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1.3.7 La demanda determina el precio

Dentro de los autores clásicos Jean Baptiste Say es el único que reconoce claramente que el valor de una cosa depende de la demanda, aunque, obviamente, depende de los costes de la producción si la demanda puede ser satisfecha. El hecho que solo se puede vender productos lo suficientemente baratos para poder ser comprados se pueden realmente vender induce a los autores clásicos al error de pensar que la demanda no juega ningún papel. De hecho no es así. Incluso en el caso que todo el mundo solo gana lo justo para sobrevivir, es la demanda que decide sobre el valor de una cosa, porque en este caso se va a producir alimentos que satisfacen la necesidades fisiológicas de manera más barata posible y no tortas o, aplicando la misma lógica a la tierra, si los terratenientes reciben una renta, la reciben porque hay demanda por trigo.

Depuis les premières éditions de ce Traité, M. David Ricardo a cru trouver un nouveau fondement au profit des biens-fonds. Il pose en fait que dans les pays neufs et où les terres n'ont point encore de propriétaires, elles ne rapportent que les profits auxquels peuvent prétendre le travail et les capitaux qui les font produire. La concurrence des producteurs empêche en effet qu'ils se fassent rembourser le droit de cultiver la terre, droit qu'ils ne paient à personne. Mais du moment que les progrès de la société rendent nécessaire une quantité de produits plus considérable que celle que peuvent fournir les meilleures terres et les plus avantageusement situées, il faut avoir recours aux terres de moindre qualité ou plus éloignées, et, pour obtenir sur chaque arpent les mêmes produits, faire plus de frais que l'on n'en fait sur les terres premièrement cultivées. Si c'est du blé que l'on cultive, comme la société ne peut avoir la quantité de cette denrée dont elle a besoin, sans payer tous les frais occasionnés par les blés produits sur les moindres terrains, le prix du marché excède les frais de production qu'exigent les premiers terrains, et les propriétaires de ces premiers terrains peuvent dès lors faire leur profit de cet excédent. Voilà, selon David Ricardo, la source du profit du propriétaire (rent). Il étend le même raisonnement aux différentes qualités des terres. Les unes excèdent beaucoup plus que les autres en qualité les plus mauvais terrains mis en culture ; mais ce n'est jamais que la nécessité de cultiver ceux-ci pour satisfaire aux besoins de la société, qui procure un profit aux autres et permet d'en tirer un loyer. Il en déduit la conséquence que le profit foncier ne doit pas être compris dans les frais de production ; qu'il ne fait pas, qu'il ne peut pas faire, le moins du monde, partie du prix de blé. Or, qui ne voit que si l'étendue des besoins de la société porte le prix du blé à un prix qui permet de cultiver les plus mauvais terrains, pourvu qu'on y trouve le salaire de ses peines et le profit de son capital, c'est l'étendue des besoins de la société et le prix qu'elle est en état de payer pour avoir du blé, qui permettent qu'on trouve un profit foncier sur les terres meilleures ou mieux situées ? C'est aussi le principe établi dans tout le cours de cet ouvrage. Dire que ce sont les mauvaises terres qui sont la cause du profit que l'on fait sur les bonnes, c'est présenter la même idée d'une façon qui me semble moins heureuse ; car le besoin qu'on éprouve d'une chose est une cause directe du prix que l'on consent à payer pour la posséder ; et si les besoins de la société n'étaient pas portés à ce point, ou si elle n'était pas en état de faire un si grand sacrifice, quelque énorme que fût la dépense nécessaire pour fertiliser un sol aride, on ne le cultiverait pas : ce qui nous ramène à ce principe déjà établi, que les frais de production ne sont pas la cause du prix des choses, mais que cette cause est dans les besoins que les produits peuvent satisfaire. Desde la primera publicación de su tratado, David Ricardo afirma haber encontrado una nueva base para los provechos de la tierra. Afirma de hecho que en tierras nuevas, donde el campo no tiene todavía propietario, solo brindan el provecho que deriva del trabajo y del capital necesario para su cultivo. La competencia de los productores impedirá que se les paga por el derecho de poder cultivar la tierra. Un derecho por el cual no tienen que pagar a nadie. Pero a partir del momento que el progreso de la sociedad exige una mayor cantidad de mercancías que aquel que puede ser producida en la mejores y favorablemente situadas tierras hay que cultivar también tierras más lejanas de una calidad inferior, lo que significa que los gastos para obtener el mismo rendimiento de un acre de tierra son cada vez más elevados que sobre las primeras tierras cultivadas. Si hay que cultivar una cantidad de trigo suficiente para que la sociedad puede obtener la cantidad de trigo que necesita, entonces la sociedad tiene que pagar los costes necesarios para cultivar trigo sobre estas tierras peores y estos costes despasarán el precio de mercado y por lo tanto los propietarios de las primeras tierras reciben un provecho de este excedente de demanda. Esto es lo que Ricardo llama el provecho del propietario (renta). Esta lógica la aplica a distintas calidades de tierra. Algunos depasan en cuanto a la calidad se refiere mucho más que los otros a las peores tierras cultivadas. Pero siempre es la necesidad de cubrir la demanda de que brinda a los primeros y obtener un provecho. De esto saca la conclusión que los provechos de la tierra no están incluidos en los gastos de la producción y que no forman nunca parte del precio del trigo y que nunca lo hacen. Pero no es obvio para cualquiera que es la demanda aumentada de la sociedad que hace subir tanto el precio, que también se puede cultivar tierras peores, dado que ahí se recibe un sueldo para los afanes y un provecho sobre el capital? Que es la demanda aumentada de la sociedad y el precio, que se tiene que pagar por los cereales que permite recibir una renta sobre el suelo mejor o situado más favorablemente? Esto es lo que yo afirmo a lo largo de mi tratado. La afirmación que las tierras peores la causa de los provechos es menos afortunada, porque la necesidad es la causa directa del precio que uno está dispuesto a pagar para obtenerla y si la necesidad no sería tan grande o si no estuviese capaz de hacer un sacrifico tan grande esta tierra, sean los gastos como sean para cultivar esta tierra infértil, no se la cultivaría, lo que nos lleva al principio inicial. Los costes de la producción no son la causa de los precios. Es la necesidad, que estos productos pueden satisfacer.

