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1.2.2 La Política y la Economía

La relación entre la política y la economía es un poco curiosa. El autor no diría que todos los conflictos políticos son de hecho conflictos económicos, pero en cualquier debate político siempre hay aspectos económicos. Se podría por lo tanto creer que la política atribuye gran importancia a teorías económicas. Sin embargo esto no es el caso.

Esto se debe en parte a la manera como se tratan los factores que influyen en la economía sin formar parte del estudio económico mismo. Si estos factores, como por ejemplo el nivel de formación, son considerados en un estudio económico, están presentados como factores fijos. Volveremos a discutir sobre esto muy a menudo en los capítulos que siguen, porque cada autor, tiene su manera especial de tratar este problema, vea Joseph Schumpeter, sociología de Pareto, Léon Walras.

Si se esconden todos los parámetros como desarrollo tecnológico, organización y problemas logísticos cualquier problema es de tipo meramente económico, lo que obviamente es una tontería. Sin embargo este procedimiento garantiza a la economía su posición preponderante. Da la ilusión de que con pocos parámetros como el interés, la cantidad de dinero e impulsos fiscales se puede controlar la economía, porque los otros factores no juegan un papel muy importante en los modelos económicos y aparecen solamente como parámetros dados. Se puede ver la cosa al revés y algunos autores, sobre todo los sociólogos lo tratan de otra forma. Si la formación es por ejemplo el factor central del desarrollo económico, entonces la economía se convierte más bien en un problema psicológico, un problema didáctico. Excluyendo todos estos factores no económicos en sentido estrecho se reciben modelos teóricos de poco valor informativo y políticos que están condenados entonces a confiar más en su "instinto" que en los modelos económicos. ¿Quién puede estar seguro que una mejoría de la formación universitaria no es más importante que los tipos de interés?

Es bastante fácil de pintar sobre el papel un parámetro de desarrollo técnico, pero mucho más difícil y mucho más concreto es tratar de influirlo con medidas concretas. Los economistas tienden a excluir todo aquello de lo que no tienen ni idea.

La exclusión de todos estos parámetros permite sin duda alguna construir modelos matemáticos que a primera vista parecen de gran rigor científico y "leyes" universalmente vigentes, pero justamente su universalidad es el problema. "Leyes" universales vigentes en El Congo, en Taiwan, Bolivia y Francia no tienen ningún valor informativo. No nos interesa saber que el precio de equilibro es el resultado de la oferta y la demanda. Lo que nos interesa es la altura de este precio y en el caso de que sea demasiado alto, como se pueden bajar.

El crecimiento por otra parte es difícil de medir y bastante inútil, dado que es el resultado de muchos factores, cada uno bastante complejo, de esconder en un parámetro. Es bastante posible que una computadora costaba hace diez años mil dólares y que hoy todavía cuesta mil dólares. Pero esto no significa que no ha habido un crecimiento en este sector. Una computadora de hoy es diez veces más poderosa que una computadora de hace diez años. Muy a menudo el crecimiento no se mide en los precios.


Dejando de lado este tipo de problemas en un análisis que se limita a factores estrictamente económicos es de vez en cuando posible, pero entonces debería, si forma la base de una medida política, ser plausible. Muchos gobiernos por ejemplo quieren fomentar el ahorro privado con el fin de crear sistemas complementarios de pensiones. Esto significa que quieren que el ahorro sea independiente del tipo de interés. Esto no puede funcionar. Ni en la teoría clásica / neoclásica ni, por completamente otras razones, en la teoría keynesiana.

Era de esperar, y esto es lo que realmente pasó, que en recaudadores de fondos como los bancos y los seguros fluye tanto capital que nadie puede utilizarlo de manera sensata. Esto es parte de los problemas actuales. Lo que hemos visto es una huida en los empréstitos estatales con los resultados que se conocen.

Si el ahorro debe rendir ingresos los riesgos a tomar son cada vez más elevados si hay mucha liquidez en el mercado, porque es cada vez más difícil hacer inversiones lo suficientemente rentables para cubrir los tipos de interés. Esto no es ningún problema teórico, sino un problema muy concreto, como lo muestra la crisis actual.

