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1.3.2 Valor

Los factores que determinan el precio de un bien o mercancía es una de las cuestiones principales de la economía clásica, a pesar de que es difícil de comprender porque esta pregunta tiene una tal importancia y segundo cualquiera con un poco de sentido común la puede responder.

El valor, o sea el precio, es determinado por los costes y por la demanda. Habrá gente dispuesta a pagar un dólar por una manzana, en este caso todos los productores capaces de producirlo para un dólar venderán manzanas a todos aquellos dispuestos a pagar un dólar por una manzana. Si aparecen nuevos vendedores, por ejemplo porque se ofrecen otros medios de transporte, que pueden producir una manzana para 0,5 dólares todos aquellos van a comprar estas manzanas que están dispuestos a pagar 0,5 dólares. Igualmente puede ocurrir que se divulga una nueva moda, por ejemplo una tarta de manzana, con el resultado que mucha gente está dispuesta a pagar 1,50 dólares para una manzana. Entonces es posible de traer manzanas de tierras lejanas. En fin: La cosa no es muy difícil de comprender. Para ponerlo más simple. El que quiere comprarse un coche nuevo sabe que hace falta mucho avance tecnológico para que se lo pueda comprar para 2000 dólares y entiende fácilmente que coches para 2000 dólares son de momento difíciles de producir y los productores de coches saben un coche de familia común y corriente no puede costar 100 000 dólares. Para ambas partes, la demanda y la oferta, el asunto está completamente claro. (De la famosa cruz demanda / oferta de Alfred Marshall vamos a hablar más tarde.) Lo único interesante del asunto es el hecho que se discutió sobre esto 150 años y que Karl Marx era capaz de escribir centenares de páginas sobre el asunto para llegar finalmente a resultados completamente absurdos.

En general no reflexionamos sobre este asunto. Si un yogur cuesta 79 cent, entonces vale 79 cent. Puede ser interesante saber cuanto de estos 79 cent recibe el productor de la leche, cuanto la lechería y cuanto el comercio, pero en general no nos interesa.

Hay unos pocos contextos en los cuales se reflexiona realmente sobre el valor y este contexto nos muestra la relevancia de la teoría de Joseph Schumpeter, como vamos a ver más tarde.

Si estamos en un país extranjero que utiliza otra moneda de la que conocemos entonces al comprar algo en este país extranjero vamos a convertir los precios, por ejemplo en dólares, en la moneda que conocemos, o sea pesos, euros, libras etc.. La red de relaciones confuso y complejo de los precios de las miles de mercancías y servicios solo conocemos en una sola moneda.

No está muy claro como nos formamos una idea de un precio "justo", pero es obvio que no tiene nada que ver con la utilidad marginal, como lo cree Alfredo Pareto. Nadie refleja en un supermercado sobre la utilidad marginal de un queso y de una tableta de chocolate, decidiéndose por el queso si la utilidad marginal de un dólar es más alto si se compra un queso que aquel que obtiene comprándose una tableta de chocolate. Lo que encontramos en los libros de texto de economía, centenares de veces es una simple chifladura.


Dicho sea de paso. Es una chifladura por cantidad de razones. Una de ellas es que es muy difícil de evaluar la "utilidad marginal" de una cosa que no conocemos y si compramos es teóricamente posible que conozcamos la "utilidad marginal" de la cosa que compramos, pero no de las miles de coas que no compramos, lo que hace la comparación un poco difícil. La idea de la información completa y del mercado perfecto no sirve para nada. Suposiciones que eliminan ya desde el principio todo lo que es relevante, contundente y decisivo en la realidad no sirven para nada.

Se puede hablar sobre este concepto cinco minutos, pero no un par de horas. Hay un factor que es realmente escaso, muy escaso y es el tiempo y no se resuelve problemas discutiendo sobre problemas irrelevantes. Si los docentes de economía no saben con qué contenidos llenar los cuatro años que dura una carrera, sería una buena idea de buscarse un trabajo real. De vez en cuando esto puede ser muy inspirador.

La idea que nos formamos de las relaciones de los precios es más bien un problema psicológico. "Más o menos" conocemos, después de un proceso de adaptación, cantidad de precios en la moneda que normalmente utilizamos. Si calculamos lo que sería el precio de una mercancía extranjera en la moneda que conocemos sabemos más o menos cuanto cuesta. Si una tableta de chocolate (80 gramos) en Buenos Aires cuesta por ejemplo 26 pesos argentinos, es carísima o de una calidad fenomenal, porque para 3,20 euros se recibe en Alemania tres tabletas de chocolate. La única manera para un estadounidense, chino, francés etc.. de saber el precio de una tableta de chocolate en Buenos Aires, a no ser que vive ahí ya por mucho tiempo, es traducir el peso argentino en la respectiva moneda, porque solo en esta moneda está al tanto de las relaciones de precios y por eso millones y millones de turistas se pasan el día con pequeños cálculos cada día. El valor de una cosa es por lo tanto determinado por el valor que tiene esta cosa en relación con otras cosas. De manera oscura y poco claro es de suponer que el ancla son los ingresos mensuales porque a base de estos ingresos mensuales nos hemos acostumbrado a una cierta cesta de compras y los precios de los distintos productos de esta cesta la conocemos.