A pesar de que se expresa de una manera un poco complicadilla, la afirmación es correcta. Es la necesidad de aumentar la cantidad de trigo que hace subir el precio de mercado y por lo tanto las rentas, siempre y cuando que la necesidad aumentada es accesible, o sea si hay gente que la puede comprar. El valor de una mercancía es por lo tanto siempre determinado tanto por los costes como por la demanda o más bien dicho, la demanda arrastra la producción detrás de si y no al revés, como lo supone David Ricardo.

De esto se puede deducir que ya Jean Baptiste Say describió el valor de las mercancías correctamente, a pesar de que Alfred Marshall es más preciso. Carl Menger por su parte, para el cuál el precio de una mercancía esta determinado únicamente por la demanda, es un retroceso, a pesar de que mucha adeptos de la teoría austriaca, no lo hayan comprendido todavía, también los adeptos de esta tendencia en el mundo hispanohablante, vea Introducción a la Economía Política de Carl Menger. Supone este señor que sin duda alguna (!!) la escuela austriaca es la teoría económica más atinada. La verdad es, que la teoría austriaca es una chorrada desde el principio hasta el fin.

Uno podría preguntarse porque Ricardo no aplica, como lo hace más tarde la economía neoclásica, Alfred Marshall, para ser más preciso, la misma lógica a la producción industrial. De hecho en la producción industrial pasa lo mismo. Hay empresas más eficaces que otras y los costes de transporte, en este entonces, eran distintos también y es, igual que la tierra menos fértil y más alejado, el productor más ineficaz y lejos que determina el precio de mercado, porque es el último que todavía puede cubrir sus gastos con el precio de mercado.