Escribimos en el año 2012, hemos visto burbuja inmobiliarias, burbujas en la bolsa, un endeudamiento de los estados alucinante. Todo esto también era signo de que los recaudadores de fondos no encontraron un puerto seguro y, por lo menos, un poco rentable para sus fondos líquidos.

Dicho sea de paso: La teoría clásica / neoclásica se equivoca. El problema no era la abundancia de fondos líquidos. El problema era la falta de innovaciones. Dinero, sea impreso por los bancos o fruto del ahorro, no es ningún valor "acumulado". Es la pretensión sobre una parte de la potencia productiva. Vamos a hablar de este problema varias veces más adelante. Es un punto central de la teoría keynesiana. Pero de cualquier forma: En ningún caso el mero ahorro en el presente asegura un consumo en el futuro.

Si no tuviésemos el problema con el endeudamiento en Grecia, España, Portugal etc. , tendríamos otros problemas. Por ejemplo un fracaso previsible en el sistema de las pensiones. La idea de que cada uno vive en la vejez de lo que ahorrado antes no funciona a nivel macro-económico o más bien dicho solo funciona bajo circunstancias muy restrictivas. El problema es más grave todavía si el estado obliga la gente, como lo quiere hacer por ejemplo en Alemania, a establecer una previsión privada para la vejez de esta forma. Es algo que económicamente no puede funcionar.

El problema por sí mismo es un poco abstracto para el lector en otros lugares de la tierra que desconocen problemas de este tipo, sin embargo el problema es siempre el mismo. En una democracia que es no solo de nombre, siempre tienen que ser transparentes los hechos y la teoría detrás de una medida política. Si este no es el caso, no hay manera de tomar una decisión racional al momento de elegir un determinado partido político en las elecciones. No basta con que se pueda votar para que un estado sea democrático. Es indispensable también que se puede tomar una decisión racional.


Tocamos con esto un punto central de este manual de economía. La economía no sirve para nada si los hechos a evaluar y las reflexiones no son accesibles para todo el mundo y de manera gratuita.

Del otro lado tampoco sirve de nada si los hechos y las reflexiones sobre los que se basan las medidas legislativas no pueden ser evaluados por falta de conocimientos teóricos.

Y con esto hemos llegado al punto central, del que hablaremos más detenidamente en los capítulos que siguen. Economía y transparencia son hermanos de espíritu. Solo juntos pueden estar al servicio de la democracia.

De Popper y su modelo de la democracia vamos a hablar más adelante. Este modelo es correcto por cuanto describe el proceso democrático como un experimento cuyos resultados pueden confirmar o no una determinada tesis. Pero, y esto es algo que Popper subestima, para que esto funcione hace falta que se conozcan los hechos, reflexiones y teorías. Una sociedad que vuela ciegamente de una elección a la próxima no solo en el modelo teórico sino en la práctica puede sustituir un montón de escombros por otro y esto ad calendas graecas, hasta al infinito. Los procesos democráticos solo pueden funcionar si los hechos son accesibles y si la sociedad tiene la posibilidad de evaluar por adelantado las propuestas de los partidos y posteriormente los resultados que dieron las medidas tomadas. Si este no es el caso, se puede igualmente echar los dados.

El autor duda que los modelos económicos en los cuales los sujetos están presentes unicamente en variables altamente agregadas, porque ahorran, invierten o encuentran innovaciones tecnológicas tienen que ver algo con la realidad.

Esta manera sistemática de ver las cosas, de esto vamos a discutir muy a menudo, corresponde a una visión del mundo que cree superflua la comunicación directa con los plebeyos. Al economista típico le gusta mucho enseñar en la universidad, dar conferencias, escribir artículos. Le gusta explicar como funciona el mundo a los plebeyos o "aconsejar" a los políticos. Estos políticos deben entonces re-equilibrar algunos parámetros de la maquinita económica para hacerla re-arrancar. Los parámetros en cuestión son pocos. El tipo de interés, la cantidad de dinero, los sueldos, la demanda, la oferta etc..