En determinadas situaciones nos interesamos incluso por el trabajo como escala del valor, a pesar de que no tenemos ninguna intención de seguir a Marx en su camino triste. El trabajo como escala es interesante por ejemplo si comparamos distintas épocas. En Alemania por ejemplo en 1930 un trabajador tenía que trabajar dos semanas al mes solo para los alimentos. Hoy en día son tres días. Se puede deducir de ello que ha habido grandes cambios. No vale ni siquiera la pena de mencionar que esto sola ya comprueba que la teoría de David Ricardo y de Karl Marx son completamente erróneas.

Si dejamos al lado esta situaciones, no nos interesa en general el valor de una cosa o en otras palabras, es algo tan fácilmente de comprender, que ni siquiera nos comemos el coco sobre ello.

La pregunta es simplemente si queremos y podemos pagar un cierto precio y lo que queremos pagar depende de nuestras preferencias y si lo recibimos por este precio depende del avance tecnológico. Hace 50 años una radio era un producto de lujo, hoy en día estos aparatos están a precio de un chorizo.

Lo único positivo que se puede decir de esta idea rara con el trabajo incorporado es que no ha logrado el salto a los libros de textos de economía, por lo menos en los países del occidente, en los países con una economía planificada esta chorrada estaba incluido en todos los planes de estudio. Esto no significa que procesos similares no sean posibles en el mundo occidental. Las chorradas de Vilfredo Pareto por ejemplo las encontramos en cualquier libro de texto sobre economía a pesar de ser igual de idiota.


Es un hecho curioso que Jean Baptiste Say ni siquiera discute sobre el concepto del trabajo como factor determinativo del valor de una cosa, a pesar de que conocía Adam Smith y más tarde, después haber publicado la primera edición del Traité de Politique Économique, también a David Ricardo. Conoció por lo tanto esta teoría y por lo menos en la segunda edición habría podido considerarla, pero no lo hizo. El discute y refuta otro concepto sobre el valor. Vamos a ver esto primero y después vamos a presentar el concepto del valor de Jean Baptiste Say, que es correcto.

A cet argument, les Économistes répliquaient que la valeur additionnelle répandue sur un produit par un manufacturier ou ses ouvriers, est balancée par la valeur que ce manufacturier a consommée pendant sa fabrication. Ils disaient que la concurrence des manufacturiers entre eux ne leur permet pas d'élever leur prix au-delà de ce qui est nécessaire pour les indemniser de leurs propres consommations ; et qu'ainsi leurs besoins détruisant d'un côté ce que leur travail produit de l'autre, il ne résulte de ce travail aucun accroissement de richesses pour la société.

A este argumento los fisiócratas responden que la plusvalía añadida al producto por un comercio o un trabajador es igualado por el valor consumido en la producción. Dicen que por la competencia dentro del comercio no será posible que los precios no depasarán el nivel necesario para garantizar la subsistencia y por lo tanto sus necesidades eliminan los que de otra parte crean con el resultado que la riqueza de la sociedad no aumenta por su trabajo.

Jean-Baptiste SAY, Traité d’économie politique I, Des différentes sortes d'industries, et comment elles concourent à la production

Quiere decir que los trabajadores de una parte crean un valor, haciendo por ejemplo panecillos. Pero del otro lado se comen tantos panecillos que producen y el resultado es cero. El único factor productivo que crea un valor es la tierra.

Économiste significa hoy en día simplemente economista, pero en esto tiempos los fisiócratas, o sea la gente que solo atribuían a la tierra de crear un valor, se llamaban ellos mismos économiste.

En cuanto al resultado se refiere los fisiócratas no están tan lejos de las ideas de Ricardo, mejor dicho, ambos llegan al mismo resultado. En el concepto ricardiano solo hay un provecho sobre el capital si los alimentos son baratos lo que solo es el caso, si hay tierra en abundancia. En este caso los terratenientes solo ganan los necesario para mantener la producción, pero no reciben una renta, vea David Ricardo.

Si la población aumenta, hay que trabajar cada vez más tierra infértil o lejana. Los precios de los alimentos suben y los sueldos tienen que subir igualmente para que los trabajadores puedan comprarse alimentos en una cantidad suficiente para sobrevivir. Los terratenientes comienzan a recibir una renta, porque sobre el precio de mercado decide la tierra más infértil o más lejana. De esta manera se reduce el provecho sobre el capital y teóricamente puede ocurrir que no queda ningún provecho y todas las ganancias van a la tierra.

