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1.2.5 Problemas específicos en la presentación de problemas económicos

Los contenidos, métodos y libros de texto en la enseñanza de la economía son casi siempre los mismos, la variedad dentro de un país no es más grande que la variedad entre un país u otro, un continente u otro, en todo el mundo occidental, o sea Europa, América del Norte y América del Sur. Lo que hoy se enseña se puede encontrar igualmente, descrito de mejor forma, en Wealth of Nations de Adam Smith, Principles of economics de Alfred Marshall y, obviamente, en La Teoría General del Empleo, Interés y Dinero de John Maynard Keynes. El ordoliberalismo, el marxismo y el monetarismo son de hecho nada más que simples anotaciones a estas teorías básicas y en cuanto a gente como Léon Walras o Alfredo Parecto sería mejor simplemente eliminarlos de la enseñanza universitaria. Los textos originales son, dicho sea de paso y como vamos a ver, más diferenciados que el resúmen de estas teorías que encontramos en cualquier manual de economía.

Vemos por lo tanto no solo una fuerte estandarización en los títulos, bachelor / máster sino también una fuerte estandarización del contenido en economía, algo que no existe en otras facultades como ciencias políticas o ciencias sociales. Esta omnipresencia del mismo pensamiento teórico en todas partes de la tierra es una de la razones por la cual la economía pasa por ser la reina de la ciencias sociales. Sugiere que tiene leyes como la física, la química, la biología válidas en todas partes del mundo y capaces de explicar cualquier problema y capaz de atribuir algo a la solución de este problema. Esto es erróneo. La relevancia de una ley natural de la física, química o biología es la misma por todas partes. Una "ley" económica puede ser perfectamente válida en Bolivia al igual que en Alemania, pero puede ser irrelevante en ambos países. Para resolver problemas concretos no nos basta con que una "ley" sea universal. No nos basta conocer la causa de un problema válido solo en un país determinado si esto no nos permite resolver un problema totalmente. La renta del consumidor, vea Alfred Marshall, nos permite saber cuando el consumidor ahorra por el hecho de que hay un solo precio de mercado para, por ejemplo, el arroz. Este cálculo lo podemos hacer en Chile y en Francia, pero lo que realmente nos interesa es saber por qué la gente en Somalía muere de hambre.

No decimos que estas "leyes" sean completamente inútiles y vamos ver que los inventores de todas estas leyes se expresaron de manera mucho más cauta y diferenciada, pero el tiempo invertido en la enseñanza de estas cosas debe ser proporcional a la utilidad, sea teórica o pirática, de estas "leyes". Para ser más concreto. Lo descrito en este manual se puede enseñar tranquilamente en dos años y esto basta. Con el tiempo ganado los estudiantes pueden especializarse en en asignaturas contiguas según los intereses ya sea informática, psicología, periodismo, contabilidad, una filología, jurisprudencia etcétera.. No es necesario que se sepa explicar la elasticidad del precio en tres maneras distintas, matemática, gráfica y verbal. Basta que se haya comprendido lo que es y tampoco hacen falta en el mercado de trabajo miles de personas que tienen la misma basura en la cabeza. Pero lo que hace falta es gente que sepa de economía y sepan una lengua más exótica, como el chino o ruso, gente que sepa de economía capaz de programar en sql, gente que sepa de economía y capaz de explicar problemas económicos de manera comprensible, etc. etc.. Se necesita gente con distintas cualificaciones, pero lo que no se necesita es gente cuya sabiduría se reduce a "leyes" universalmente válidas y por lo tanto aplicables a un fin concreto en ninguna parte. No hacen falta personas capaces de incluir el human capital con un parámetro en un modelo. Se necesita gente con un human capital muy concreto, capaces de resolver problemas concretos. Si las universidades no son capaces de producir este tipo de personas más vale que sean cerradas.

Es bastante lógico que con "leyes" universales solo se puede discutir problemas muy universales y los problemas más universales siempre son aquellos que simplemente no existen.

Vamos a conocer a través de este manual algunas ideas básicas que nos permitirán analizar determinados problemas. Vamos a conocer las ventajas del mercado libre y sus fallos, la función del dinero y la razón por la cual no es ningún, como lo describen los neo-clásicos y los marxistas, mero velo. Vamos a ver que el tipo de interés no juega el papel que erróneamente tiene en la teoría clásica. Vamos a hablar de errores ampliamente difundidos y causa de cantidad de conflictos. Se puede invertir dos años para demarcar el espacio dentro del cual se encuentra la verdad. Pero después de estos dos años y una vez definido este espacio tenemos que dedicarnos a resolver los problemas concretos y dejar las discusiones fantasmas. Es importante que la gente conozca este corredor y hacen falta personas que convenzan a la gente de que los extremos no llevan a ninguna parte, pero para convencer a la gente hay también que hablar sobre soluciones muy concretas.

El interés de las facultades de economía es obvio. Ellos quieren presentar la economía como la reina de las ciencias sociales. Esto es más prestigioso que aceptar que la economía es solo una parte de la sociedad y que factores fuera de lo estrictamente económico influyen en la economía y por consecuencia un problema estrictamente económico no existe.

La discusión pública, reiteramos que en cuanto a tendencias generales se refiere hay pocas diferencias entre países e incluso continentes está muy a menudo dominada por conceptos prefabricados, lo único positivo que hay es que ya se eliminaron los extremos, y una personalización de problemas. Ambas tendencias no son muy democráticas si entendemos por democracia un proceso de aprendizaje, o sea la eliminación de teorías que resultaron erróneas porque de esta manera no se aprende nada, vea La sociedad abierta y sus enemigos. La gente tiene cada vez más y más la impresión, en todas partes del mundo, que da igual por qué partido votan, el resultado siempre es el mismo. Pero para que la teorías llegen a ser más precisas, para que se elimine los errores, se necesita un electorado cualificado. Por lo tanto no se puede decir que no haya tabajo para economistas. Pero economistas que excluyen todos los factores que influyen en la economía no sirven para gran cosa. Un gran papel por ejemplo siempre juega la formación y la educación y si un país no produce bastantes ingenieros hay que reflexionar por ejemplo sobre la didáctica de las ciencias y sobre la organización del sistema educativo. Y si un país no produce bastantes personalidades con espíritu emprendedor entonces hay que analizar este problema. Mover un par de curvas, lo que se suela hacer hoy en día en todas las universidades del mundo, no es una discusión seria y es un tipo de discusión que nadie toma en serio.

Sería ya de gran ayuda si se dejará de hablar de capitalismo de un lado y socialismo del otro lado como si existiesen solo estas dos opciones. Primero el capital no es lo que caracteriza las economías occidentales. Capital se destruye cada día cuando una empresa va en quiebra y se crea diariamente imprimiendo simplemente dinero. Pero tiene que haber alguien que sepa hacer algo rentable con este dinero. El "capitalismo" es un fantasma que no existió nunca, no existe y nunca va a existir y con el socialismo se atribuye mucho poder a funcionarios públicos que utilizan sin riesgo y sin control fondos que primero alguien tiene que haber ganado. El resultado de discusiones de este tipo es que la gente se queja del "capitalismo", que para ellos es casi siempre lo mismo que liberalismo o economía neoclásica por producir una distribución de las riquezas inaceptable y del "socialismo" por el despilfarro de recursos que conlleva. Diría el autor que si ambos no satisfacen es tiempo de entrar un poco más en los detalles y dejar de discutir sobre el mundo de la vista de pájaro.

Los que están fanáticamente y sin excepción alguna por una economía del libre mercado tendrán que explicar como quieren por ejemplo organizar la formación. Milton Friedman trató de explicarlo, pero con muy poco éxito diría el autor, vea Milton Friedman. Pero los fervientes adeptos de más intervención estatal tendrán que explicar como se controla este "bicho", porque creer que por el mero hecho de que un funcionario público reciba su dinero independientemente del resultado de su trabajo le incita a trabajar de manera altruista al beneficio del pueblo carece de cualquier evidencia empírica.