Lo que les gusta a lo economistas es "aconsejar" a la política lo que pueden cambiar estos parámetros. Lo que no se le ocurre ni soñando a ninguna facultad de economía es documentar todas las teorías económicas en la red. Esto no se debe solamente a la incompetencia, sino corresponde también a su autoconciencia. Si se pueden corregir desarrollos defectuosos cambiando solamente un par de parámetros, entonces la comunicación con la sociedad en general es superflua. Vamos a ver a lo largo de este manual que esta manera sistemática que reduce la economía a un aparato no puede funcionar.

Aparte de esto pueden haber otras razones. No es atractivo desde un punto de vista financiero y además de esto es una documentación pública de las capacidades y de la voluntad de trabajar de una facultad. Es algo que mucha gente no quiere. Lo que es más, según ellos el Internet no es tampoco prestigioso ni propicio para la carrera como lo es publicar en una revista "científica".

Otra razón es el hecho de que los sumos sacerdotes de la sabiduría no han comprendido un par de cosas elementales. La economía como ciencia solo es útil si ayuda a la sociedad a mejorar y evaluar decisiones económicas y si los hechos e ideas sobre los cuales se basan estas decisiones son accesibles públicamente. En lo referente al primer problema, el trasfondo teórico, nos estamos ocupando de este problema en este momento. En cuanto se refiere al segundo problema, acceso público a los hechos e ideas es un problema que el Internet resuelve automáticamente. El mero hecho de que cualquier información una vez almacenada en la red se quedará ahí hasta el infinito y la facilidad con la que estas informaciones pueden ser encontradas es ya un gran paso hacia adelante.

La corporación de los economistas es también una buena muestra que muy a menudo el conocimiento no basta para tomar una decisión sensata. Uno puede imaginarse situaciones en las cuales solo una patada en el trasero garantiza que el conocimiento correcto va seguido de la acción que corresponde. Los economistas por ejemplo conocen el jueguito de los monopolios naturales, o sea los costos marginales eternamente decrecientes. Por lo tanto una sola página web, completa, perfecta, producida por varias facultades, en el mejor de los casos por una red internacional en distintos países, sería más barato de producir que miles de paginitas pequeñitas sin contenido valeroso. El problema es que este tipo de colaboración no es atractivo desde el punto de vista de un profesor que quiere vender sus libritos. Tenemos aquí un fenómeno que nos ocupará todavía varias veces. La idea de mercado libre es que el individuo que maximiza su propio beneficio, también maximiza el beneficio de la sociedad. Pero esto solo es cierto cuando no hay un tercero que finalmente paga sin haber sido preguntado si quiere este producto o si no lo quiere: El tributante. La corporación de los economistas conoce el libre mercado, la eficacia, el pago por rendimiento solo como objeto de estudio y como objeto de estudio les gusta mucho. Pero como sujeto no lo conocen y como sujeto tampoco lo quieren.

Pero si partimos del principio, y a pesar de las restricciones hechas antes partimos de este principio, que el conocimiento de las relaciones económicas en la política y en la sociedad tienen un impacto decisivo sobre la calidad de los procesos decisorios democráticos surge la pregunta cuán competentes son los políticos.

Los ejemplos generales no son muy útiles para sacar conclusiones generales, pero sirven para ilustrar un problema. Aparte de esto hay un inconveniente con este tipo de ejemplos. Tal es el caso de un manual producido en los Estados Unidos, la mayoría de los manuales de economía que se suelen utilizar en la enseñanza académica en todas partes del mundo son producidos en los Estados Unidos y por lo tanto los ejemplos también se refieren a los Estados Unidos. Pero para el mundo hispanohablante no hay ejemplos que puedan ser comprendidos en toda esta región de forma estandarizada ya que Perú no tiene nada que ver con Nicaragua y ambos no tienen nada que ver con España.

