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Léon Walras

Si alguien se interesa por la biografía de Léon Walras, aglo en general bastante irrelevante, dicho sea de paso, la encuentra en
Wikipedia. Hay por lo tanto pocas razones a repetir aquí lo que ahí ya se ha dicho.

Llegamos ahora a los tres autores, Léon Walras, Vilfredo Pareto y Carl Menger que la influencia más fatal tenían y tienen sobre el desarollo de la economía como asignatura académica. Sería un gran progreso si se corrigiera este error y si se sacara todos los conceptos de estos tres chiflados de los libros de textos.

Es muy importante de tener esto muy claro. Alfred Marshall no tienen nada que ver con estos tres locos y no se puede de ninguna manera poner Léon Walras y Alfred Marshall en el mismo cajón. En otras palabras: La economía neoclásica no existe.

Se suele subsumir tres escuelas, la escuela de Lausanne (Léon Walras, Vilfredo Pareto), la escuela de Viena (Carl Menger, Eugen Böhm Bawerk) y la escuela de Cambridge (Alfred Marshall, John Stuart Mill, William Stanley Jevons), a los cuales se podría añadir Heinrich Gossen y Antoine-Augustin Cournot) bajo economía neoclásica.

Esta subsumición se basa en un par de suposiciones que son todas incorrectas. La primera suposición es que la economía neoclásica "invento" el concepto de la marginalidad. Esto es erróneo por varias razones. Primero el concepto de la marginalidad es tan trivial, que cualquiera lo comprende, lo que significa que millones y millones de personas ya lo habían descubierto. Todo el mundo sabe, para dar un ejemplo, que la utilidad del chocolate disminuye con el consumo. La discusión quién realmente fue el autor de este concepto, Menger o Gossen o Walras se puede por lo tanto abreviar. Ninguno de los tres. Milliones y millones de personas lo habían ya lo descubierto antes y sobre todo el concepto de la marginalidad ya está incluído en el concepto precio natural / precio de mercado de Adam Smith y en el concepto de la renta de David Ricardo. El segundo error consiste en el hecho simple que no se puede formar un grupo por una sola característica común. Se podría entonces igualmente decir que un elefante y un mosquito pertenecen al mismo grupo, porque ambos tienen una tromba. Se comprende, los economistas no, pero gente normal si, que esto sería una chorrada.

Hay además personas que reprochan a Keynes de no haber distinguido entre la economía clásica y la economía neoclásica, lo que es cierto. Keynes conoce solo la economía clásica. Pero el que dice esto, da por entender, que no ha comprendido ni la economía clásica, ni la economía neoclásica ni el keynesianismo.

Los criterios para Keynes son el concepto del ahorro, el concepto del dinero y concepto del tipo de interés porque en cuanto a estos tres conceptos se refiere la economía clásica y neoclásica no se distinguen y en cuanto al ahorro, dinero y tipo de interés se refiere los conceptos de ambos son erróneas y por lo tanto Keynes los refuta. Se habría podido adivinarlo si solo se hubiese leído el título de la obra de Keynes, Teoría General sobre el Empleo, Interés y Dinero. Si Keynes escribe un libro sobre el interés y el dinero su obra trata de la utilidad / del rendimiento marginal o de la preparación de la ensaladilla rusa en España, esto es obio ¿no?. Madre mía, alguna gente es un poco pesada. Obviamente no distingue entre economía clásica y economía neoclásica porque en cuanto a los errores fundamentales se refiere, no hay diferencia.

El concepto de la marginalidad se puede precisar. Primeramente el principio vale tanto al lado de la demanda como al lado de la oferta. Si los precios bajan, si solo se mira de manera aislada a los efectos de la demanda, la cantidad vendida sube. Sea porque la gente compra más del mismo producto porque la utilidad marginal puede ser más baja entonces, esto es el principio de las rebajas, sea porque el precio más bajo hace más interesante este producto en comparación con otros. Igualmente juega un papel en la oferta, porque si el rendimiento marginal físico baja, las empresas comenzarán a sustituir un factor productivo por otro.


Esto significa por ejemplo que una empresa solo puede vender un mayor cantidad de algo si los precios bajan, porque con cada entidad consumida la utilidad marginal baja y por lo tanto el consumidor va a pagar menos.

Esto significa igualmente que individuos solo cambían si la pérdida de utilidad que sufren cuando dan algo está recompensada por la utilidad que les brinda el bien que reciben.

Esto significa también que los hogares utilizarán sus ingresos de manera que la utilidad de las cosas que compran se iguala.