Los fisiócratas llegan por lo tanto inmediatamente al estado pronosticado por David Ricardo.

Los fisiócratas a su vez son un reacción al mercantilismo, que la riqueza está determinada por el oro.

Como vamos a ver en seguida, el concepto de Jean Baptiste Say es correcto. David Ricardo y Karl Marx, el caso de Adam Smith es menos claro, porque se contradice, vea precio natural / precio de mercado, se equivocan. Parten del principio que la demanda es infinita y por lo tanto cualquier oferta es absorbida. Por esto creen la demanda no juega ningún papel. Una lógica a primera vista plausible. Si se puede vender todo supuesto que la gente puede comprarlo la única pregunta es cómo producirlo. El error consiste en hecho que la demanda en general es efectivamente ilimitada, pero la demanda por un determinado producto no es ilimitada. El pan simple por ejemplo en Alemania, en relación con lo que la gente gana, es casi gratuito, la demanda está saturada. Sin embargo hay una demanda todavía para pan más sofisticado, pero en este caso es la demanda que tira la producción. Y incluso en el caso de que el sueldo basta solamente para garantizar la subsistencia sin lujo alguno, es la demanda que tira la producción. En una situación así se va a producir por ejemplo más patatas que pan, porque es más fácil y más barato de obtener de esta manera la cantidad de calorías necesarias.

Es un hecho curioso que teorías erróneas que se basan en conceptos erróneos llevan a debates más complejos que teorías que se basan sobre conceptos correctos. El concepto del mundo de Ptlomeo es más complejo que el de Copernicus, porque hay cantidad de fenómenos que no pegan con la teoría y por las cuales hacen falta teorías suplementarias.

Karl Marx necesita más de 3000 páginas para explicar su teoría, Keynes necesita 350 páginas con resultados muy concretos.

Por mucho tiempo Say no expone su teoría sobre el valor, lo único que hace es refutar la teoría de los fisiócratas. Explica por lo tanto lo que es erróneo.

Il aurait fallu que les Économistes prouvassent, en premier lieu, que la production des artisans et manufacturiers est nécessairement balancée par leurs consommations. Or, ce n'est point un fait. Dans un pays anciennement civilisé et très industrieux, le nombre et l'importance des entreprises de commerce et de manufactures procurent une somme de revenus plus considérables que l'agriculture ; et les épargnes qu'on y fait annuellement excèdent probablement, au contraire, celles qui se font parmi les propriétaires des terres. En second lieu, les profits résultant de la production manufacturière, pour avoir été consommés et avoir servi à l'entretien des manufacturiers et de leurs familles, n'en ont pas moins été réels et acquis. Ils n'ont même servi à leur entretien que parce que c'étaient des richesses réelles, et tout aussi réelles que celles des propriétaires fonciers et des agriculteurs, qui se consomment de même en servant à l'entretien de ces classes. L'industrie commerciale concourt à la production de même que l'industrie manufacturière, en élevant la valeur d'un produit par son transport d'un lieu dans un autre.

Primero los fisiocrátas habrían debido comprobar que la producción del comercio y de los artesanos siempre iguala su consumo, porque esto no es el caso. En un país ya civilizado desde hace tiempo y industrializado la cantidad y el tamaño de las empresas comerciales generan más ingresos que la agricultura y los ahorros anuales depasan, muy al contrario de lo que se cree, aquellos de los terratenientes. Segundo los provechos del comercio habiendo sido consumidos por los comerciantes y sus familias no son por lo tanto menos reales. Podían servir a su mantenimiento porque son reales y tan reales que aquellos de los terratenientes y agricultores que se consumen igualmente para el mantenimiento de esta clase. La industria comercial atribuye al producción de la misma manera que los artesanos aumentando el valor de un producto transportándolo de un sitio a otro.

Jean-Baptiste SAY, Traité d’économie politique I, Des différentes sortes d'industries, et comment elles concourent à la production

La lógica es concluyente. Si los ingresos del comercio son más altos que los ingresos de la agricultura los ingresos de la agricultura no pueden ser consumidos por los comerciantes.

Segundo la lógica de los fisiócratas es un poco rara. Si la industria no produce ningún valor, sería mejor para los terratenientes de no venderles simplemente nada y consumir todo el producto de la agricultura ellos mismos. Lo mismo se puede decir de Ricardo. Si los provechos son cero, sería mejor de dejar de producir. La discusión sobre el valor es bonita como ilustración, hay muchos ejemplos de este tipo en cualquier libro de texto sobre economía, todo la economía del bienestar pertenece a este grupo, porque muestra que la solución de un problema inexistente es mucho más complejo que la solución de un problema existente.