Dicho esto el problema no es tan grande como puede parecer a primera vista. De hecho la economía, como vamos a ver a lo largo de este manual, se reduce a tres textos: Wealth of Nations de Adam Smith, Principles of economics de Alfred Marshall y, obviamente, la General Theory of Employement, Interest and Money de John Maynard Keynes. El núcleo de estos tres textos puede ser explicado sin ejemplos y todas las discusiones actuales sobre problemas económicos oscilan dentro de las teorías de estos tres autores. El liberalismo, neo-liberalismo, ordoliberalismo, la escuela austriaca, el neoclasicismo moderno, el neokeynesianismo etc. etc. son meras añadiduras a estas tres teorías básicas.

Pero si se quiere un ejemplo, uno que ilustre que la transmisión del saber de los economistas a la política y al periodismo no funciona muy bien se puede pensar en las agencias de noticias como Agence France Press, Reuters, Associated Press, SucoPress etc.. Estas agencias operan en todo el mundo y la mayoría de las noticias que se recibe en los periódicos, radios, la tele etc.. vienen de ahí. Qué significa esto? Significa que solo una mínima parte de las noticias se basan realmente sobre una investigación de un problema determinado y relevante. El nacimiento de un príncipe inglés, hoy es 23 de julio de 2013, se divulga a través de estas agencias por todo el mundo a pesar de que no tiene importancia alguna. Se le divulga por el mero hecho que es una noticia que se puede tener a buen precio y aunque no interesa realmente mucho, interesa a millones un poquito. Qué queremos decir con esto? Para un mejoramiento de la calidad de decisiones políticas debe haber un control de estas decisiones políticas, lo que no existe, si no la gente se ocupa de cualquier cosa en vez de ocuparse de las cosas que realmente les concierne.

Un eterno problema, ilustrativo a nivel global porque los errores siempre son los mismos, los aranceles, pero la gente se interesa más por la vida amorosa de un futbolista.

No se puede decir, que la prensa desinforma. Esto sería un fenómeno casi banal y fácilmente revelado. Es más sutil. No informa en absoluto.

Los economistas suelen ocuparse de muchas cosas bastante sofisticadas, aunque no siempre muy relevantes. Pero no se interesan, y esto es curioso, en absoluto por el hecho de que por desconocimiento de los hechos, ideas y teorías sobre las que se basan decisiones políticas nadie es capaz de tomar una decisión racional a la hora de votar lo que condena el pensar económico a la irrelevancia. Incluso si llegasen a convencer a los políticos e incluso en el caso que sus consejos sean sensatos, no tiene importancia alguna si los electores votan por mera simpatía por una persona o engañados por una campaña de marketing profesional.

Para que en un proceso democrático se eliminen todos los conceptos que se revelaron inoportunos para llegar a un determinado fin, sea este lo que sea, hace falta que la gente entienda que no funciona. Si este no es el caso, las mismas ideas y teorías erróneas quedan en el mercado de la feria política sin progreso alguno. Vamos discutir otra vez de esto al hablar del racionalismo crítico de Popper.


Convendría a la corporación económica no solo aconsejar a los políticos, lo que corresponde, como hemos explicado arriba más a su auto-consciencia a pesar de no ser muy útil, sino de establecer en el funcionamiento político los mecanismos que caracterizan el mercado libre. Una característica del mercado libre, se puede incluso decir la más importante, es la transparencia, porque el rendimiento de una empresa debe documentarse públicamente y en el caso contrario serán eliminados. Si no existe un mercado propiamente dicho, lo que es el caso de la actividad estatal hay que introducir la transparencia artificialmente, vea Hayek.

El neo-liberalismo, del cual dos de los protagonistas más salvajes son Hayek y Friedman pone un gran hincapié en el hecho de que un estado omnipotente influyendo de manera directa o indirecta en la economía acapara cada vez más poder. Esto ni siquiera es completamente erróneo, pero no ayuda mucho en la práctica. El problema de Hayek es que el mercado libre arregla simplemente todo y lo que el mercado libre no arregla, tampoco hace falta que se le arregle. En este sistema no hay espacio para la democracia. Su simpatía por Pinochet no es un fallo aislado, es la consecuencia directa de su teorías. Pero si el estado tiene que intervenir, y a lo largo de este manual vamos a hablar varias veces de problemas que únicamente la sociedad entera cuyo representante es el estado, puede resolver, estas posiciones radicales no nos sirven. Entonces necesitamos mecanismos para controlar el poder concedido al estado.