Esto significia que la oferta de las empresas y la demanda van acercándose, porque de un lado los costes con cada entidad producida suben, a corto plazo (!!) y la disposición a pagar de los hogares baja.

Esto igualmente significa que empresas que pueden producir el mismo producto von combinaciones de factores productivos distintos van a substituir hasta que el rendimiento marginal físico evaluado por dinero es el mismo por todos los factores productivos.

Pero todos estos efectos no tienen nada, absolutamente nada, que ver con una "revolución marginalista" ocurrida en la teoría neoclásica. Muy al contrario estos conceptos están en el centro de la economía clásica. David Ricardo por ejemplo supone quel el provecho, el precio a pagar por el capital será el mismo en todos los sectores de la economía. El concepto no es realista, o mejor dicho solo realista como tendencia general, pero es un concepto marginal. Si un "capitalista" constata que puede ganar más dinero produciendo zapátos en vez de pantalones, va a retirar dinero del sector de los pantalones y reinvertirlo en el sector de los zapátos lo que a su vez tiene dos efectos. Los precios de los zapátos bajan, porque se produce, al menos en la teoría, más, lo que reduce el rendimiento marginal de capital invertido en este sector y el precio de los pantalones sube, porque se produce, al menos en la teoria, menos, lo que hace subir el precio de los pantalones. Esta susitución ocurrirá, en teoría, hasta que el rendimiento marginal del capital es el mismo en todos los usos. Dado que la economía clásica discute aspectos muy variados de la marginalidad, se puede incluso decir que hay más marginalidad en la economía clásica que en la economía neoclásica.

La segunda característica esencial que se atribuye a la economía neoclásica es la clausula ceteris paribus. El parádigma es en este caso la física. En la física de vez en cuando es posible de excluír en un experimento todos los parámetros que no se quiere analizar hasta que solo quedan aquellos parámetros cuyo efectos se quiere estudiar. Esto, obviamente, no es posible en la ciencias sociales.

En la biología molecular esto es igualmente posible. Se puede por ejemplo estudiar determinados efectos a nivel de una célula aislada, fuera de organismo y excluir de esta manera todos los efectos que se desprenden de la interacción del organismo con la célula.

En general no hay un gran debate sobre esto. Solo en la economía se introduce expresadamente la clausula ceteris paribus y uno podría preguntarse por qué es así. Parece que en la economía más que en otras ciencias hay un gran interés de imunizar la teoría contra la realidad, porque la clausula ceteris paribus protege la teoría contra la realidad. Cada vez que alguién dice que la teoría no pega con la realidad, se le puede responder que la teoría solo vale si nada cambia y si no pega con la realidad, obviamente ha cambiado algo.

Pero de hecho, y esto vale sobre todo para Léon Walras, no hace falta la cláusula ceteris paribus. Si solo se analiza situaciones estáticas, a corto plazo, la situación en un momento dado, y esto es lo que hace la versión simplista de la microeconomía tal como la encontramos en los libros de textos, no hace falta la cláusula ceteris paribus, porque a corto plazo no cambia nada y cuanto más corto es la temporada que analizamos, menos cambia, El real problema por lo tanto no es la cláusula ceteris paribus, sino la temporada breve con la cual se exluye a apriori cualquier proceso dínamico del análises. En una situación estática nisiquiera hay procesos.

De manera sútil la cláusula ceteris paribus ofusca los hechos. La cláusula ceteris paribus sugiere que se trata de un problema menor, pero que las afirmaciones centrales son correctas. Pero de hecho el error es más fundamental. Si lo que queremos analizar son procesos dinámicos, no tiene mucho sentido de analizar una situación estática.

Es segundo problema es más grave todavía. La economía neoclásica, siempre dejamos la lado a Alfred Marshall, es otro cuento, vea arriba, supone una relación entre precios y cantidades, lo que es, obviamente, cierto. No como ley, pero como tendencia. Pero de hecho el asunto es más complejo. El precio es un instrumento muy complejo para generar miles y miles de informaciones de una manera muy compleja. El lector no sabe, porque la leche, la mantequilla, el pan, los televisores, las bicicletas cuestan lo que cuestan y si alguien quisiese explicarselo, no le interesaría, porque hay miles de productos. Lo único que sabe son las alternativas que tiene cuando los precios cambian. Si por ejemplo cambia el precio del pan, puede hacerlo el mismo en casa. Si el precio de la mantequilla cambia, puede comprar magarina. Estas decisiones tendrán a su vez repercuciones sobre otros precios y el lector tendrá que adaptarse nuevamente.