Dudamos que la manera en la que se enseña la economía hoy permite a la gente analizar problemas concretos. Puede haber diferencias en cuanto se refiere a esto, aunque el autor no lo cree, pero en los parlamentos y en la burocracias dominan los juristas, a pesar de que los economistas deberían ser, siendo generalistas, mejor preparados para esta función. Parece que incluso legos, y juristas son legos en cuestiones económicas, con un poco de sentido común llegan a resultados que le parecen al público tan plausibles como las teorías de los economistas que desprovistos del cachivache matemático son bastante simples y de poco valor explicativo. Los economistas no se imponen y no convencen. Fuera de los círculos académicos nadie se interesa por sus opiniones.

Nos encontramos frente a un problema que vemos muy a menudo en el sector público. Los economistas no definen metas lo suficientemente concretas para que se pueda controlar en que medida estas metas fueron logradas o no. Esto de no definir metas es una arma real en la lucha de las burocracias por recursos y estima. El ejemplo es un poco idiota en este contexto porque no interesa a nadie, pero en Alemania por ejemplo hay un instituto, el Instituto Goethe, que se ocupa de la imagen de Alemania en el extranjero (reciben para esto 200 millones de Euros). Ellos luchan, para simplificar, por lo bello, lo justo y lo bueno y claro está que para lo bello, lo justo y lo bueno cualquier cantidad de recursos es justificada, vea Goethe Institut.

El esquema es universal. Si no hay metas bien definidas se tiene un "pudding" que nadie puede clavar en la pared.

Metas para la corporación de los economistas, las metas son solo objeto de estudio y en este contexto se ocupan mucho de ellas, metas cualitativas, cuantitativas, monetarias, complementarias, conflictivas etc. etc., pero no definen las metas del estudio de economía o de cualquier forma no al menos de manera lo suficientemente precisa como para que un control sea posible. Pero esto sería muy útil porque solo entonces se podría saber si el gasto público es justificado o no.

Como no definen parámetros concretos que permitan medir la eficacia, por razones obvias, nadie puede decir si tienen éxito o no. La meta más concreta que en general suelen mencionar al presentarse en páginas web es la integración de los egresados en el mercado laboral. En cuanto se refiere a esto se podría tener datos precisos. Bastaría con preguntar a los egresados un año después de haber terminado su carrera, pero el resultado es obvio. En cuanto se refiere a conocimientos instrumentales o sea cosas que permiten resolver un problema muy concreto, el economista está completamente perdido a pesar de que todas las facultades de economía en el mundo entero digan lo contrario en sus campañas publicitarias. Lo mismo pasa, dicho sea de paso, con ciencias empresariales. Lo único concreto es contabilidad, derecho y, si se ofrece, informática, el resto es un pasa tiempo. Los contenidos propiamente económicos se debe reducir a dos años. Es perfectamente posible y ni siquiera hay una pérdida en lo que se refiere a la profundidad. Habiendo cumplido con esta base los estudiantes debenespecializarse según sus propios gustos .

Vemos aquí un problema general. En una situación de inseguridad, en la que nadie sabe lo que el futuro lleva consigo. Es bastante inútil que una manada de idiotas sin experiencia profesional, lo que suele ser el caso de los catedráticos universitarios, hagan un plan de estudio que lleva al nirvana. En estos casos más vale ofrecer cantidad de posibilidades distintas para que cada uno pueda elegir. El futuro no lo conoce tampoco, pero el individuo sabe mejor lo que quiere, puede, le gusta y lo que más sse ajusta a su situación en personal.

Es una curiosidad de esta manada de idiotas que son los catedráticos que dan miles de conferencias sobre estados que deciden cosas de las cuales no tienen ni idea. El problema es que ellos mismos lo hacen.

Combinar economía con derecho por ejemplo puede ser una combinación útil. Muchas leyes económicas se basan en una determinada idea sobre el funcionamiento de la economía. Si se formulan estas leyes o se les interpretan se debe conocer este trasfondo económico. Un ejemplo muy concreto. En el caso de un proceso sobre la relación de la quiebra o quiebra fraudulenta se debe ser capaz de leer un balance. Si se quiere exportar algo a Francia directamente, es bastante útil saber francés. Si se quiere organizar un fondo para centrales eólicas, se debe saber bastante sobre financiación y el trasfondo técnico. Las universidades, y esto vale para el mundo entero, tienen que ser promotores de la creatividad y dejar de enseñar las mismas tonterías una generación tras otra. Imbéciles de este tipo no hacen falta. Ni en América del Sur, ni en América del Norte y tampoco en Europa.

Dicho sea de paso y el autor lo dice porque es la misma discusión por todas partes. Lo dicho arriba no significa una "economización" de toda la sociedad. No cuestiona por ejemplo la utilidad de las facultades de humanidades, pero para las facultades de humanidades vale lo mismo. Para que tengan un sentido tienen que aportar algo a la discusión pública. Aportar algo divertido, enriquecedor, estimulante. Permitir ver cosas que antes no se había visto, dar sugerencias en cuestiones existenciales etc. etc.. Pero a las cosas muertas más vale que se les sepulte. Economía y literatura puede ser, en condiciones determinadas, una combinación útil si alguien quiere montar una empresa que vende libros a través de la red de forma digital. Pero en este caso también vale lo que siempre vale. No se crea trabajo escribiendo una tesis. Se crea trabajo montando empresas.

No necesitamos por lo tanto más profesores de los que dan conferencias sobre el optimo de Pareto, esto uno puede clavárselo al trasero. Pero necesitamos más profesores que realmente hayan montado empresas. Los problemas de España con el paro no se van resolver discutiendo sobre el equilibro total walrasiano. Los problemas de España se van a resolver montando empresas. No necesitamos catedráticos que no encuentran trabajo y que se refugiaron en la universidad porque para cualquier otra cosa son demasiado tontos. Necesitamos profesores capaces de mover cosas. Para cachivaches no se les paga.

Las facultades de economía son también un ejemplo ilustrativo para un fenómeno general e ilustran porque el "bicho" se llama mercado libre, y no capitalismo. Esta distinción les cuesta hacerla incluso a los "capitalistas", o sea neo-liberales, más obsesionados, vea Crisis financiera, reforma bancaria y el futuro del capitalismo. El capitalismo no tiene un futuro, porque tampoco tiene un pasado. Como no existió nunca, tampoco puede tener un futuro. El "capitalismo" es una idea que viene de la teoría clásica a pesar que que en la teoría clásica no se utiliza esta palabra. La idea es que se puede acumular, en la teoría clásica trabajo, en un producto. Pero mientras en el original, o sea en Wealth of Nations de Adam Smith esta idea se pierde a lo largo de las ochocientas páginas, sobrevivió en la obra de David Ricardo y de ahí pasó a la obra de Karl Marx. Lo que tiene pasado y futuro es la idea de que a través de precios es más fácil el procesamiento de informaciones que por un plan fijado por un comité cualquiera. Pero esto tampoco significa que el mercado libre va a resolver todos los problemas de la tierra. La verdad cruda y dura es esta: La gente resuelve los problemas y no unas "leyes" económicas eternamente vigentes. Pero los idiotas de la tierra no resuelven ningún problema, son parte de el. Vamos a re-discutir sobre este tema al hablar del racionalismo crítico.

Las facultades de economía nos muestran también que los sistemas que no son controlados por la realidad van a la deriva. Las ingenierías por ejemplo están claramente controladas por el mercado. Si los ingenieros al terminar sus carreras no son capaces, después de un cierto período de adaptación, de producir productos listos para el mercado no será el mercado el que se adaptará, sino las carreras afectadas. En el peor de los casos las empresas van a la quiebra o van a países extranjeros donde encuentran el personal calificado.