Qué los plebeyos no son el grupo destinatario de la corporación de economistas es fácilmente detectable por el hecho de que ninguna facultad de economía del mundo, repetimos, a este nivel hay más semejanzas que diferencias, nombra este aspecto, creación de transparencia, como un fin del estudio de economía y mucho menos aún reflexionan sobre este hecho, lo que es incoherente desde un punto de vista lógico.

¿Para qué sirve aconsejar a un partido político si este partido político pierde las elecciones porque los plebeyos creen, con o sin razón, que estos consejos son una chorrada? A la corporación de economistas esto puede obviamente pasar por el trasero. El tributario los paga independientemente si un tercero compra su producto o no. Esto es, dicho sea de paso, un problema general. A la corporación de economistas les gusta mucho discutir sobre fallos de mercado, moral hazard, chacal de secuestro etc.. Estas cosas son su objeto de estudio predilecto. Pero nunca se les ocurre que son sujeto de fenómenos de este tipo.

Una pregunta económica por lo tanto interesante sería lo que más contribuye al beneficio de la economía. Aconsejar la política o una presentación clara, acentuada, palpitante de las alternativas u opciones en la política económica.

Pero independientemente de la pregunta si la corporación de los economistas hace algo útil, lo que evidentemente no es el caso, queda la pregunta si no hay fuerzas que a largo plazo les obliguen a hacer algo útil.

A largo plazo el Internet va a forzar determinados procesos. El argumento de que otras facultades se niegan igualmente a un discurso con el público no convence, porque todos a largo plazo, si no cambian, quedan marginados y una vez marginados perderán también el apoyo financiero; no en la teoría, sino en la práctica. Cada año se invierte menos en las facultades de humanidades porque es cada vez más difícil explicar para qué sirven.

Para explicar mejor de lo que estamos hablando. La infos24 GmbH desarrolla, entre otras cosas, portales para el aprendizaje de idiomas (www.curso-de-aleman.de, www.curso-de-frances.de, etc.etc.). La historia de este proyecto es un poca curiosa, porque la infos24 GmbH al principio solo quería dar clases GRATIS a estudiantes de filología para que ellos pudieran después hacer portales de este tipo. La respuesta a nuestra oferta, en este caso de la Universidad Libre de Berlín, era sorprendente. Este tipo de cosas, o sea material didáctico gratis, no hace falta. Es solamente por esto que nos hemos decidido a hacerlo nosotros mismos y el hecho de que estos portales ya tiene más de un millón de visitantes al mes no corrobora realmente la tesis de "que no hacen falta". A lo largo de los diez años que estamos ya trabajando en este proyecto hemos hecho cantidad de experiencias con facultades de filología en todo el mundo. Siempre con el mismo resultado. Ningún interés a pesar de que portales de este tipo aportan más al conocimiento de la diversidad cultural que todas las facultades de filología en todo el mundo juntas. En el capítulo industria cultural o aclaración como un engaño de masa y en otros capítulos vamos a discutir esto de una manera más abstracta.

Los economistas tienen la posibilidad de seguir y hacer uso de estos procesos irreversibles o desaparecer de la tierra. Si la red ofrece más información de manera más precisa y más comprensible, más barato y accesible 24 horas al día desde cualquier punto del planeta y si lo ofrece independientemente de las facultades de economía, entonces las facultades de economía sobran, serán superfluas.

El hecho de que es un problema general en facultades como química, biología, matemática, ingenierías etc. etc. se niegan igualmente al dialogo con el publico que les paga, no significa que sea el mismo problema. Indudablemente el Internet impulsará la enseñanza y la obstinación de no hacer uso de las posibilidades que ofrece el Internet se asemeja a la de la corporación de los economista. Es muy probable que con un uso profesional del Internet se pueda doblar la cantidad de estudiantes aumentando al mismo tiempo la calidad de la enseñanza y reduciendo los costes. Pero, como ya lo hemos dicho, se prefiere aumentar las tasas académicas.