Muy al contrario de lo que Léon Walras cree, la "ley de la oferta y demanda" no es una ley universal comparable a la gravitación que hace girar los planetas alrededor del sol, porque cada individuo va a reaccionar como mejor corresponde a su situación personal. El párrafo abajo revela que Léon Walras no ha comprendido el aspecto fundamental, razón de la superioridad de este sistema económico sobre cualquier otro, de una economía de mercado libre. Si existiese una ley universal que controla la economía y el comportamiento de los hombres, no necesitaríamos una economía de mercado libre y este sistema no sería superior a una economía planificada.

C'est la loi de l'offre et de la demande qui ordonne tous ces échanges de marchandises, comme c'est la loi de la gravitation universelle qui régit tous les mouve- vements des corps célestes. Ici le système du monde économique apparaît déjà dans son étendue et sa complexité, et peut sembler aussi beau, c'est-à-dire aussi vaste et aussi simple à la fois, que le système du monde astronomique. Es la ley de la oferta y demanda que regula el cambio de las mercancías al igual que la ley universal [de hecho no es una "ley" es una fuerza] controla los cuerpos estelares. Ya aquí el mundo de la economía aparece en toda su extensión y complejidad y por lo tanto tan hermoso, dicho de otra manera tan amplio y tan simple como el mundo de la astronomía.

Léon Walras, Element d' economie politique pur, ou theorie de la richesse sociale, 34 Leçon

Sería obviamente sin importancia alguna lo que dice un cierto Léon Walras, si no sea que la economía académica comete los mismos errores. El parráfo es tan típico como revelador y nos muestra toda la tragedia de la economía como asignatura académica y la cantidad de tiempo que se puede perder ocupandoses de aspectos irrelevantes.

Al comparar las relaciones económicas con las relaciones astronómicas da por entender, que no ha comprendido en absoluto como funcionan economías de mercado libre. Las relaciones astronómicas son muy estables, es lo más estable que hay y por lo tanto son sus efectos son previsibles, al menos en lo que concierne los próximos 10 millones de años. Estas relaciones se puede describir con una modelización matemática, para ser más preciso, con la álgebra, la estadística no tiene mucho sentido en este caso, porque no se trata de tendencias, sino de leyes. La astronomía puede hacer una afirmación sobre los resultados generados por estas fuerzas.

La economía de mercado libre no garantiza ningún resultado, solo hay una gran probabilidad que es el sistema más eficaz para generar informaciones y tomar decisiones. Si el precio del petrol por ejemplo sube, hay centenares de alternativas para reaccionar a este fenómeno. Si alguién tiene bosque en la selva negra, va a calentar su casa con leña. Otra gente va invertir dinero para aislar mejor su casa contra el frío. Si el precio sube mucho, se va a utilizar más combustibles biológicos. En algunos casos puede ser rentable de instalar centrales eólicas. (No es fantasía, de hecho es lo que actualmente pasa en Alemania.) Dado que estas millones de personas conocen mejor la alternativas que tienen en sus circunstancias personales, el resultado será mejor que si una ente central decide.

El que dice, y lo dicen muchos, que si se acepta que no hay leyes económicas se niega igualmente que la economía puede ser objeto de estudio, no ha comprendiddo el chiste. Se puede alegar argumentos muy concretos porque una economía de mercado lleva a mejores resultados, sin que haga falta de pronosticar estos resultados. Pero si se puede pronosticar los resultados, nos hace falta una economía de mercado. Dicho de otra manera: No hay que buscar una cosa, si ya se sabe dónde está. Pero si no se sabe donde está, hay que tener un método eficaz para buscarlo. Dicho de otra manera: El hecho que hoy en día a traves de estudios geológicos la búsqueda por determinados minerales es más eficaz no significa que hoy en día se sabe donde están. Pero la búsqueda es mas eficaz. El que dice que hay leyes que permiten de pronosticar los resultados, niega que hace falta la búsqueda. No ha comprendido por lo tanto el chiste de una economía de mercado.

Si se quiere abordar el tema de manerá más filosófica se podría argumentar con Karl Popper. Pronósticar el desarollo social a través de leyes y por lo tanto describir el resultado de un cierto proceso es ideología. ‬Significa que alguién o un determinado grupo sabe más que millones de personas. La idea principal de una economía de mercado, el hecho que es el sistema más eficaz de corregir errores, Karl Popper la traslada al mundo político, lo que significa que a una economía de mercado corresponde la democracia. En ambos sistemas hay la posibilidad de corregir errores.