Con la noción valor trabaja mucho tiempo sin definirlo. Casi con el mismo significado utiliza las palabras gastos y utilidad, que realmente se usan hoy en día. Una definición de lo que entiende por valor la da recién en el segundo tomo. Recién en el segundo tomo refuta la teoría de Adam Smith y David Ricardo. (Como ya hemos dicho varias veces, el caso de Adam Smith no está muy claro, porque implícitamente Adam Smith reconoce el valor de la demanda, vea precio natural / precio de mercado.)

La valeur relative de deux produits se connaît par la quantité de chacun d'eux, que l'on peut obtenir pour le même prix. Si, pour une somme de 4 francs, je peux acheter 15 kilogrammes de froment et 1 kilogramme de café, je dirai que le café est 15 fois plus cher que le froment, ou que la valeur de l'un et de l'autre est en raison inverse de la quantité de chacun d'eux que l'on consent à donner et à recevoir. Mais ces deux quantités sont un effet de la valeur qu'ont les choses, et n'en sont pas la cause. Le motif qui détermine les hommes à faire un sacrifice quelconque pour se rendre possesseurs d'un produit est le besoin que ce produit peut satisfaire, la jouissance qui peut naître de son usage.

El valor relativo de una cosa en comparación con la otra se reconoce por la cantidad del producto respectivo por el cual se puede obtener el otro. Si puede obtener por 4 francs 15 kilogramos de pan de trigo y un 1 kilogramo de café, diría que el café es quince veces mas caro que el pan o que el valor del uno es inverso a la cantidad que hay que dar o obtener. Pero estas dos cantidades son el resultado del valor y no la causa. El motivo que incita la gente a hacer un sacrificio para obtener algo es la necesidad que este producto puede satisfacer, el placer que brinda su consumo.

Jean-Baptiste SAY, Traité d’économie politique II, Des fondements de la valeur des choses

Para los que no se hayan dado cuenta todavía. Este párrafo es una ruptura total con el pensamiento de Adam Smith y David Ricardo. (Y por esto no es ninguna buena idea de subsumir diferentes autores bajo un mismo grupo o bajo una misma tendencia.) En teoría de Adam Smith (simplificamos, vea arriba) y David Ricardo el valor de una cosa depende de la cantidad de trabajo que uno puede conseguirse con un producto y puede conseguirse tanto trabajo con un producto como está incorporado en este. La verdad es, que el trabajo incorporado no tiene importancia alguna. Lo único que tiene importancia es la apreciación que tiene este producto para otra gente. Vamos a ver más tarde, vea Carl Menger, que también hay el otro extremo. El valor de una cosa depende ÚNICAMENTE de la apreciación que tiene el producto para la gente. Esto tampoco funciona. La gente no solo tiene que apreciarlo, si no que encima tiene que ser capaz de comprarlo. Si nadie lo puede comprar, un producto tiene un valor de exactamente cero. Central es está frase: "Le motif qui détermine les hommes à faire un sacrifice quelconque pour se rendre possesseurs d'un produit est le besoin que ce produit peut satisfaire, la jouissance qui peut naître de son usage." En resumidas cuentas, la cosa es de hecho bastante fácil a comprender, el comprador paga lo que según su evaluación este producto merece y el vendedor lo vende, si lo puede producir a este precio. Si algo es escaso y / o solamente poca gente lo puede producir lo podrán comprar aquellos qué más lo quieren y que pueden pagar más que los otros. El trabajo incorporado no es otra cosa que uno de los costes necesarios para producirlo y este trabajo a la vez puede ser escaso.

Parece trivial, pero parece que no lo es, sobre todo después de un lavado de cerebro intenso. Después de la caída del muro el autor daba por un cierto tiempo clases de economía en la, entonces ex, Alemania del Este y se veía muy a menudo confrontado con el argumento que el mundo es injusto, dado que los Alemanes del Este habían trabajado tanto como los alemanes del oeste. Era difícil explicar a los participantes que esto no tiene importancia alguna. Si se produce con mucho trabajo algo que nadie quiere, el resultado del trabajo es cero. De otra parte se puede producir de vez en cuando algo con muy poco trabajo y hacerse millonario, si se produce algo que la gente quiere comprar. Muy fácil de comprender, pero Karl Marx explica en 3000 páginas que basta producir algo. Si alguien lo necesita o no da perfectamente igual.

Define por lo tanto el valor de una cosa no en relación al trabajo, oro o trigo, sino en relación a cualquier otro producto. Este método incluso puede ser útil de vez en cuando en la vida cotidiana. Si sabemos que el salario pro medio en México son 6000 pesos no sabemos de hecho nada. (A parte de las personas que viven en México, obviamente.) Podemos traducir estos 6000 pesos en Euros, entonces sabemos que 6000 pesos son 350 euros. Pero esto es igual de insignificante. Si el alquiler en México son 1000 pesos, entonces 6000 pesos sería mucho, si el alquiler son 4000 pesos, es muy poco. Sería más interesante saber cuantas tabletas de chocolate ganan los mexicanos. Es bastante probable que las relaciones son más o menos iguales.

