then understood, the phenomenon was ascribed to a wrong cause. Adam Smith considered profits to be determined by what he called the competition of capital. In Adam Smith's opinion, the manner in which the competition of capital lowers profits is by lowering prices; that being usually the mode in which an increased investment of capital in any particular trade lowers the profits of that trade. But, if this was his meaning, he overlooked the circumstance that the fall of price, which, if confined to one commodity, really does lower the profits of the producer, ceases to have that effect as soon as it extends to all commodities; because, when all things have fallen, nothing has really fallen, except nominally; and, even computed in money, the expenses of every producer have diminished as much as his returns.

La tendencia decreciente de la tasa de provecho en sociedades avanzadas [refiere, en el párrafo anterior más o menos la teoría de Ricardo. Un aumento de la población lleva al cultivo de tierras menos fértiles, más lejas con el resultado que los precios de mercado al igual que los sueldos suben, lo que disminuye la tasa de provecho], que hemos presentada en el capítulo anterior fue reconocido muy temprano por los autores que se ocupan de economía y comercio. Pero como las leyes que determinan la altura de las tasas de provecho no eran comprendidos en este entonces no se explicó bien la causas de esta tasa de provechos decreciente. Según Adam Smith la tasa de provecho está determinado por lo que él llama la competencia del capital. Supone Adam Smith que la competitividad del capital baja las tasas de provecho bajando los precios. Es así en general si el capital está invertido en un sector determinado. Pero si quiere decir esto no vio el hecho que una bajada de los precios restringido a un solo tipo de mercancías efectivamente disminuye la tasa de provecho, pero que este no se produce, si la bajada de los precios ocurre en toda la economía. Porque si el precio de todos los productos baja no ha bajado, nominalmente, nada. O, expresado en dinero, los gastos de cada productor bajaron en la misma medida que sus ingresos.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 583

Dejamos al lado de momento el error básico. El sistema bancario puede reducir la rentabilidad del capital a cero generando dinero. De momento los bancos centrales emiten dinero a los bancos privados a un tipo de interés de 0,25 por ciento. Que los bancos privados no pueden otorgar créditos con este tipo de interés se debe al hecho que sus costes de administración son demasiado elevados, la gente no puede suministrar bastante seguros (lo que aumenta el riesgo) y que las ideas de los banqueros en cuanto se refiere a las ganancias son un poco surrealistas. Pero en un mundo en el cual todos los prestatarios pueden suministrar bastante seguros, lo que no es el caso, el provecho sobre el capital, de hecho dinero, puede estar muy cerca de cero.

Lo curioso con este párrafo es que hace referencia a la teoría ricardiana, pero saca conclusiones que este no saca. David Ricardo supone que la tasa de provecho cae porque el precio de mercado de los alimentos sube cuando la población aumenta y por lo tanto el sueldo tiene que subir también para que sea lo suficientemente alto para sobrevivir. John Stuart Mill supone que todos los precios caen, pero esto no es, en la teoría ricardiana, el caso. Los precios de los alimentos suben.

Pero incluso si dejamos al lado este detalle si aceptamos las concepciones un poco raras de la economía clásica su lógica es errónea. Si se supone que al aumentar el capital, máquinas, plantas industriales aumenta también aumenta también el trabajo, lo que significa que los sueldo suben. O sea parte del provecho del capital va al sueldo. Si se supone que el capital puede sustituir el trabajo se puede utilizar la misma cantidad de trabajo y aumentar la producción aumentando el dinero. Pero en este caso el rendimiento marginal de capital va a bajar y si seguimos la lógica de John Stuart Mill, esto incluso necesariamente tiene que ocurrir. Si los precios bajan, se necesita menos dinero para las transacciones y por lo tanto sobra dinero. Es difícil de imaginar como se quiere invertir en esta situación sin que los provechos bajan.

Dejamos al lado el hecho que en vida real los precios nunca bajan como John Stuart Mill lo supone, pero lo que sí baja es la utilidad marginal. En otras palabras la oferta aumentada solo podrá ser absorbida si los precios bajan a un nivel que corresponde a la utilidad.

En resumidas cuentas: Es bastante complicado a veces de argumentar dentro de un sistema completamente absurdo. En la realidad la cosa es muy simple. Lo que la economía clásica / neoclásica entiende por ahorro, capital, acumulación (la mayoría de los autores clásicos utilizan las tres nociones sin diferencia alguna, de vez en cuando incluso dentro del mismo párrafo) es de hecho nada más que dinero y este último se imprime cuando hace falta. No requiere ningún sacrificio obtenerlo, no es escaso y por lo tanto el precio no se puede justificar por la escasez, a pesar de que puede haber otras razones económicas para mantenerlo escaso, como por ejemplo parar o disminuir la inflación. En el dinero tampoco está acumulado un valor, pero dinero es la promesa que en el futuro se va a producir un valor.