Sin embargo hay una diferencia entre economía / humanidades y cosas como ingeniería. El producto de la economía y de humanidades es la iluminación de los cerebros, sea para el fin que sea. Para que puedan tomar decisiones más sensatas, para que puedan reflexionar sobre problemas existenciales, para enriquecer la vida etc. etc.. El saber de los economistas no es un saber instrumental. El economista no sabe estrictamente nada de nada. Incluso si ha comprendido completamente la Teoría general del empleo, interés y dinero de Keynes no puede trabajar en ninguna empresa. Que los economistas mismos suelen contar a cada rato lo contrario se debe al hecho que la gran mayoría de ellos no ha trabajado nunca. La vida fuera del colegio y de la universidad la desconocen por completo. Nunca han visto una empresa desde el interior.

Sin embargo la economía puede tener un papel muy importante si logra mejorar la calidad de la discusión pública sobre cuestiones económicas. Como ya queda dicho esto significa una evaluación de las teorías sobre las cuales se basan decisiones económicas, en el caso de que las haya, del gobierno y presentar las alternativas eventuales a esta política y los hechos. Lo corporación de economistas lo hace de momento, si lo hace, solo en una forma y solo a través de canales que corresponden a su auto-consciencia o sea a través de periódicos, la tele, asociaciones, asesoramiento político y lobbying. El lobbying, o sea el intento de influir directamente en decisiones políticas, parece incluso ser una actividad predilecta de economistas, a pesar de que el lobbying es algo que no es en absoluto compatible con un libre mercados o sea con el sistema que predican como idóneo en cualquier circunstancia. Posiblemente los distintos países se distinguen en cuanto se refiere al lobbying, pero el lector puede formarse una opinión propia haciendo una búsqueda con Google con la palabras lobbying seguido de un país. Si lo hace con lobbying España encontrará cantidad de empresas que ofrecen servicios de este tipo, que se vanaglorian de tener contactos excelentes con los medios de comunicación y sus contactos políticos. Si se hace lo mismo con las palabras alemanas que corresponden se recibe sobre todo páginas que tratan de hacer más transparentes los procesos de lobbying. Esto no significa en absoluto que hay menos lobbying en Alemania, pero a lo mejor se puede deducir de esto que la red alemana está, en este aspecto, un poco más avanzada que la red del mundo hispanohablante.

Los medios de comunicación tradicionales, periódico, radio, tele no son los canales adecuados, porque el modelo económico de estos canales es la distribución de noticias fácilmente digeribles a un máximo de personas en un momento dado. Estos canales no ganan dinero almacenando informaciones, conectarlas y promocionar la discusión pública sobre estas noticias. Ganan su dinero distribuyendo cada día noticias prefabricadas y producidas a bajo precio a un máximo de personas y son por lo tanto canales inadecuados para discutir sobre cuestiones económicas porque estas cuestiones requieren un almacenamiento de datos conectados entre sí y la posibilidad de discutirlas. El canal adecuado es por lo tanto el Internet que finalmente se va a imponer también porque el Internet permite gastar dinero en la producción de noticias, en la investigación, porque la distribución no cuesta nada y el almacenamiento tampoco.


Los economistas son cada vez más el objeto del escarnio público; la entrega anual del premio nobel de economía ocasiona más burla que prestigio. El problema no es que las teorías sean falsas. El problema es que no se ve desarrollo alguno. En otros campos del saber vemos como pormenorizan, se elimina definitivamente algunas teorías y se precisan otras. En economía solo se eliminó los extremos, o sea el marxismo y el neo-liberalismo, pero no de manera científica propiamente dicho. Fueron eliminados porque los procesos históricos los eliminaron. Si dejamos al lado Cuba y Corea ninguna sociedad busca la solución de sus problemas en estos extremos. Probablemente se habría podido abreviar estos procesos si los economistas hubiesen sido capaces de comunicar de manera más eficaz y si hubiesen podido intervenir en la discusión pública. Vamos a discutir sobre este problema al hablar del racionalismo crítico y de Karl Popper. Más valen decisiones que son el resultado de un proceso democrático y que son al revelarse falsos, reversibles, que decisiones incorrectas e impuestos que no son aceptados por gran parte de sociedad. En esto a lo mejor el mundo hispanohablante se distingue de países germano-hablantes. Los últimos aprendieron esta lección después de la segunda guerra mundial, los primeros recién en los años ochenta o sea con un retraso de 30 años.