A esta presión de la cifra de negocios, costes y rentabilidad se reacciona y de esto también disfruta la exactitud y precisión de los contenidos de estas carreras. Un "mercado" en el sentido de una economía de mercado libre no existe en las ciencias económicas o más bien dicho ahí existe solamente como objeto de estudio pero no como algo en lo cual se está envuelto como sujeto.

Ya el fundador de la economía como ciencia, Adam Smith en 1776, se quejaba de las universidades, vea actividad estatal . El desacoplamiento de sueldo y rendimiento en la universidades es un camino equivocado, escribió Adam Smith hace 250 años.

Esto explica la posición de los economistas: el mercado para esta corporación es un mero objeto, como sujetos no están envueltos. Siendo sujeto de este sistema el rendimiento propio es continuamente comparado con el rendimiento de otros, lo que es bastante estresante y encima incluso se corre el riesgo de ser eliminado.

Las facultades de economía no están bajo el control del mercado lo que explica el desarrollo erróneo que tienen, la resolución de problemas irrelevantes (economía del bienestar), incapacidad didáctica, presentación enrollada de trivialidades, enfoque en la precisión de modelos teóricos independientemente de la capacidad de estos para analizar problemas concretos, subsumir factores relevantes bajo parámetros abstractos (crecimiento <=> formación). Estos mismos problemas los podemos observar en cualquier otro sistema que no está bajo control y donde no hay una necesidad de adaptarse.

En cuanto se refiere a la didáctica un "feedback " más directo de los estudiantes y un pago que depende del rendimiento puede producir milagros. El hecho de que hoy en el mundo entero solo se utilizan libros de texto estadounidenses, que efectivamente son mucho mejores que aquellos producidos por ejemplo en Alemania, es una prueba clara de esto.

Habrá algunos muy listos que dirán que la investigación es un bien público, vamos a hablar de esto más detalladamente al hablar de Jean Baptiste Say, que no puede ser sometido a la lógica de mercado. Tan listo el autor ya es. Sabe que por ejemplo la biología molecular al principio era investigación pura sin meta concreta y que la relevancia económica solo se reveló más tarde. Sabe que la investigación básica solo puede ser financiada por el estado porque es el único actor que lucra con todos los efectos de esta investigación y por lo tanto el único que la puede financiar.

Pero el oficio de la economía es dar impulsos a la discusión pública sobre cuestiones económicas. Solo a través de un crecimiento público del saber económico se puede tener un efecto positivo. Las conclusiones más sutiles no sirven para nada si a nadie le interesan. Incluso si un dictador pone en práctica estas conclusiones sutiles no sirven para gran cosa, porque no hay ninguna garantía de que su seguidor hará lo mismo y en una democracia la única forma por la cual se puede poner en práctica una determinada política es a través del publico convencido. Es un problema que mencionó también John Stuart Mill, como vamos a ver más tarde. Todo el mundo cree que se puede cambiar el mundo a través de partidos políticos. La verdad es que esto no es posible. Lo máximo que se puede conseguir a través de partidos políticos es que ellos se adapten a ideas unánimemente aceptadas como sensatas. El camino corto, cambiar la sociedad por partidos políticos, en general no suele funcionar.

El mismo problema sistémico surge en humanidades, una comparación que los economistas temen como el diablo al agua bendita. Los esfuerzos de la corporación de los economistas para marcar la distancia son tan costosos como ridículos y vanos. Vamos a ver en los capítulos que siguen que todos los autores sobre los cuales se basa la economía tal como la vemos en todos los libros de textos han visto y discutido este problema de la demarcación de manera intensa y con resultados distintos.

Al igual que la economía las humanidades tienen que convencer al público de que están haciendo algo interesante y que los resultados son relevantes. Sus opciones son dos tiene un efecto en el cerebro del público o no lo tienen y desaparecen.

El ingeniero no tiene que tener un efecto en el cerebro de sus compatriotas. Basta que el DSL Router funcione. Si su producto tiene que tener un efecto en el cerebro del consumidor, o sea si este tiene que hacer un esfuerzo para comprender como funciona, entonces es un mal producto y más vale que desaparezca del mercado.

La matemática utilizada para precisar los modelos económicos ilustra la subconsciencia colectiva de la corporación de los economistas ya que de hecho no suministra ninguna ampliación de conocimientos. Solo por utilizar un poco de análisis matemático y un par de ecuaciones un montón de trivialidades no se convierten en ciencia. Vamos a discutir sobre esto otra vez más tarde, vea sensatez de la modelación matemática. El anhelo de pasar por una "ciencia exacta" es más desesperado que la nostalgia de la sirenita por el príncipe.

Este anhelo es irrealizable en la vida real porque las ciencias naturales y las ingenierías pueden trabajar en condiciones controladas osea pueden excluir arbitrariamente todos los parámetros cuyo eventual influjo quieran excluir, vamos a ver esto en el paradigma de Léon Walras y otros economistas. No importa cuantos esfuerzos hagan para satisfacer los criterios de Popper el juego no funcionará, volvemos a hablar sobre este asunto más adelante. Pero incluso en el caso de que sea posible convertir la economía en una ciencia natural, o sea si fuese posible identificar con exactitud relaciones de causa <=> resultado de manera precisa, no serviría de gran cosa porque igualmente se tendría que convencer al público de la certeza de estas afirmaciones ya que en una democracia la credibilidad de una medida política depende del consentimiento de la mayoría. Es una afirmación bastante acertada de Marios Vargas Llosa que un problema de América Latina es el hecho de que se quisieron introducir algunas ideas por la fuerza. El problema de Mario Vargas Llosa es creer que esto es algo típico de América Latina. No es nada típico. Es así en todo el mundo. Otro error de Mario Vargas Llosa, del cual no se da cuenta porque no conoce lo suficientemente bien la situación en Alemania es aceptar un premio de organizaciones neoliberales fuertemente conectadas con Hayek, vea Mario Vargas Llosa laureado por la Friedrich Naumann Stiftung. Para Hayek una dictadura como la dictadura de Pinochet es aceptable si impone por la fuerza la libertad económica. Mario Vargas Llosa entiende la democracia como un experimento que permite eliminar ideas falsas, vamos a rediscutir sobre esto al hablar del racionalismo crítico.

Para resumir: Este manual se dirige tanto a los estudiantes de economía como al público y el autor diría que contiene todo lo esencial de la economía e incluso un poco más de lo esencial. Esencial es solamente Adam Smith, Alfred Marshall, John Maynard Keynes en cuanto se refiere a la economía propiamente dicha. Léon Walras, Vilfredo Pareto (estos dos están en cualquier libro de texto sobre economía) y Carl Menger son tan útiles como un estercolero en la sala de estar. La única razón por la cual las hemos incluido es el hecho de que están presentes es todos los libros de textos. Es crucial además entender que la economía clásica y la economía neoclásica simplemente no existen. Adam Smith no tiene nada que ver con David Ricardo y Alfred Marshall no tiene nada que ver con un chiflado como Vilfredo Pareto. Los otros, Milton Friedman, Friedrich Hayek y los autores de la tendencia ordoliberalista, una especialidad alemana, no son otra cosa que anotaciones a Adam Smith y Alfred Marshall. Por lo tanto.A los que tiene poco tiempo les basta Adam Smith, Alfred Marshall y, evidentemente, John Maynard Keynes. El marxismo dicho sea de paso, es un hijo de David Ricardo y hereda de esta tendencia de economía clásica todos sus errores. El que ve en Keynes tendencias socialistas, no ha comprendido bien a Keynes, a David Ricardo ni a Marx. Lo que Keynes niega es la posibilidad de ahorrar EX-ANTE. Ahorrar para Keynes ES EL RESULTADO de la INVERSIÓN, pero no la condición para poder invertir. Para Marx alguien tiene que haber acumulado capital para que se pudiese invertir después. Es exactamente el contrario y además una chorrada. Un individuo puede ahorrar ex-ante, pero la economía en su conjunto solo puede ahorrar EX-POST. Vamos a hablar de esto muy a menudo a lo largo de este manual.