Concedemos que John Stuart Mill es el único que menciona expresamente el riesgo. Adam Smith lo menciona también, pero para él no es un gran problema. Pero si John Stuart Mill hubiese pensado un poco más, se habría dado cuenta que con el riesgo introduce una categoría subjetiva en la economía. El dice simplemente que cuanto más alto el riesgo, tanto más alto debe ser el tipo de interés, pero tan simple el asunto no es. El riesgo depende de la evaluación subjetiva. En la teoría de Keynes esto, el hecho que el riesgo es una cosa subjetiva, es un aspecto central, porque si todos creen que el riesgo es alto, nadie va a invertir, porque para salir del puerto seguro de la liquidez, o sea convertir dinero en algo menos líquido, posiblemente exigen unos tipos de intereses tan altos que pocas inversiones son capaces de rendir.

The other element, which affects not so much the willingness to save as the disposition to employ savings productively, is the degree of security of capital engaged in industrial operations. In employing any funds which a person may possess as capital on his own account, or in lending it to others to be so employed, there is always some additional risk over and above that incurred by keeping it idle in his own custody. This extra risk is great in proportion as the general state of society is insecure: it may be equivalent to twenty, thirty, or fifty per cent, or to no more than one or two; something however, it must always be; and for this the expectation of profit must be sufficient to compensate.

El otro elemento [el primero era la fuerza del deseo de consumir en el futuro] que deriva no tanto de la voluntad de ahorrar que de la posibilidad de utilizar el ahorro de manera productiva, es el grado de seguridad relacionado con una inversión. Si alguien invierte recursos en forma de capital [de hecho habla de dinero] por cuenta propia o si lo presta por el mismo fin a otros, surge un riesgo suplementario, que supera el riesgo que se tiene cuando se mantiene el dinero por sí mismo de manera improductiva. Este riesgo es tanto más grande tanto más inseguro es la sociedad: Este riesgo puede ser de 20, 30 o 50 por ciento o solamente de 1 por ciento o dos, pero con algún valor se debe recompensar este riesgo en la espera que el provecho sea lo suficientemente grande, para que haya una recompensa por este riesgo.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 575

Bueno, esto es fácil de decir, pero no tan fácil de hacer. Y que pasa si hay una alternativa a la inversión real que a lo mejor no esta tan rentable pero casi igual de líquido que el dinero? Por ejemplo efectos cotizados en la bolsa? Y qué pasa si la inversión en estos rinde digamos 4 por ciento sin tener influencia alguna en el mercado de bienes y en el mercado de trabajo?

El error básico, el concepto erróneo del ahorro tiene muchas consecuencias. Lleva a un concepto erróneo del dinero, de la función del tipo de interés, del consumo, propulsa la idea de la economía como un autómata, estrecha la perspectiva. Hasta hoy en día. Basta una búsqueda con Google con las palabras importancia del ahorro para encontrar miles de artículos con millones de chorradas, vea por ejemplo el ahorro.

If all persons were to expend in personal indulgences all that they produce, and all the income that they receive from what is produced by others, capital could not increase. Some saving, therefore, there must have been, even in the simplest of all states of economical relations; people must have produced more than they used, or used less than they produced.

Si todas las personas gastan todo lo que producen y lo que reciben de los ingresos de otros para el consumo personal, el capital no puede crecer. Algunos ahorros siempre tienen que haber habido, incluso en las economías más simples. La gente tiene que haber producido más de lo que gastaron o tienen que haber gastado menos, de lo que habían producido.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 91

No, no en absoluto. En el caso de subempleo se puede consumir todo lo que se ha producido y con dinero prestado se puede producir todavía más. Esto incluso funciona sin dinero. Si un panadero subempleado se pone de acuerdo con un peluquero subordinado que le va a hacer una torta si este le corta el pelo entonces pueden aumentar la producción sin ahorro alguno y este acuerdo dicho sea de paso tiene la misma función que dinero. El dinero no es otra cosa que una promesa de producir algo en el futuro. La única función del dinero es facilitar el cambio de promesas. Para las promesas son necesarios solo dos requisitos. La primera que cada uno, en el caso de dinero la sociedad entera, cumple esta promesa y segundo, y esta es la parte difícil, que se sea capaz de cumplirla. El banco central puede tranquilamente emitir mil millones de billetes, si la economía es capaz de cumplir las promesas y si la economía es capaz de cumplir las promesas o no, depende de cualificación de la gente.