Como es bien sabido la teoría neoclásica es concebida como una "revolución marginalista". "Revolución marginalista" quiere decir que la argumentación se basa en la última entidad de algo, sea que se lo vende, sea que se lo consume. En cuanto al consumo se refiere se supone, suposición realista, no cabe duda, que la utilidad baja cuando más se consume de algo. Incluso el aficionado al chocolate llegará después de la centésima tableta a un estado de saturación, lo que igualmente significa que en la medida que se acerca a este estado pagará cada vez menos por una tableta y dado que la utilidad baja, llegará el momento que prefiere un café a una tabla de chocolate. La argumentación se basa por lo tanto en la última entidad. Se puede llamar esto una "revolución marginalista" o una simple trivialidad. De hecho el concepto precio natural / precio de mercado ya contiene esta idea y igualmente el párrafo abajo contiene esta idea.

De là naît pour chaque produit une certaine quantité recherchée et demandée en chaque lieu, quantité qui est modifiée par le prix auquel il peut être fourni ; car plus il revient cher au producteur en raison des frais de production dont il est le résultat, et plus, dans la classification qu'en font les consommateurs, il est reculé et se voit préférer tous les produits capables de procurer une satisfaction plus grande pour le même prix.

De esto se desprende que para una determinada mercancía una determinada cantidad deseada y demandada, una cantidad determinada por el precio por el cual puede ser ofrecida. Porque cuando más caro es para el productor, debido a los costes de la producción del la cual es el resultado, tanto más, dependiente de la evaluación del consumidor, será eliminada y tendrá que aceptar que se prefiere los productos que prometen más satisfacción para el mismo precio.

Jean-Baptiste SAY, Traité d’économie politique II, Des fondements de la valeur des choses

Si miramos el texto de Jean Baptiste Say muy de cerca veremos que el párrafo anterior ya incluye el concepto de la marginalidad. Central es esta frase: "...car plus il revient cher au producteur en raison des frais de production dont il est le résultat, et plus, dans la classification qu'en font les consommateurs, il est reculé et se voit préférer tous les produits capables de procurer une satisfaction plus grande pour le même prix." La gente tiene una cierta cantidad de dinero y la invierten de una manera que la satisfacción sea maximal. (Dejamos al lado por el momento la crítica de esta lógica de Joseph Schumpeter. De hecho no es un concepto basado en experiencias empíricas, es un concepto teórico.) O sea: Si a alguien le gustan patatas fritas y estas cuestan 2 dólares el paquete y se este paquete le rinde una utilidad de 3 entidades y si una tableta de chocolate le brinda una utilidad de 2 entidades y cuesta 1 dólar se va a comprar dos tabletas de chocolate y recibirá 4 entidades de utilidades (previsto que la segunda le brinda la misma utilidad que la primera). La cosa cambia si el precio por una tableta de chocolate sube y cuesta 2 dólares. Entonces se va a comprar el paquete de patatas fritas. Igualmente se decidirá por el paquete de patatas fritas si el segundo tableta de chocolate le brinda solamente una utilidad de 0,5 entidades. En este concepto ya está incluido la idea de la marginalidad. En otros palabras: Nunca hubo una revolución marginalista y el debate quién es el autor de la idea marginalista, Carl Menger, Alfred Marshall o Léon Walras no lleva a ninguna parte porque la idea es tan simple, que es de suponer que ha habido miles de personas con esta idea. Lo único nuevo en la teoría neoclásica es la modelización matemática de este concepto, pero es de dudar que esto signifique un avance. Es más bien el comienzo de la catástrofe.

La economía se ocupa en gran parte sea de perogrulladas, sea de problemas irrelevantes y el problema es que ni los primeros ni los últimos resuelven algún problema.



De manera más realista también evalúa el provecho de capital que en la obra de David Ricardo (y en la obra de Adam Smith) es igual en cualquier uso. El problema es el mismo que los economistas de hoy en día. Jean Baptiste Say tenía experiencia profesional, David Ricardo y Adam Smith no. Sería mejor si uno solo puede hacerse catedrático después haber trabajado. Supone David Ricardo que la tasa de provecho es la misma en cualquier uso y que el capital siempre fluye en el uso más rentable con el efecto que el provecho es el mismo en todos los sectores de economía (lo que, dicho sea de paso, es una idea que también incluye el concepto de la marginalidad). El problema siempre es el mismo. El día del juicio final no habrá cambio en las preferencias y por lo tanto tampoco en la demanda, no habrá ningún progreso tecnológico, cualquier capital será invertido, amortizado y invertido de nuevo en la misma manera y todos los empresarios estarán igual de informados. Pero mientras esto no sea así, o sea los próximos 2000 años, los provechos no serán los mismo en todos los sectores de la economía y de esto Jean Baptiste Say ya se ha dado cuenta.