Se debe imperativamente reducir el estudio de lo económico en sentido estricto a dos años y es absolutamente necesario que en los dos años que se ahorran los estudiantes se especialicen en las cosas que les gusten, en las que se creen fuertes, que corresponden a sus intereses y a sus circunstancias personales.

Hemos introducido en este manual por diversas razones dos filósofos alemanes que supuestamente no son conocido por nadie en América Latina, Theodor W. Adorno y Ernst Bloch. Las razones para ello son varias. El primero lo hemos introducido por el hecho de que describe un peligro que se corre cuando el mercado libre deja de ser un instrumento y se convierte en una ideología. El segundo lo hemos introducido porque la gente suele creer que hay cosas estables. Cree que un grupo étnico / un pueblo es así o así y tiene determinadas características, cree que el comportamiento humano es previsible y estable, cree que hay determinados limites y restricciones que no se pueden superar, a pesar de que lo único estable en la historia de la humanidad es la creencia en estabilidades. Los economistas alemanes no aportaron nada realmente nuevo a la teoría económica, aunque alguna gente establece una relación entre el ordoliberalismo y la economía social de mercado, algo que se considera típicamente alemán, a pesar de que ni el ordoliberalismo ni la economía social de mercado contienen una idea nueva. El ordoliberalismo pone un especial enfoque en el deber del estado por mantener la libre competencia más que una mera política de "laissez faire" que a largo plazo aboliría. En economía social de libre mercado es el mercado quien decide qué se produce y cómo lo produce pero el resultado de este proceso, que puede llegar a desigualdades enormes, se corrige después con transferencias corrientes. Ambas ideas no tienen nada nuevo, a pesar de que muchos alemanes lo creen, algo típico alemán. Son lineas directrices en todas las economías occidentales, si dejamos al lado extremos como Cuba.

Qué se critica el sistema económico desde un punta de vista sociológico o filosófico tampoco es algo específico alemán, se podría igualmente nombrar a gente como Noam Chomsky o Neil Postmann, dos autores posiblemente más conocidos en América Latina y se habría podido igualmente mencionar a otros autores para discutir sobre un problema general de cualquier economía de mercado. El neoliberalismo, monetarismo y ordoliberalismo ponen mucho énfasis en la libertad personal, para no decir que hablan de la libertad de manera enfática, una obra importante de Milton Friedman se llama Capitalism and Freedom, pero nunca definen realmente, aparte del contexto económico, lo que es. Es por ese fallo que hemos introducido un capítulo crítica filosófica. A largo plazo se pueden incluir a otros autores. Es significativo que el pensamiento económico sea mucho más homogéneo que el pensamiento sociológico o filosófico. En economía hay un estándar universalmente aceptado. La economía se presenta como algo tan universal e independiente de las circunstancias individuales como la física. Pero esta estandarización y el prestigio que de esta se deriva corresponden al hecho de que se excluyó todo lo que es problemático o depende de circunstancias individuales.

Se lee por todas partes que la economía es una cosa muy complicada y por ser muy complicada no ha llevado todavía a resultados concretos. El autor diría que economía es una de la ciencias más simples que hay, no se puede en absoluto en cuanto a complejidad se refiere compararla con biología molecular, informática, física etcétera. El problema de la economía no es la teoría, son los hechos y todo el chiste del libre mercado es la simplificación. Si el precio del pan fuese decidido por un ente estatal es de suponer que los resultados serían difíciles de comprender, difíciles de controlar y para saber como llegaron a este precio se tendrían que hacer un sinnúmero de llamadas telefónicas, previsto que alguien conteste, lo que no suele ser el caso, a centenares de personas en un cosa llamada "Ministerio de Aprovisionamiento de Alimentos Básicos" y nadie sería capaz de responder. Para abreviar: La teoría neoclásica ha expedido el problema fundamental de la economía: La falta de informaciones y la inseguridad. Por falta de informaciones y debido a la inseguridad la economía nunca se desarrolla como se había previsto suponiendo total información y total racionalidad. Se tiende entonces a hacer teorías cada vez más complejas que explican por qué la teoría anterior ha dado resultados tan malos. Pero la próxima teoría va suponer otro tipo de comportamiento que se basará nuevamente en la idea de que la gente esté perfectamente informada y dará tan malos resultados como la teoría anterior. Para dar un ejemplo: Un banco español puede dar un crédito a una persona que quiere construirse una casa, no es algo muy complejo y la casa se puede vender cuanto alguien no amortiza el crédito, por esto los bancos financian con mucho gusto casas. Invertir en una empresa es más complicado, faltan informaciones, es inseguro y por si fuera poco si el proyecto fracasa no se puede vender nada. Lo que necesitamos por lo tanto es una teoría de la inseguridad y esta es la teoría keynesiana.

No tenemos por lo tanto ningún interés en presentar a la economía como algo incomprensible con caracteres kafkainos y metafísicos. La teoría es super simple y bastan dos años para aprender todo lo que merece ser aprendido.

En las campañas publicitarias de las facultades de economía ideadas para atraer a estudiantes se suelen describir el futuro de los egresados de economía en colores dorados. En estas campañas los egresados de economía trabajan en organizaciones nacionales e internacionales, ministerios, etc. etc. Cuentan historias similares a la de esta niña en este vídeo ¿Por qué estudiar Economía? y se encuentran miles de vídeos de este tipo sin problemas.

En este tipo de discurso hay dos problemas. Uno no tan grave y otro muy grave. El problema no tan grave es que trabajos de este tipo como ella los describe hay pocos y la mayoría de estos puestos son superfluos. El segundo problema es más grave. Discursos de este tipo revelan una concepción del mundo un poco rara o sea la idea de que hay un par de organizaciones internacionales o nacionales que cambian un par de parámetros y el autómata económica arranca nuevamente. El problema es que justamente estas organizaciones, sobre todos los recaudadores de fondos que operan a nivel internacional son parte del problema, no parte de la solución del problema y las sociedades que tienen mucha confianza en organizaciones internacionales tienen poca confianza en si mismos. No decimos que las organizaciones internacionales no pueden ser útiles, pero se debería saber lo que hacen y si saben realmente lo que hacen. El deber del economista no es trabajar en este tipo de organizaciones, sino hacer transparentes su decisiones, controlarlas, obligarlas a publicar los datos sobre los cuales se basan su decisiones.

Los economistas suelen poner un especial hincapié en la "complejidad" de la economía. Si la economía es complicada, entonces hay que simplificarla. Un aparato que nadie entiende no sirve para nada. Muy a menudo se puede simplificar la economía si se deja simplemente de intervenir. No hace falta que se comprenda lo que es un mortage backed security si se deja caer en quiebra los bancos que compraron estos "productos". Tampoco interesa a nadie si el panadero se compra un horno tres veces más grande de lo que necesita y va por esto a la quiebra.

La impresión de que los procesos son inextrañables conlleva una impresión de impotencia y esta impresión lleva a la pasividad y a ocuparse de cosas completamente inútiles. Si Diana no ama al príncipe Charles de Inglaterra es comprensible porque este tío es aburridísimo. Pero habiendo dicho esto no hay más que hay que decir sobre el asunto. La impresión de impotencia es el veneno de la sociedad y algo que no necesitamos en absoluto.

Tampoco vamos a hablar en miles páginas sobre mercancías escasas y mercancías libres y cosas de este tipo. El que no entienda que la arena no tiene un gran valor en el desierto, que se vaya de vacaciones a Marruecos. Si entonces todavía no lo entiende, no lo va a entender nunca y tampoco hace falta que se lo expliquen.

Por último. El autor de estas líneas es empresario y por lo tanto sujeto a la economía de mercado, algo que le distingue de esta manada de economistas académicos que conocen el libre mercado más que como objeto de estudio ganándose ellos su dinero en un economía planificada. Para la corporación de los economistas algunas nociones, como por ejemplo el principio económico, son solo abstracciones sin ningún significado concreto, pero para nosotros sí que son cosas muy concretas y vinculantes.