Según la lógica de la economía clásica y neoclásica todas las empresas deberían re-financiarse del "ahorro" que las entidades privadas dan a los recaudadores de fondo. En esta lógica no hacen falta bancos centrales. Imprimir dinero sería tan insensato como innecesario.

Es un hecho raro que economía clásica / neoclásica y todas las tendencias que sobre ellas se basan, ordoliberalismo, neo-liberalismo, escuela austriaca hablan mucho de la acumulación del capital, pero la destrucción del capital no existe. En el caso del dinero la creación y la destrucción es un proceso normal, se crea dinero al obtener un crédito y se lo elimina al saldarlo. Pero en el caso de capital entendido como algo real y no como algo meramente monetario como suele ser percibido en la economía clásica, la destrucción es un fenómeno bastante desagradable. Si una empresa va en quiebra las máquinas especializadas, los inmuebles construidos por un determinado fin, los instrumentos útiles solo en este sector, las materias primas, los productos inacabados etc. tienen en este caso un valor residual, o sea cerca de cero. El hecho que esto en general no es un catástrofe para la economía en su conjunto, a pesar de ser un catástrofe para la gente directamente implicada, se debe al hecho que con dinero generado se puede crear nuevos puestos trabajos y montar nuevas empresas. Siempre y cuando que es posible de encontrar un uso para este potencial productivo y el sistema de formación permite una adaptación a esta nueva situación.

El autor no dice que está contando grandes verdades sutiles. Pero es de constatar que los libros de texto de economía tratan de algo, de un mundo paralelo, pero no del mundo que nos rodea. Si se convirtiese la ecuación inversión = ahorro en una in-ecuación de tipo "aprender a programar en C++ > tomando el sol" esta última tendría un sentido. El ahorro, definido como dinero acumulado, no sirve para gran cosa a nivel macro-económico. Pero si la cualificación y la formación no basta para agotar el potencial económico, entonces el dinero no podrá cumplir su promesa. Vea también preliminares.

Al contrario del resto de los autores clásicos John Stuart Mill introduce el atesoramiento, algo que en la teoría clásica no existe. En la teoría clásica se consume o se ahorra / invierte y si los tipos de intereses son muy bajos, se consume más y se ahorra menos de manera que todo lo que se produce es de una u otra manera absorbido. Atesorar algo es un comportamiento irracional en la teoría clásica a pesar de que es un comportamiento muy normal. La gente atesora para prevenir contra calamidades eventuales. Se podría decir que prevenir contra desastres eventuales y el uso de dinero para fines especulativos es lo mismo, pero Keynes distingue.

Tal como John Stuart Mill lo describe el concepto es un poco raro.

A fundamental theorem respecting capital, closely connected with the one last discussed, is, that although saved, and the result of saving, it is nevertheless consumed. The word saving does not imply that what is saved is not consumed, nor even necessarily that its consumption is deferred; but only that, if consumed immediately, it is not consumed by the person who saves it. If merely laid by for future use, it is said to be hoarded; and, while hoarded, is not consumed at all. But, if employed as capital, it is all consumed, though not by the capitalist. Part is exchanged for tools or machinery, which are worn out by use; part for seed or materials, which are destroyed as such by being sown or wrought up, and destroyed altogether by the consumption of the ultimate product.

Un concepto de base sobre el capital estrechamente relacionado con el primero [la acumulación puede ser tan grande, que no hace falta renunciar al consumo] es que incluso en el caso del ahorro, la parte ahorrada puede ser consumida. La palabra ahorrar no significa que los ahorrado no es consumido. No significa ni siquiera que el consumo es pospuesto. Solo significa que no es la persona que ahorra la que consume. Si solo se lo guarda para un consumo en el futuro se dice que es atesorado y si se lo atesora, no es consumido en absoluto. Pero si se lo usa como capital [o sea en un uso productivo] se lo consume, aunque no es el capitalista que lo consume [porque él produce productos de consumo con este capital y solo estos se consume]. Un parte es cambiado por plantas industriales que se gastan con el tiempo. Otra parte es cambiada por semillas y materias primas, que serán destruidas una vez sembradas. Finalmente será destruido al consumir el producto final.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 92