On s'écarte donc des notions de l'expérience la plus commune, quand on prétend qu'au moyen des compensations les profits industriels sont les mêmes dans tous les cas. Rejeter dans les exceptions les exemples qui contrarient ce système, c'est déduite la loi qu'on veut établir ; car ces exemples démentent plus souvent la loi qu'ils ne la confirment; la règle alors devient une exception. Mais ce qui ne peut en aucune manière s'accommoder au système des compensations, ce sont les immenses disparités qu'établit dans les profits industriels et dans des carrières semblables, la différence des talents acquis. La rareté de certains talents en proportion des besoins qu'éprouve la société fait qu'on paie les services productifs qui en émanent incomparablement plus cher que d'autres. Chez un peuple nombreux, à peine y a-t-il deux ou trois personnes capables de faire un très beau tableau ou une très belle statue : aussi se font elles payer à peu près ce qu'elles veulent, si la demande est un peu forte ; et quoiqu'il y ait sans contredit une portion de leurs profits qui représente l'intérêt des avances employées à l'acquisition de leur art, cette portion de profits est petite relativement à celle qu'obtient leur talent.

Uno se aleja bastante de la experiencia cotidiana, si se afirma que los provechos debido a la compensación son los mismos en todos los sectores. Suprimiendo por las excepciones los ejemplos que contradicen a esta lógica, se refuta la ley que se quiere comprobar. Porque los ejemplos más a menudo niegan la regla y no la confirman. La regla se convierte en una excepción. Pero lo que no es en absoluto compatible con la supuesta igualdad de las tasas de provecho son la enormes diferencias cuya causa es la diferencia en el talento en las distintas industrias y sectores de la economía. La escasez de determinados talentos en relación a las necesidades de la sociedad tiene por efecto, que las distintas actividades que de ellos derivan son mejor pagados que otros. Incluso en un pueblo muy grande solo a duras penas habrá dos o tres personas capaces de crear un hermoso cuadro o una bella estatua: Obtienen por lo tanto por su talento lo que quieren si la demanda solo crece un poco y incluso si parte de sus ganancias es un interés por los gastos necesarios para llegar a esta maestría, esta parte es pequeña en relación de lo que obtienen para su talento.

A este resultado, que las diferencias de las tasas de provecho dependen del espíritu creativo, innovador de empresario y que de vez en cuando el "capital" invertido no juega ningún papel el sentido común se lo habría podido imaginar. A pesar de que Jean Baptiste Say también cree en el "ahorro", ilustra con un ejemplo, el ejemplo del artista, que este capital necesario puede ser muy pequeño. El autor no lo formularía así, pero la frase "...La rareté de certains talents en proportion des besoins qu'éprouve la société fait qu'on paie les services productifs qui en émanent incomparablement plus cher que d'autres..." va en la buena dirección. La idea de una economía de mercado consiste justamente en la DESIGUALDAD de la tasa de provecho. Alguien mejora el proceso de la producción de algo, inventa un producto para una demanda desconocida hasta este momento, mejora la logística etc. etc. y gana más que los otros. El marxismo y David Ricardo suponen que estos procesos son a) banales y que b) son inmediatamente copiados por los competidores. Esta idea es una chorrada. Los procesos que estas innovaciones provocan son mucho más radicales. Nokia por ejemplo no ha copiado la tecnología de apple y los smartphones. Nokia se fue en quiebra, pero al otro lado del mundo, en Corea del Sur, apareció de repente un productor completamente desconocido hasta ahora, HTC. De vez en cuando incluso ocurren cosas que cualquiera habría denominado como absurdos y completamente inverosímiles. Nadie se habría podido imaginar hace 50 años que se venderá manzanas de Chile o de Israel en Alemania, porque manzanas hay en abundancia en Alemania. La idea que la tasa de provecho sube o baja de una manera constante en todos los sectores de la economía es absurda y cualquiera, a parte de los economistas, sabe que es absurda.

En cuanto a los talentos se refiere el autor lo ve un poco más complejo. Las posibilidades de un individuo dependen de las posibilidades que le ofrece la sociedad en su conjunto. Cuando más compleja es está, tanto más posibilidades hay, porque talento muy a menudo es una mezcla de aptitudes que pega con una situación determinada.

En lo que sigue Jean Baptiste Say especifica los distintos talentos necesarios. Tiene una cierta lógica que Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx tienen que abstraer de la calidad del trabajo. Si el trabajo es la escala con la cual se mide el valor de una cosa, ésta tiene que ser homogénea y por lo tanto Karl Marx y David Ricardo se empeñan mucho en demostrar que el trabajo es homogéneo.