Este principio significa que se realiza un fin determinado con recursos mínimos (por ejemplo emborracharse de la manera más barata) sea que se maximiza un fin determinado con recursos limitados (ejemplo: ir lo más lejos posible con una cantidad de gasolina limitada).

La realidad obviamente es más compleja. La gente que gana los centavos de los cuales vivimos todos, tiene muy poco tiempo y además están cansados y esta restricción hace que tengan que enterarse de lo más importante que ofrece un partido politico de una forma breve, osea evaluar cuán inteligentes son los productos ofrecidos por los distintos partidos políticos sin muchos rodeos. Esto tiene consecuencias para el diseño de este manual.

Tenemos por lo tanto una idea muy clara de lo que queremos hacer respetando el principio económico.

El ideal de la corporación de los economistas, a pesar de que enseñan lo contrario todos los días, es el principio antieconómico que no se encuentra en ningún libro de texto pero es igual de realista y vital que el principio económico.

La corporación de los economistas quiere alcanzar un fin mínimo o un fin determinado con el máximo de recursos y esto se logra respectivamente metiendo recursos enormes en problemas inexistentes que al final quedan sin ser resueltos o escribiendo textos tan embrollados que se necesitan varias horas para cada frase que de hecho solo describe una trivialidad.


Aparte des estos dos principios, el principio económico y el principio antieconómico existe un tercer principio, más comprensible. En este caso no hay ningún fin y ninguna meta por lo cual la cuestión de los recursos es superflua. Si se realiza un fin inexistente con un máximo o un mínimo de recursos da perfectamente igual. Este es el principio normal de la corporación de los economistas y un caso muy típico en todo tipo de burocracias. Este principio es la maximización de los recursos independientemente de cualquier fin. La corporación de los economistas por ejemplo muy a menudo están en favor de las tasas académicas, sobre todo si el estado tiene problemas para invertir más dinero. Un bonito ejemplo es este vídeo, Se aprueba la oferta de titulaciones.

Repetimos: El hecho de que mostremos aquí un vídeo que describe la situación en un país hispanohablante se debe al simple hecho de que esta es la versión española de este manual. En la versión alemana hay vídeos del mundo germano parlante. Los problemas son los mismos en todos países al igual que los rasgos generales de la discusión sobre estos problemas. En los foros muy a menudo se leen frases tipo "Aquí en España la situación es así...", "El problema del Perú es....", "Nosotros los chilenos no estamos acostumbrados a..." etc. etc.. Estas son chorradas. Basta leer un par de periódicos ingleses, españoles, franceses, alemanes por un cierto tiempo para darse cuenta que la estructura de las discusiones es la misma en todas partes. Para ser más concreto: "Los alemanes" tampoco están en favor de los aranceles impuestos sobre el café, el cacao y los plátanos, porque no solo los paga el productor en el respectivo país, en parte los paga el consumidor alemán y esto evidentemente no les hace ninguna gracia. Es un fenómeno curioso que sentimientos nacionales, que no tienen nada que ver con la realidad que les corresponde, sean más reales que fenómenos concretos. Para abreviar: Se hubieran podido dejar los ejemplos sacados del mundo germano hablante, pero esto no habría simplificado la lectura. No se niega que haya diferencias en la productividad, crecimiento, nivel de vida etc.. Pero esto no tiene nada que ver con determinadas características de un pueblo determinado. Esto tiene que ver con diferencias en la organización algo bastante obvio, si miramos el progreso de países como el Brasil. Es difícil de imaginarse que haya habido una mutación genética general que podría explicar este progreso.

Este señor, el del vídeo, de cualquier forma habla mucho de las tasas académicas lo que le parece, dado el presupuesto reducido, la única solución posible. El autor diría que se puede reducir drásticamente los costes al tiempo que se pueden formar dos veces más estudiantes con la mitad de los gastos y de mejor calidad utilizando los nuevos medios de comunicación como instrumento didáctico. Habiendo el autor dado clases Online asincrónicamente a estudiantes, de informática en este caso, sabe que este método es muy eficaz y más interactivo que cualquier clase presencial. Libros de textos, que en algunas ramas como medicina cuestan una fortuna, son completamente superfluos. Si algunas universidades a nivel internacional se juntasen a producir este material otra vez en formato digital, el problema sería resuelto. El problema lo vemos al mirar este vídeo: ¿Es oportuno subir las tasas universitarias? De los 40 minutos los primeros 20 minutos hablan solo de dinero estableciendo una relación estrecha entre la cantidad de dinero invertido y la calidad. En muchas carreras esta relación no existe. Para el aprendizaje la relación estudiante / profesor no es crucial. Crucial es la cantidad de accesos didácticos, diferentes maneras de explicar una cosa, disponibilidad del material didáctico, posibilidad de poner en práctica lo aprendido etc. etc.. Es fácil imaginarse que en todos estos aspectos la red es más eficaz que cualquier método tradicional. El argumento central para la introducción de tasas académicas es la rentabilidad de este estudio. En este caso más eficaz que cifras abstractas que no permiten ninguna selección de una terminada universidad serían datos concretos relacionados con cada facultad. Cuántos egresados de una facultad determinada han encontrado un trabajo un año después de haber terminado la carrera. Si estamos a favor de la libre competencia tenemos que aceptar también que haya concurrencia entre las distintas facultades de distintas universidades y esto supone que se pueda comparar el rendimiento. Esta competencia puede existir igualmente entre universidades financiadas por fuentes públicas. El argumento de que las universidades privadas son más eficaces porque los estudiantes pagan y hacen por lo tanto más esfuerzos ve el problema en los estudiantes y no cabe duda que haya diferencia entre los estudiantes pero igualmente puede haber diferencias en el rendimiento de los profesores. Para evitar que un bajo rendimiento de una universidad pública sea debido a la calidad de sus estudiantes se les puede dar el derecho de elegir sus estudiantes. En este caso habría un control tanto del rendimiento de los estudiantes como el de los profesores. Las universidades con un bajo rendimiento pueden cambiar de profesores o de estudiantes y no está nada seguro cual de las dos medidas tendría mayor efecto. Los costes por sí no son el problema principal del asunto sino el rendimiento expresado en puestos de trabajo. Si un académico paga solamente 50 euros de impuestos al mes más que una persona sin titulo académico serán en treinta años 1800 euros. Es un buen negocio para el estado. Si no encuentra un trabajo que corresponde a su cualificación entonces ni un financiamiento privado ni uno público es rentable. Puede expresarse de otra manera: Las tasas académicas son una medida para responsabilizar al estudiante de una cosa de la cual no es responsable. Él estudiante no controla la eficacia del sistema universitario. La discusión sería un poco distinta si el sistema universitario fuese realmente estructurado como un libre mercado o sea distintos precios para productos de calidad distinta claramente documentada. En este caso los estudiantes podrían realmente elegir y aparte de esto los recursos podrían ser invertidos en la facultades más rentables. Siempre que el mercado lo quiera, obviamente. Una tasa académica igual en todas las universidades no tiene ninguna función signativa de los recursos, no sanciona a las facultades con pésimo rendimiento ni impulsa a las buenas.