Algo habrá pensado John Stuart Mill al escribir este párrafo, pero dista mucho de ser claro lo que quería decir. Constata que ahorrar no significa no consumir, porque lo que uno ahorra otro lo puede utilizar sea para financiar su consumo, sea para invertir este dinero en algo y el que lo invierte en algo no lo consume, porque este producirá con este ahorro cosas que van a consumir otros. Del ahorro distingue el atesoramiento y en este caso no se consume en absoluto. El problema con este párrafo es que no llega al núcleo de los problemas, se ocupa de cosas irrelevantes. El problema es, que el ahorro no tiene en una situación normal, subempleo, relevancia alguna. Sensato sería decir que el consumo de tiempo invertido en aprender algo es una inversión y el tiempo libre consumo. El tiempo es realmente escaso, el ahorro, concebido como dinero, no. En cuanto al tiempo se refiere la idea inversión (aprender algo) / tiempo libre realmente existe, porque el tiempo es un factor productivo limitado. El dinero no lo es.

El concepto del atesoramiento es irrelevante desde un punto de vista económico, sin embargo la afirmación de John Stuart Mill es errónea. El atesoramiento tiene el mismo fin que el ahorro, posponer el consumo. (Es cierto que esto no es posible, como vamos a ver más tarde al hablar de Keynes, pero si nos quedamos en la lógica clásica es posible.) La diferencia entre el atesoramiento y el ahorro consiste en dos hechos. Primero para el atesoramiento no se recibe ningún tipo de interés y segundo esto es solo posible con cosas que se puede guardar. Es pensable, aunque irrelevante, que alguien produce trigo, maíz, arroz o lo que sea en su sótano para guardarlo veinte años y consumirlo entonces. Aparte de consumirlo alguien también puede hacer esto por razones especulativos, si cree que en veinte años el precio para el trigo será muy elevado.

El atesoramiento de algo obviamente solo es posible con cosas de las cuales se sabe que se las necesitará también en el futuro. (A parte de que tienen que ser cosas que no son perecederas.) Por esto el atesoramiento se distingue completamente del ahorro. La mayoría de las cosas se deben producir en el tiempo en el que se quiere consumirlos. Ahorrar, dinero, para consumirlo en treinta años supone que en treinta años este dinero tendrá todavía un valor, algo bastante improbable porque si este dinero fue retirado del mercado por veinte años habrá sido sustituido o si se produce hoy en día las plantas industriales que permiten de producir los productos en treinta años, algo igualmente improbable, porque la inversión no depende del ahorro y segundo el incentivo para invertir disminuye cuando más gente invierte. El inversor que se prepara para un aumento de la oferta en veinte años tendrá que esperar veinte años, y pagar intereses durante veinte años, hasta que pueda encontrar una demanda para los productos producidos con sus inversiones. Ningún inversor va a hacer esto.

Como ya lo hemos dicho varias veces tiene poco sentido subsumir distintos autores bajo una época. Adam Smith separa David Ricardo mundos enteros y entre Alfred Marshall y Vilfredo Pareto galaxias enteras. En cuanto a los conceptos económicos se refiere John Stuart Mill es un mezcla de Adam Smith y David Ricardo / Thomas Malthus, pero en su conjunto más David Ricardo / Thomas Malthus que Adam Smith porque comparte unos conceptos centrales con ellos, como la ley de hierro del sueldo, cada subida del sueldo lleva a un aumento de la población lo que a su vez lleva a una mayor competencia en la oferta (gente que busca trabajo) lo que a su vez disminuye el sueldo. Sin embargo se expresa de manera más humano. Afirma que los obreros pueden dejar de casarse y aumentar la población cada vez que ganan más.

The converse case occurs when, by improvements in agriculture, the repeal of corn laws, or other such causes, the necessaries of the laborers are cheapened, and they are enabled with the same [money] wages to command greater comforts than before. Wages will not fall immediately: it is even possible that they may rise; but they will fall at last, so as to leave the laborers no better off than before, unless during this interval of prosperity the standard of comfort regarded as indispensable by the class is permanently raised. Unfortunately this salutary effect is by no means to be counted upon: it is a much more difficult thing to raise, than to lower, the scale of living which the laborers will consider as more indispensable than marrying and having a family. According to all experience, a great increase invariably takes place in the number of marriages in seasons of cheap food and full employment.