Pero como Say refuta la idea que el valor de una cosa está determinado por el trabajo incorporado, no le cuesta aceptar que el trabajo no es en absoluto un factor homogéneo. Igualmente ve que es decisivo para el desarrollo económico con qué velocidad se difunden conocimientos, vea también preliminares, aunque es de suponer que en este andamio hay todavía cosas a mejorar.

On doit souvent les connaissances qui servent de fondement à une foule de procédés dans les arts, aux études laborieuses, aux réflexions profondes, aux expériences ingénieuses et délicates, des chimistes, des physiciens, des mathématiciens les plus éminents. Or, ces connaissances sont contenues dans un petit nombre de pages qui, prononcées dans des leçons publiques ou répandues par la voie de l'impression, se trouvent jetées dans la circulation en quantité fort supérieure à la consommation qui peut s'en faire; ou plutôt elles s'étendent à volonté sans se consommer, sans qu'on soit obligé, pour se les procurer, d'avoir de nouveau recours à ceux de qui elles sont originairement émanées.

Los conocimientos que están a la base de los distintos procesos artesanales son muy a menudo el resultado de estudios arduos, profundas reflexiones, experimentos brillantes y difíciles de lo químicos, físicos y matemáticos más famosos. Estos conocimientos las encontramos hoy en día en un par de hojas de papel que publicados en una conferencia o divulgadas por la imprenta circulan en una cantidad que depasa por mucho el consumo. Mejor dicho, se divulgan sin ser gastado y sin que sea necesario de tener acceso a aquellos que inicialmente los crearon.

Esto es indudablemente correcto. El know how es el factor productivo dominante. Lo exprimirá más tarde Alfred Marshall. Este factor es relativamente fácil a multiplicar, hoy en día todavía más fácilmente que en los tiempos de Jean Baptiste Say. Lo que todavía se puede mejorar es la conversión del descubrimientos científicos en productos listos competitivos, porque una alta tasa de paro y un nivel de vida bajo no son el resultado de la falta de capital, concebido en la teoría clásica / neoclásica como dinero, algo que se puede igualmente imprimir, sino a una escasez de productos innovadores.

Repetimos que el caso de Keynes es especial. Por el fin de su análisis Keynes igualmente excluye, expresamente, el progreso científico / tecnológico porque es un factor contingente y difícilmente influenciable. Keynes apunta a un mero aumento cuantitativo de la producción, lo que supone que el tipo de interés baja, porque el aumento cuantitativo de la producción solo es posible si se acepta un rendimiento marginal más bajo y por lo tanto los tipos de intereses tienen que bajar igualmente.

Igualmente correcta es la afirmación de Jean Baptiste Say, muy al contrario de las fantasías de David Ricardo y Karl Marx, que el "el capitalista" que gana su dinero de manera casi automática siguiendo unas leyes universales sobre la acumulación del capital, es una ficción que no tiene nada que ver con la realidad. El error es sistémico y lo podemos encontrar hasta hoy en día en cualquier libro de texto de economía. Con el "descubrimiento" de unas "leyes económicas universales" que describen la economía como un autómata la economía se despidió de la economía del mercado libre. La superioridad del mercado se basa en un mejor procesamiento de informaciones y a su capacidad de adaptarse más rápidamente a acontecimientos imprevistos. Esta superioridad obviamente no tiene relevancia alguna a partir del momento que no hay acontecimientos imprevistos porque todo evoluciona según leyes económicas eternamente válidos. En cuanto al método se refiere el marxismos no se distingue de la economía clásica y de vez en cuando el método es más importante que el contenido.
La diferencia entre el marxismo y la teoría neoclásica, dejamos al lado Alfred Marshall por razones varias veces expuestas ya, es que el marxismo fue tomado en serio, mientra que la economía neoclásica es una mera espectáculo académico que nadie tomó y toma en serio.

Lo que Jean Baptiste Say dice parece trivial, pero de vez en cuando las trivialidades son la verdad.

En second lieu, ce genre de travail exige des qualités morales dont la réunion n'est pas commune. Il veut du jugement, de la constance, la connaissance des hommes et des choses. Il s'agit d'apprécier convenablement l'importance de tel produit, le besoin qu'on en aura, les moyens de production ; il s'agit de mettre en jeu quelquefois un grand nombre d'individus ; il faut acheter ou faire acheter des matières premières, réunir des ouvriers, chercher des consommateurs, avoir un esprit d'ordre et d'économie, en un mot, le talent d'administrer. Il faut avoir une tête habituée au calcul, qui puisse comparer les frais de production avec la valeur que le produit aura lorsqu'il sera mis en vente. Dans le cours de tant d'opérations, il y a des obstacles à surmonter, des inquiétudes à vaincre, des malheurs à réparer, des expédients à inventer. Les personnes chez qui les qualités nécessaires ne se trouvent pas réunies, font des entreprises avec peu de succès ; ces entreprises ne se soutiennent pas, et leur travail ne tarde pas à être retiré de la circulation. Il n'y reste par conséquent que celui qui peut être continué avec succès, c'est-à-dire avec capacité. C'est de cette façon que la condition de la capacité borne le nombre de gens qui offrent le travail d'un entrepreneur.