En el vídeo vemos en su máximo esplendor todas las ideas erróneas que la gente en general suele tener. Cuando hablan de la baja calidad de la educación en España y de la necesidad de mejorarla revelan dos conceptos erróneos en una misma frase. El primer problema es el creer que el fracaso fracaso escolar es algo típicamente español. De hecho es un problema del cual se discute en todos los países. El segundo problema es el nivel de abstracción o sea la falta de substancia. Cuando hablamos de evitar el fracaso escolar hablamos de conceptos didácticos y cuando hablamos de conceptos didácticos hay que mirar la cosa muy, pero muy de cerca. En el campo de las lenguas, es una de las ocupaciones del autor de estas líneas, por ejemplo hay que encontrar un método para sostener todos los estilos de aprendizaje y encima, en este caso los distintos pueblos tienen características individuales, la facilidad / dificultad que uno tiene en aprender una lengua determinada depende de la lengua materna. No hace falta por ejemplo explicar a un hispanohablante lo que es el conjuntivo italiano porque el conjuntivo italiano es simplemente la misma cosa que el subjuntivo español. Pero este modo es algo extraterrestre para un alemán y hay que explicarlo, para dar un ejemplo simple. El error común en toda la tierra es la enseñanza de la gramática de la lengua materna sin compararla con otro lengua. No tiene mucho sentido explicar a un niño hispanohablante que el indefinido se usa para acciones acabadas en un pasado acabado porque ni siquiera se le ocurre que esto pudiese ser de otra manera. La verdad cruda y dura es que ni siquiera los hermanos del español, el francés y el italiano conservaron este tiempo y en otras lenguas no ha existido nunca. Para un determinado grupo del alumnado sería útil enseñar la gramática con una gramática universal. Pero el autor no tiene ninguna intención de entrar en los detalles. Quiere decir solamente que discusiones abstractas con nociones abstractas no sirven para nada. Explicar la teoría keynesiana universalmente con el modelo IS-LM, aparte del hecho de que este modelo es una falsificación de la ideas keynesianas, tampoco es una idea tan genial.

Para concluir y resumir: Cualquier sistema que no esté controlado por criterios duros va a la deriva. Si el lector no lo cree puede llamar a una pequeña empresa privada y preguntar algo. Después llama a una administración pública y pregunta algo similar. Notará una diferencia. La educación pública no se distingue en esto de cualquier otra administración. Pero, y en esto consiste el error de Milton Friedman y de los neoliberales en general, no hace falta privatizar este sector para implementar mecanismos que ejercen un control tan fuerte como el que conocemos del libre mercado.

Otro ejemplo: El autor nunca ha estado ni en Valparaíso ni en Santiago de Chile. Pero por la experiencia que tiene habiendo dado clases de controlling a los funcionarios públicos en Berlín está seguro de que ni la administración pública en Valparaíso ni la administración pública en Santiago son eficaces. ¿Cómo resolver este problema? La solución que se implementó en Berlín es ésta: Berlín se compone de 12 distritos. Si se implementa ahora una cuenta de gastos que representan los gastos de los distintos productos de la administración pública, por ejemplo darse de alta o darse de baja, se pueden comparar los gastos de un distrito con los gastos que ese mismo producto genera en otro distrito y si hay una diferencia grande hay algo que no va. Si darse de baja en Valparaíso cuesta 2 dólares y en Santiago 1,50 dólares entonces hay algo que no va. Osea: Muy al contrario de lo que cree el neoliberalismo no se trata siempre de elegir entre si una cosa es ofrecida por el estado o por una empresa privada. Hay varios métodos para controlar la actividad estatal con el mismo rigor que se conoce de una economía de libre mercado.

La actividad estatal es fácil de controlar si los productos que produce están claramente definidos. El problema con la enseñanza pública es el hecho de que las metas, por lo menos en algunas carreras, no están tan claramente definidas. Lo que tiene que saber un médico al final de la carrera está bastante claro y hay un estándar internacional unánimemente aceptado. Hay un "feedback" de un mercado muy concreto. El caso de los economistas es distinto. No hay criterios claros de lo que tiene que saber y poder y lo que vemos, discusiones que no llevan a ninguna parte sobre problemas inexistentes, es el resultado de este problema general. Si nadie obliga a los economistas de dejarlo, reflexionarán 200 años más sobre, por ejemplo, el optimo de Pareto. La única forma de corregir este comportamiento es la transparencia.Los catedráticos están interesados en enseñar las mismas tonterías toda la vida porque es lo que han aprendido ellos mismos y dedicarse a otra cosa significaría un esfuerzo que hacer. Pero los estudiantes no están interesados en seguir este camino porque ellos al final de sus estudios quieren encontrar un trabajo. Es además de suponer que a partir del momento en que hayan tasas académicas más altas los estudiantes pretenderán un mejor producto. Esto sería uno de los pocos efectos positivos de una tasa académica. Si es gratis el equilibrio walrasiano es solamente una chorrada y una pérdida de tiempo. Pero si cuesta incluso dinero, la situación es más grave.

La mayoría de los economistas que argumentan a favor de tasas académicas lo hacen desde un punto de vista neo-liberal argumentando que la enseñanza es un producto para el cual hay que pagar como se paga para cualquier otro producto. Esto por sí solo no es mala idea, pero hay una diferencia crucial entre la enseñanza y otras inversiones. Si alguien invierte en una empresa lo hace porque según los datos que tiene a su disposición la inversión es rentable. Pero en cuanto se refiere al producto licenciatura en economía hay muy pocos datos a pesar de que los primordiales serían fáciles de obtener. El catedrático neoliberal nunca invertiría dinero en algo si no es capaz de evaluar la rentabilidad. Pero quiere que sus estudiantes compren su producto sin saber realmente lo que es. Si el catedrático neoliberal quiere ser un empresario tiene que comportarse como tal. Las discusión sobre las tasas académicas serían de un momento a otro mucha más relajada si los catedráticos neoliberales pudiesen dar cifras concretas en cuanto se refiere a la rentabilidad de su producto. No de manera abstracta, sino muy concreta y facultad por facultad. Si alguien vende una casa a otro disimulando los graves defectos que tiene lo que la convierte en una inversión no rentable es un engaño es un crimen. De otra parte nadie tendría un problema en invertir 200 000 euros en apartamento si este apartamento le aporta en los próximos 15 años ingresos de 250 000 euros. El problema con el neoliberalismo, un fenómeno más bien académico, es que solo acepta la parte de una economía de libre mercado que le gusta y la que no le gusta tanto, la omite.

Si el estado ofrece algo siempre estamos entre Escila y Caribdis. De una parte hay problemas que el estado, o el conjunto de la sociedad, puede resolver mejor que un ente privado. La sociedad entera es más capaz de cubrir los riesgos de la enseñanza pública que una entidad privada y un sistema educativo organizado por la sociedad es también más representativo para la sociedad. De otra forma es difícil de controlar sistemas de este tipo.

Otro ejemplo: Fuera de la enseñanza pública e instituciones subvencionadas hay poco trabajo para filólogos, músicos especializados en música clásica, pintores etc. etc. a pesar de que en la sociedad hay una demanda por sus productos, aunque de la forma en la que ellos los ofrecen y no por los canales por los cuales los ofrecen. Nadie se interesó por la ópera de Carmen hasta que Sauro hizo la película.

El desarrollo de la informática y del Internet ofrecen nuevas posibilidades de alcanzar al público, previsto que este sea capaz de aprovecharlas. Hoy por ejemplo se puede grabar música profesionalmente a costes relativamente bajos. Previsto que se sepa manejar el software como Cubase por ejemplo. Facilitaría la vida a los estudiantes de música si supiesen grabar de manera profesional su música y sería por lo tanto útil incluir esto en el plan universitario. Los filólogos pueden igualmente escribir la milésima tesis sobre la noción de honor en el teatro del siglo de oro español pero tanto Lope de Vega como Calderón de la Barca están muertos y sepultados. Lo que podría funcionar es producir audio libros con comentarios críticos, con ilustraciones etcétera.. Producir productos de este tipo supone la cooperación de varias facultades. Es una posibilidad, entre muchas, de interesar el público por lo que hacen, sea este el alumnado o el público y fuera de instituciones estatales habrá pocos puestos de trabajo para gente que nunca miran ni a la derecha ni a la izquierda. El sistema educativo basado en notas son, dicho sea de paso, también un problema. Un profesor de literatura no tiene que "vender" su producto al público y tampoco tiene que interesar o fascinar a su público. Tiene la posibilidad de obligar su público a prestarle atención y esto explica en parte el bajo nivel de la didáctica en las escuelas. Si en Italia enseñan por tres años la Divina Commedia es de suponer que el ministerio de educación en Italia no tiene ideas muy claras sobre la función de la literatura en la sociedad. Con el Quijote también se puede experimentar un poco. La infos24 GmbH ha producido una versión con fines didácticos, veaDon Quijote.