Si miramos a la historia del pensamiento económico tenemos que aceptar que siempre hace falta corregir errores, porque ninguna ley económica que se tomaba por una verdad eterna en su tiempo se revelo realmente estable a lo largo de la historia. La ley que la población crece más que los medios para alimentarla se reveló completamente errónea. La población alemana se econge de manera dramática y la producción agrícola hay subvencionarla, porque si no desaperecería. La ley de hierro del salario se reveló completamente errónea, para un salario al nivel del mínimo vital en Alemania no trabajaría nadie, porque esto se lo da el estado, vea también David Ricardo. La eterna ley de la acumulación del capital se reveló más erróneo todavía, porque el capital acumulado es dinero y dinero se imprime.

No valdría la pena de mencionar todo esto, obviamente, si no se aplicase los mismos métodos que Léon Walras hasta hoy en día por todas partes. Uno se pregunta realmente en qué cueva y hueco han vivido los economístas en los últimos doscientos años para no darse cuenta que este método, el método astronómico, no funciona para la economía.

La supuesta ley de la demanda y oferta, dicho sea de paso, no es ninguna ley, es como máximo una tendencia que se puede observar a corto plazo. Esta famosa "ley" tampoco hace una afirmación sobre relaciones causales y por lo tanto es bastante engañoso. A corto plazo, o sea ignorando todos los aspectos relevantes, o sea los procesos dinámicos que ocurren en la producción, los precios efectivamente suben cuando la demanda aumenta, porque tiene que haber un criterio para el racionamiento, dado que la cantidad no sube en absoluto, porque se trata de un mero mercado de cambio o porque la cantidad solo puede subir si se saca recursos de otros sectores. Pero a largo plazo casi siempre se produce el efecto contrario. Al aumentar la producción los costes y por lo tanto los precios bajan.

Por último se menciona como una característica el homo oeconomicus. Si este realmente vio la luz del día en la economía neoclásica se puede dudar. Posiblemente era realmente Vilfredo Pareto que por primera vez utilizó esta noción, pero ya Adam Smith describe procesos de adaptación que solo pueden ser incitados por informaciones. Si estas informaciones son completas o incompletas da igual. En el caso de ser incompletamente informado logrará solamente una aproximación al estado optimal, en el caso de una información completa logrará el optimum. El principio fundamental es el mismo en ambos casos. No hace falta, como lo podemos leer por todas partes, que sea perfectamente informado. El aspecto central es 1) que puede, porque está informado a traves de los precios, actuar, 2) segundo que tiene actuar, porque en una situación de competencia será eliminado si no reacciona y 3) que solo puede amejorar su situación si ofrece un beneficio para la sociedad, porque la calidad de su producto / servicio es mejor, porque puede ofrecerlo a un precio más bajo, porque produce algo nuevo etc..

Reflexiones filosóficas, sociales, biológicas, éticas etc. que se puede encontrar por todas partes son superflúas y solo las hacen aquellos que no han comprendido el funcionamiento de una economía de mercado. Solo en una economía de mercado el homo oeconómicus es un concepto útil, porque en una economía de mercado no queda otra cosa que hacer al homo oeconómicus que aumentar el bienestar de sus prójimos. En una economía planificada, cuando todos son funcionarios públicos independientemente del rendimiento, pueden haber igualmente penurias, pero nadie tiene un interés en removerlos, porque personalmente esto no le sirve para nada.

Puede ser que el caso de Che Guevara era distinto, pero es dudoso que la mayoría de los cubanos quieren ser como el Che, a pesar de que en cada segunda muralla en Cuba se amonesta la gente a seguir el ejemplo del Che. Una cosa es llevar un camiseta con la foto del Che. Esto es muy romántico. Otra cosa es resolver un problema concreto, algo que no tiene nada que ver con romántica, pero mucho con trabajar de verdad.

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Anotaciones:

ES        DE

La noción economía neoclásica no tiene mucho sentido, dado que entre Alfred Marshall de un lado y Vilfredo Pareto, Carl Menger y Léon Walras del otra lado hay diferencias enormes

Como característica común de todos los autores de la economía neoclásica se considera el concepto de la marginalidad. Sin embargo este concepto ya va incluido en el concepto de Adam Smith del precio natural.

Léon Walras es el representante más radical de una tendencia para la cual el parádigma meto- dológico de la economía es el mismo que él de la física

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