Segundo este tipo de trabajo (el trabajo de los empresarios) requiere calidades morales que raramente se encuentran unidas. Hace falta un juicio claro, perseverancia y un buen conocimiento de las personas y de las cosas. Hay que evaluar correctamente la importancia de una mercancía, la demanda por este producto y las posibilidades de producirlo. Hay que reunir una gran cantidad de personas. Hay que comprar materias primas o hacerlas comprar, reunir trabajadores, buscar consumidores y tener un sentido por la administración y la economía. En una palabra, hay que disponer una talento por la gestión. Hay que saber calcular, para ser capaz de comparar los costes de la producción con el valor del producto cuando se lo ofrece. Durante todo el proceso habrá obstáculos a superar, inseguridades con las cuales hay que calcular, desventuras que hay que corregir, alternativas, que hay que encontrar. Personas que no reúnen esta calidades, no podrán gestionar una empresa con éxito. Estas empresas no se mantendrán y dentro de poco su trabajo será retirado de la circulación. Queda por lo tanto solo aquel capaz de trabajar bien, o sea con talento. Por lo tanto el hecho que las capacidades son limitadas hay poco gente que ofrece el trabajo de empresario.

Jean-Baptiste SAY, Traité d’économie politique, Chapitre VII, Des revenus industriels

Suena banal y todo el mundo lo sabe, sin embargo son justamente estas relaciones que cooperación de economistas con gran empeño excluyen de sus teorías. Vamos a volver sobre el tema al hablar de la economía neoclásica. En el fondo hay solo un economista que destaca el dinamismo de una economía de mercado, Joseph Schumpeter.

El problema de la economía consiste en el hecho que se ocupa sobre todo de cosas en gran parte irrelevantes. Más interesante que el tipo de interés, la substitución marginal, la utilidad marginal, las rentas del consumidor y del productor etc. etc. son la capacidad innovadora, formación / educación, la capacidad de convertir la inversión en investigación y desarrollo en productos competitivos, la eficacia del mercado de dinero, transparencia etc. etc..

Es el método dominante, la modelización matemática, que decide sobre la relevancia. Lo que no se presta a ser modelado de manera matemática, queda excluido del modelo.

Si alguien logra por ejemplo a desarrollar un plástico biodegradable con características similares al acero, pero más barato, esto tendrá un impacto más fuerte sobre la economía que cualquier cambio del tipo de interés. Si alguien logra a ganar energía de algas (Producción de biomasa a partir de algas), plantas de desalación que funcionan con energía solar a precios realizables etc. etc. el problema seguramente no será el "ahorro".

Los factores contingentes, espontáneos, poco previsibles y por lo tanto imposibles de modelizar matemáticamente tienen un impacto más grande sobre la economía que los parámetros presentes en los modelos. Más interesante que el tipo de interés es la pregunta como se puede propulsar la conversión de las inversiones en investigación y desarrollo en productos competitivos, vea investigación y desarrollo por el estado, como medir eficacia de las subvenciones para empresas innovadoras, el análisis de préstamos concedidos por los recaudadores de fondo, reflexión sobre el sistema educativo etc. etc.. Los problemas reales están ahí.

La desgracia de la economía y el comienzo de la tragedia se revelerá en todo su esplendor cuando hablaremos de Carl Menger, Vilfredo Pareto y Léon Walras. Si no se elimina este Menger / Pareto / Walras chorrada de los libros de economía, la economía seguirá a las humanidades universitarias en su camino hacia la indiferencia.

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Anotaciones:

ES        DE

¿Qué determina el valor de una mercancía? Un debate fantasma viejo de 200 años.

Entre los autores denominados "clásicos" Jean Baptiste Say es el único que define el valor de una cosa correctamente. El valor de una cosa se desprende su su utilidad
para alguien y si este alguien esta dispuesto a pagar un precio por el cual un otro es capaz de producirlo, habrá una oferta y una demanda.

Say, un fabricante de tejido, es uno de los muy pocos economistas, hasta hoy en día, que tiene realmente experiencia laboral. Algo que se nota claramente.

Muy al contrario de los otros clásicos y neo-clásicos abandona también la idea de la tasa homogénea en todos los sectores de la economía.

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