Es de suponer que una persona que tiene experiencia profesional en este sector, porque ha organizado conciertos, porque ha trabajado en una editorial, porque ha organizados festivales etc. es más creativo y más capaz de iniciar procesos creativos que un pobre catedrático idiota de literatura que no ha trabajado nunca y que se dedicado toda su vida a escribir libros que nadie lee y que a nadie le interesan.

La diferencia entre una empresa que opera en una economía de libre mercado y una universidad es el hecho que la primera tiene que cambiar si el mundo cambia, la segunda no. Es una ilusión creer que había un progreso en el pensamiento económico de los últimos 70 años. El último gran progreso fue en 1936 con la publicación de la Teoría General del empleo, interés y dinero de Keynes. En cuanto se refiere a la microeconomía que se enseña hoy en día en las universidades en todo el mundo no es nada más que una simplificación de la obra de Alfred Marshall, Principles of economics y lo que enseña en macroeconomía es una versión simplificada de Keynes. Solo en el caso de que una carrera esta sometida al control del mercado porque el mercado da señales claras de lo que necesita se modifica y se adaptan las carreras a nuevas exigencias. Si este no es el caso , como en economía, van irremediablemente a la deriva.Cualquier cambio debería ser el resultado de iniciativas personales y sistemas cuya única esperanza es la integridad personal de los actores.

Las universidades mismas tampoco son capaces de resolver este problema ellas mismas. Los catedráticos siempre elegirán como sucesores a otros catedráticos que apoyan su punta de vista, pero nunca a alguien que busca nuevos caminos poniendo en duda de esta manera los contenidos que representan ellos.

En caso de crisis tampoco van a reflexionar sobre contenidos, como demuestra el vídeo arriba. Van a reflexionar sobre una manera distinta de financiar el estatus quo, pero no tienen ningún interés en cambiarlo.

Desde un punto de vista neoliberal una tasa académica homogénea, la misma para todas las facultades, tiene otro problema. Si se concibe la tasa académica como un precio a pagar por un producto, un título académico, entonces también tendría que tener la función de un precio, o sea guiar la producción. Es, desde este punto de vista, la tasa académica la que debería decidir qué se produce, cómo y a qué precio se produce y para quién se produce, pero un cierto efecto solo se tiene para la última de estas cuestiones. Una tasa homogénea a pagar independientemente del rendimiento y para un producto cuya calidad no se pueda evaluar no tiene ningún efecto sobre la asignación de los recursos porque el pago del personal universitario no depende de su rendimiento. Puede tener una influencia sobre la aplicación de los estudiantes, pero será mínima según las experiencias del autor que ha dado clases en cursos pagados privadamente y cursos financiados con fondos públicos. Es sin embargo de suma importancia que los contenidos coincidan con las expectativas, gustos y habilidades personales y que permitan forjarse un futuro.

Para resumir: Hay cosas que solo el estado o sea la sociedad en su conjunto puede ofrecer. La jurisdicción es otro sector de este tipo. Hay otras cosas que se podría ofrecer también en plan privado, pero las ventajas son dudosas. En ambos casos se debe aceptar que no puede haber un control tan estricto como lo presenta una economía de libre mercado y que un control sistémico no es posible. En estos sectores vemos por lo tanto todos los problemas de una economía planificada. Pero esto no significa en absoluto que no hay ninguna posibilidad de controlar estos sectores y de que la única alternativa es la privatización como lo predica el neoliberalismo. Si la administración pública produce un producto concreto, como por ejemplo pasaportes, multas, matrículas de coches etc. se pueden comparar los gastos de una administración con los gastos en la otra. En este caso se trata de un mero problema de controlling o sea hay que adaptar los instrumentos de controlling de la economía privada a las necesidades de la administración pública lo que en general no es tan difícil a pesar de que los empleados de la administración pública se resisten, por motivos obvios, a la implementación de instrumentos de este tipo.

La cosa es mucho más complicada, y a este nivel estamos en lo que concierne la enseñanza, cuando el producto no está claramente definido. Cuando el producto es por lo menos más o menos definido porque hay un control debido a las exigencias concretas del mercado, ingeniería, química, informática etc. el sistema funciona más o menos y se adapta a las exigencias del tiempo. Cuando solo está vagamente definido, lo que es el caso en economía, sociología, ciencias políticas, humanidades los sistemas tienden a ir a la deriva. En este caso depende de la integridad moral, de la creatividad, de la presencia de visiones, de la reflexión integrada en un contexto social determinado etc.. Estos procesos no se puede promocionar de manera sistémica. Y esto es un problema. Sistemas que dependen únicamente de la integridad moral de los actores son el horror de cualquier economista. Una facultad de economía en Colombia podría por ejemplo organizar una cooperación con una facultad de economía en Alemania en la que los estudiantes hacen una investigación sobre la comercialización del café. Los estudiantes en Colombia podrían ocuparse de la parte colombiana del asunto y los estudiantes alemanes de la parte alemana. Esto sería un buen ejercicio, a nivel internacional, que permite aprender mucho sobre una investigación de mercado. Para dar un ejemplo y no es muy difícil encontrar miles de otros. Pero proyectos de este tipo suponen una creatividad que la mayoría de los cadáveres que dan vueltas en los pasillos de las distintas facultades de economía de la tierra no tienen. Prefieren recontar las mismas chorradas en sus cursillos hasta que un día en paz descansen porque no teniendo ninguna experiencia profesional es lo único que saben hacer.

Este tipo de problemas no tiene una solución clara y sistémica, pero es un problema con el cual nos vemos confrontados muy a menudo. El estado puede subvencionar teatros, óperas etc.. La ciudad de Berlín los subvenciona por ejemplo con 180 millones de euros cada año, o sea 500 mil euros al día. Pero esto no significa que Berlín tiene una vida cultural estimulante, presente en todas partes, emocionante, centro de un debate apasionado. Si se invirtiese este dinero en organizar espectáculos en la calle, realizados por personas que arden por lo que hacen, entonces 500 mil euros tendrían sin duda alguna un impacto enorme sobre la vida cultural berlinés.

Una economía de libre mercado promociona en una cierta manera la creatividad, la reestructuración de procesos, cambios en la distribución de productos, la creación de nuevos productos y el abandono de cosas que ya no funcionan porque gratifica el éxito y castiga el fallo. En el caso de las universidades, si dejamos al lado los casos mencionados antes, no hay ni gratificación ni castigo. No se gratifica innovaciones y por lo tanto tampoco las hay, pero tampoco se castiga la inercia y por lo tanto los catedráticos no se ven obligados a cambiar los planes de estudio. El empresario en una economía de mercado está obligado a adaptarse. Un catedrático no.

Sin embargo hay un par de posibilidades para mejorar la situación. Lo primero, esto funciona siempre, es la transparencia y el debate público. El debate público puede obligar a las administraciones a publicar datos concretos, el presupuesto de las universidades y en qué gastan el dinero, datos concretos sobre el éxito profesional de sus egresados, publicación de los criterios relevantes en la selección de los catedráticos etc.. El público puede exigir que todos los libros relevantes sean ofrecidos de manera digital y gratis y puede exigir que el contenido de una carrera sea publicado enteramente también en la red.

Las iniciativas que hay en Alemania para evaluar públicamente a catedráticos a través de la red no es una mala idea, pero se puede mejorar ampliando la gama de criterios. Criterios tipo "sus exámenes son difíciles", "es simpático", "sus clases son buenas" etc., no ayudan mucho. Se deberían tener criterios como "innovador", "creativo", "organiza proyectos prácticos", "documenta sus clases en la red" etc..