Sin embargo cualquier crisis revela que el espectro de las ideologías no está muerto y la formación homogenizada de economistas desde Chile a España y desde el Perú a Nicaragua con los mismos modelos matemáticos no son de gran ayuda. "Leyes" económicas generales, el gran orgullo de los economistas, que son compatibles con cualquier situación, que explican el equilibro en el mercado de trabajo en Alemania y en Guatemala no sirven para nada. No nos interesa que siempre haya un sueldo que equilibra la cantidad demandada de trabajo y la cantidad ofrecida de trabajo. Un sueldo así siempre existe, incluso en Marte, por si acaso alguien vive ahí. Lo que realmente nos interesa es el nivel salarial y que se puede hacer para elevarlo. Con cachivaches no se convence a nadie y se deja el campo para los ideólogos.

El problema con este tipo de modelos, y hay realmente muchos, es que despojados de sus formulas "matemáticas" revelan ser unas necedades que no requieren estudio alguno y es por eso también que en la política, al menos en Europa, dominan juristas. Estos no saben nada de economía, pero son capaces de fundir su ignorancia en leyes, lo que tiene pinta de ser algo más "práctico".

La modelización matemática es solo la forma extrema de un problema más general: El pensar sistemático. El pensar sistemático o sea la idea de que la economía es una especie de aparato y manipulando un par de palancas se puede ocasionar un determinado comportamiento de los actores económicos y de esta forma lograr el efecto deseado no es completamente errónea. La idea del mercado libre es justamente eso. El comportamiento de los actores económicos está determinado por los precios que a su vez son una señal de lo que hay que hacer o dejar. Pero llevando esta idea a sus extremos y prescindir de cualquier influjo que puedan tener parámetros extra-económicos, como por ejemplo la formación, el sistema político, cambio de costumbres e innovaciones tecnológicas simplifican tanto la vida real que cualquiera sabe "intuitivamente" más que un economista. La modelización matemática simula una exactitud que de hecho no existe. Es más bien el contrario. Es una simplificación. Vamos a hablar de esto detenidamente en los capítulos que vienen.

Sin embargo el pensar sistemático permite analizar algunas cosas sin tener conocimientos detallados sobre un país determinado. Excluyendo todos los factores no estrictamente económicos o subsumiendo estos factores bajo parámetros abstractos la economía se impone no como una ciencia que estudia un aspecto de la sociedad, como la psicología, la sociología, ciencias políticas etc. sino como la ciencia clave que permite guiar toda la sociedad. A ninguno se le ocurriría por ejemplo, a pesar de que es mucho más plausible, que la organización del sistema educativo tiene un impacto mucho más fuerte sobre la economía que por ejemplo la política monetaria. Por lo tanto la auto-consciencia de los economistas es la misma en todas partes del mundo. Está en su interés reducir la economía a una cierta cantidad de "leyes" universales, generalmente válidas. No sabemos por lo tanto si el pensar sistemático siempre es muy adecuado. Pero podemos estar seguros de que el comportamiento de los economistas de todo el mundo puede explicarse sistemáticamente.

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Anotaciones:

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El proceso decisorio democrático:

Una selección consciente entre varias alternativas o echar los dados?

Una selección consciente entre varias alternativas
solo puede hacerse si los hechos son conocidos y
el saber que permite evaluar estos hechos esta disponible.

Para el proceso decisorio democrático es decisivo que
el elector cuente con los instrumentos a su disposición que
le permitan evaluar los hechos y por lo tanto más importante que el asesoramiento político es la comunicación eficaz con el público. Es significativo para la auto-consciencia de la corporación de los economistas que este aspecto no juega ningún papel en los planes de estudio.

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