El caso contrario [o sea ningún aumento de la población] ocurre si los precios de los productos de consumo cotidianos debido a una mayor productividad, la abolición de la leyes sobre el grano o otras cosas de este tipo bajan y están [los obreros] de este modo capaces de llegar a un nivel de vida más elevado que antes. Los sueldos no bajarán inmediatamente, incluso es posible que suben, pero finalmente van a bajar de manera que los obreros se rencontrarán después al mismo nivel que antes si mientras el periodo breve del crecimiento el nivel de vida indispensable de la respectiva clase no ha subido. Desafortunadamente no se puede contar con este efecto beneficioso. Es mucho más fácil de bajar el nivel de vida que los obreros consideran indispensable para casarse y fundar una familia que subirlo. Según lo que la experiencia muestra el número de matrimonios aumenta en tiempos en los cuales los alimentos son baratos y en tiempos de pleno empleo.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 217

Esto es evidentemente un poco estilo periodístico. Si consideramos los últimos 150 años es más realista suponer que la tasa de nacimiento baja si el nivel de vida sube, sin embargo entonces también sube el nivel cultural lo que lleva a una reducción de la influencia de la religión. Sea como sea, tenemos, una pequeña, diferencia en comparación con David Ricardo. Para David Ricardo la ley de hierro del sueldo es casi una ley natural, pero lo que le, David Ricardo, realmente interesa es el influjo de esta ley sobre el provecho. En la obra de John Stuart Mill tenemos por lo menos una reflexión sobre si esta ley es beneficioso o no para la sociedad.

Hemos ya visto varias veces que la economía clásica, si dejamos al lado los conceptos erróneos de base, de vez en cuando se expresa de manera bastante diferenciada. Dentro de su presentación de la función de la competencia tenemos una anotación interesante.

Political economists generally, and English political economists above others, have been accustomed to lay almost exclusive stress upon the first of [two] agencies [competition and custom]; to exaggerate the effect of competition, and to take into little account the other and conflicting principle. They are apt to express themselves as if they thought that competition actually does, in all cases, whatever it can be shown to be the tendency of competition to do. This is partly intelligible, if we consider that only through the principle of competition has political economy any pretension to the character of a science. So far as rents, profits, wages, prices, are determined by competition, laws may be assigned for them. Assume competition to be their exclusive regulator, and principles of broad generality and scientific precision may be laid down, according to which they will be regulated. The political economist justly deems this his proper business: and, as an abstract or hypothetical science, political economy can not be required to do, and indeed can not do, anything more.

Entre economistas en general y economistas ingleses en especial se suele destacar únicamente la primera de dos fuerzas [competencia y costumbres], o sea se suele exagerar el efecto de la competencia y pasar por alto la otra, que con esta compite. Tal como se expriman se podría creer que realmente creen, que la competitividad resuelve todo lo que hay resolver. Esto es en parte comprensible si pensamos que solo por la competencia la economía puede pretender ser una ciencia. En cuanto a las rentas, provechos, precios se refiere, están determinados por la competencia y pueden ser descritos por leyes. Si se parte del principio que solo la competencia es el factor decisivo se puede formular leyes de gran precisión con la cuales se los puede determinar. El economista correctamente considera esto como su oficio y como ciencia abstracta y hipotética no se puede tampoco pedir de la economía otra cosa y de hecho no puede rendir más.

John Stuart Mill, Principles of Political Economy, página 204

La obra Principles of Political Economy apareció en 1848, o sea antes de la formación de la escuela neoclásica en la versión Cambridge. La pregunta si la economía es una ciencia nomotética, o sea una que busca leyes generales en vez tratar de comprender un fenómeno como algo individual, que busca por lo tanto leyes generales y cuyo objeto de estudio puede ser descrito por leyes, ...lawa may be assigned for them..., ocupará más tarde Alfred Marshall, que se exprime en cuanto a esto se refiere de manera bastante diferenciada. Podemos deducir de este párrafo que se discutía de este problema ya antes de Alfred Marshall, si no fuese así John Stuart Mill no podría decir que alguien lo afirma.

Su análisis es correcta. Tanto más la economía se convierte o se quiere presentar como una ciencia nomotética, sobre todo cuanto más se modeliza matemáticamente, tanto más son reducidos los temas y aspectos que considera relevantes hasta que llegamos con Léon Walras a una descripción matemática de equilibrios de mercado como el resultado de la competencia. No se analiza los aspectos relevantes, si no los aspectos que se puede modelar matemáticamente.



Anotaciones:

ES        DE

Originalwerk:
Principles Of Political Economy

John Stuart Mill

En cuanto a la teoría económica se refiere John Stuart Mill trabaja con los mismos conceptos erróneos de los otros autores de la economía clásica.

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