A nivel universitario deben haber proyectos concretos porque ninguna sociedad tiene problemas de paro si hay un número suficiente de empresarios. Este artículo da indudablemente al clavo, Las escuelas deberían impartir una asignatura de emprendimiento, pero el problema es más grave. El hecho de que economía no es una asignatura en los colegios, a no ser que sean colegios especializado o que se tenga un sistema como en Francia, es un problema no cabe duda. Pero no hay ni siquiera cursos para formar emprendedores en las universidades. Contabilidad es una cosa que se aprende, igual el tema de los impuestos, situación jurídica etcétera.. Pero son banalidades. Pero tener una idea y realizarla, desde cero, es otra cosa. Esto se aprende haciéndolo y la universidad podría ofrecer proyectos concretos. Esto sería más útil que entregar unos trabajos escritos al final del semestre.

La otra manera de ejercer presión es organizar "universidades" paralelas, lo que ya se hizo en informática. Sobre cualquier tema de la informática hay más información en la red, a todos los niveles, explicado en distintos modos didácticos que puede ofrecer cualquier universidad. A partir del momento en que las universidades tengan que competir con estructuras informales pero muy eficaces tendrán que justificarse y se verán obligados a reflexionar sobre lo que hacen.

El análises de un sistema social se basa en datos del pasado. David Ricardo por ejemplo, para dar un ejemplo prominente, daba por sentado que la población siempre crece si las condiciones de vida lo permiten. Desgraciadamente esta suposición resulto completamente errónea. Vemos hoy que las poblaciónes decrecen en países con un nivel de vida alto. Las relaciones supuestamente estables pueden revelarse muy inestables a lo largo de la historia. Avances tecnológicos o cambios sociales / políticos no se pueden pronosticar y como estos cambios tienen un impacto sobre la economía, tampoco es posible de hacer un pronóstico. Nadie era capaz de prever un avance tecnológico como el Internet y mucho menos pronosticar el impacto que tuvo y tiene esta tecnología sobre la economía. Nadie es capaz de decir hoy si en diez años no habrá un Comunidad Sudamericana comparable con la Comunidad Europea y mucho menos el impacto sobre la economía que tendrá.

Para formularlo de manera más abstracta y más filosófica. En su obra "La sociedad abierta y sus enemigos" Karl Popper interpreta el intento de realizar un estado ideal como un atentado contra la democracia. La argumentación es simple. El que conoce ya el estado ideal, no ve ninguna necesidad de someter sus ideas a un voto democrático. Ilustra esta su tésis con el efecto fatal que tenía, en su opinión, la filosofía de Platón, Hegel y Marx. El problema es que para idear un estado ideal, deberíamos saber todo los cambios que habrá en el futuro. Esto evidentemente nunca es el caso y por lo tanto la única manera de alcanzar este estado ideal es a través de 'trial and error', a través de un proceso decisorio democrático. Algo que se comprendió en Europa después de la segunda guerra mundial y en Sudamérica en los sangrientos años setenta y ochenta.

Diría el autor que cualquier análises sistémico corre el mismo riesgo, porque supone que relaciones estables en el pasado lo son también en el futuro. Este tipo de análises muy a menudo resulta errónea. Por mucho tiempo se ha dado por ejemplo por un hecho que un aumento del dinero lleva a una inflación. Esto no es el caso desde hace 40 años, al menos en países industrializados.

El problema general, que se ve en muchos sectores, es este: Procesos creativos, algo nuevo, los desconocidos no pueden ni ser producidos ni ser controlados de manera sistémica. Pueden ocurrir en miles de sitios de miles de maneras distintas e incluso pueden pasar desapercibidos por el público a pesar de que tienen un gran impacto. En este sentido hay un grano de verdad en el neoliberalismo y la prueba son las facultades de economía, casi siempre dominadas en estos tiempos por catedráticos de tendencia neoclásica o neoliberal. Su ineficacia muestra que hay algo de verdad en sus teorías.

En lo que se refiere a economía hay por lo menos un debate público, lo que se debe al hecho de que el público, ingenuamente, tiene todavía algunas expectativas relacionadas a la economía. Espera que la economía explique las causas de una crisis económica y ofrezca soluciones, dos expectativas infundadas como vamos aprendiendo todos los días. Aparte de esto los estudiantes esperan encontrar un trabajo una vez terminada esta carrera, a pesar de que nadie tenía ideas muy concretas de lo que puede y quiere hacer una vez licenciado.

En humanidades el caso es todavía peor. Sobre humanidades ni siquiera hay un debate público, a no ser que algunos catedráticos se quejen, vea por ejemplo Las humanidades en la era 2.0. El caso de las humanidades es tan desesperado que la gente ni siquiera espera algo de ellas. Si se reflexiona un poco sobre el asunto es aun más complicado. En lo que se refiere a economía la gente tiene la impresión de que hay algo que no entienden y que debe haber una razón. No entienden por ejemplo las causas de la crisis del euro ni las intervenciones de los estados que conllevan y creen, aunque inconscientemente, que los economistas pueden echar un poco de luz sobre el asunto. En cuanto se refiere a humanidades también hay cantidad de preguntas, comenzando por el sentido de la vida, pasando por cuestiones éticas y morales, hasta cosas más sutiles como la definición de la belleza etcétera.. Pero nadie cree que las humanidades pudiesen aportar algo relevante, divertido o interesante a todas estas cuestiones. El caso de los catedráticos de humanidades es por otra parte curioso. Ellos atribuyen la irrelevancia de las humanidades, con consecuencias muy concretas de vez en cuando se reduce los recursos, a la indiferencia de la sociedad por los temas que son el sujeto de las humanidades.

No se les ocurre ni por un segundo que la sociedad no ha cambiado en absoluto y los temas por sí siguen siendo relevantes pero que ellos aburren la gente. La discusión sobre los temas de las humanidades son tan intensas como siempre e incluso más complejas porque hoy no hay instituciones centrales como la iglesia que da respuestas simples a preguntas complicadas, pero las humanidades académicas ya no participan en esta discusión. El único refugio y la única salida profesional son los colegios. Debido a la relación estrecha entre el mundo académico y las distintas administraciones de educación se logran conservar contenidos que al menos en cuanto se refiere al método para enseñarlos son obsoletos. Un fenómeno curioso también es el hecho que cada país tenga sus héroes nacionales lo que no se debe, se puede presumirlo, a un espíritu nacionalista sino más bien a la inercia de burocracias. Lo que para los alemanes es su Goethe, es Cervante para los españoles, Dante para los italianos y Shakespeare para los ingleses. Si se supone que son autores importantes, lo que nadie duda, sería más lógico considerar estos autores como un patrimonio internacional. Es difícil de ver un problema filosófico plantado por Don Quijote que no sea universal. Pueblos perdidos en la Mancha donde no queda otra cosa que hacer que leer libros hasta que el mundo de los libros parece mucho más interesante que la realidad existen por todas partes, para comenzar con algo muy simple.

Vamos a hablar de nuevo sobre el asunto al hablar de Adorno y aprenderemos que las sociedades se distinguen poco de un país a otro. El problema de base es el hecho de que enseñar literatura, u otras cosas cuyo fin y meta no están claramente definidos, requiere un alto nivel de creatividad, de una capacidad de interactuar con el público sea este quién sea, requiere autenticidad porque es difícil fascinar a alguien si uno mismo no está fascinado etc. etc.. Todo esto no se puede asegurar de manera sistémica, controlando determinados parámetros y por lo tanto la enseñanza pública no tiene casi ningún impacto sobre el debate público. Si se preguntara la gente si las clases de literatura en el colegio han cambiado su actitud hacia la literatura, filosofía etc. la respuesta sería casi unánimemente no.

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Anotaciones:

ES        DE

 

Posibilidades del aprendizaje Online

Un control por el mercado de las facultades
de economía no existe

Las metas y fines de la economía son vagamente definidos

Metas vagamente definidas son un arma

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