David Ricardo no ve la similitud, porque parte del principio, obviamente completamente absurdo, que el capital puede fluir en cualquier momento al uso más rentable. Para ser más preciso: Supone que el capital siempre está disponible en su forma más líquida, dinero. Aparte de esto supone, que no hay diferencia en la cualificación ni en la información. Los empresarios y los trabajadores están por lo tanto siempre igual de informados y cualificados. Aparte de este supone que cualquier avance tecnológico se difunde inmediatamente a todas las empresas. La realidad es obviamente completamente distinta. El capital, al menos por un cierto tiempo, es fijo y solo lentamente se convierte en su forma líquida, o sea dinero. Segundo los empresarios no están en absoluto igual de cualificados y por último no lo son tampoco los trabajadores. Y los avances tecnológicos solo se difunden lentamente, porque exigen también un cambio en la cualificación.

Si abandonamos todas estas suposiciones y nos acercamos a la realidad, tenemos diferencias en la productividad y por lo tanto rentas. Esto parece ser una de las diferencias centrales entre la economía clásica y la economía neoclásica y no la revolución marginal, porque el concepto de la marginalidad ya va incluido en el concepto de Adam Smith sobre el precio de mercado / precio natural.

No vamos a discutir aquí el punto de vista diferenciado de Alfred Marshall, el intelectual en esta manada locos. Simplificando se puede decir, que la economía neoclásica es un análisis estático y a corto plazo. A largo plazo el capital puede efectivamente fluir en otros sectores y a largo plazo avances tecnológicos se divulgan y el nivel de formación cambia y se adapta.

Lo que no encontramos en ningún libro de texto de economía es el hecho que la teoría neoclásica es contradictoria en si. De un lado supone la flexibilidad absoluta de los factores productivos, parte por lo tanto del principio, que los respectivos factores productivos fluyen al uso más rentable hasta que rendimiento marginal monetario, que, muy al contrario del rendimiento físico también depende de la demanda, o sea el rendimiento físico puede ser el mismo, pero al aumentar la producción su valor monetario puede bajar, es igual en todos los usos.

Pero si esto es el caso, la estructura de los costes debería ser la misma en todas las empresas y si la estructura de los costes es la misma en todas las empresas, entonces no hay rentas. La renta de productor es la diferencia entre el precio por el cual el productor había vendido sus productos y el precio de mercado, que realmente recibe y este último está determinado por el productor más ineficaz y este último productor, el productor marginal, puede producir todavía por que de otra manera no se puede satisfacer la demanda.

Jean Baptiste Say describe de manera bastante precisa el error de David Ricardo y va conforme con lo que hemos dicho ya, vea Importancia de la demanda por la determinación del precio. Obviamente no existiría ninguna necesidad para cultivar tierras infértiles y lejanas si no existiese la demanda por el trigo. Es por lo tanto la demanda, que determina el precio y no el hecho que haya tierras infértiles o lejanas. Si no se debiese cultivarlas, el precio de mercado y por lo tanto la renta sería más bajo.

Si se lo quiere ver más claro, también se puede argumentar al revés. Si la demanda baja, por ejemplo debido a una epidemia que reduce la población, no hay ninguna necesidad de cultivarlas. El precio de mercado baja y con el precio de mercado la renta. Esta disminución de su renta el terrateniente tendrá que aceptar al igual que un aumento de su renta.

De esto se desprende también las posibilidades de repercutir impuestos sobre el precio. Impuestos sobre la renta (impuesto sobre la actividad industrial, impuesto de sociedades, impuesto sobre la renta de personas físicas) no pueden ser repercutidos al precio como es el caso de la IVA o de otros impuestos sobre el consumo / aranceles. Si el vendedor que recibe una renta repercutiría el impuesto al precios tendría el mismo efecto que una reducción de la productividad, en otras palabras, produciría más caro y en parte no podría vender sus productos.

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Anotaciones:

ES        DE

La renta se desprende del precio de mercado y este depende de la demanda.

Los perceptores de una renta tienen que aceptar que sus rentas disminuyen al bajar el precio de mercado como disfrutan de una subida de los precios de mercado.

Es la demanda que arrastra la producción tras de si. Esto incluso es el caso en el concepto de David Ricardo, a pesar de que él lo ve de otra forma.

En el caso de una flexibilidad total de los factores productivos y información perfecta no hay
rentas del productor.

Impuestos sobre rentas no pueden ser repercutidos al precio.





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